04-06-23 |

90% de probabilidades de un «Niño potente» a partir de la primavera

El Servicio Meteorológico Nacional ya emitió los mapas de anomalías de lluvias y temperaturas para Argentina en el periodo comprendido por los meses de junio julio y agosto.

Los pronósticos indican ahora un 90% de posibilidades de una fase positiva de «El Niño» según respaldan los datos divulgados en los últimos informes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA)

Los investigadores que siguen muy de cerca al potencial evento, además de examinar el contenido de calor del océano, el equipo también observó perturbaciones de alta frecuencia, a saber, ráfagas de viento del oeste y oleadas de viento del este, las cuales tienen una fuerte influencia en El Niño. Estas perturbaciones son capaces de aumentar o disminuir la intensidad de El Niño. Sin embargo, la acumulación de contenido de calor del océano por sí sola parece ser suficiente para impulsar un fuerte El Niño a fines de 2023.

Después de varios años con pocas lluvias y el profundo impacto qué dejó la sequía en gran parte del país, con un fuerte impacto en la región núcleo y al corredor pampeano agrícola, el clima presentará un importante giro en los próximos meses. A través de los últimos informes emitidos por La Organización Meteorológica Mundial (OMM), con los datos aportados por la (NOAA) se actualizó la previsión con un importante grado de positividad en cuanto a la ocurrencia del fenómeno «El Niño» en un 90 % de probabilidades a partir de la temporada de primavera, con la influencia del evento para el verano 2023/24.

Estimado para los meses junio, julio y agosto

El Servicio Meteorológico Nacional emitió los mapas de anomalías de lluvias y temperaturas para Argentina en el periodo comprendido por los meses de junio julio y agosto, donde se observa en el primer gráfico, las lluvias por encima de lo normal (en verde) abarcando la mayor parte del este del país, alcanzando a Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. También el fenómeno influirá en las precipitaciones en la Patagonia y una porción al sudoeste de Cuyo.

Mientras que en el segundo mapa de anomalía de temperaturas, se observan registros por encima de lo normal para gran parte del centro y norte del país durante los meses de junio, julio y agosto. Núcleos muy marcados para las provincias de Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe.

«Se avecina un fuerte El Niño, y esta atrevida predicción no es sensible a los errores iniciales en el Pacífico tropical», dicen los expertos.

El equipo espera seguir refinando su predicción conforme avance el tiempo, mirando hacia un futuro no muy lejano. «Las perturbaciones de alta frecuencia en la primavera y principios del verano juegan un papel crucial en la intensidad y estructura de El Niño. Esperamos poder mejorar aún más la capacidad de predicción de El Niño-Oscilación del Sur mediante la combinación del modelo de pronóstico estacional de las perturbaciones de alta frecuencia con el Sistema de predicción de El Niño-Oscilación del Sur», dijo un especialista del Instituto de Oceanografía, Dake Chen, del Ministerio de Recursos Naturales de China.

Se estima un «Súper Niño»

Los especialistas advierten que no es lo mismo estar antes un El Niño «normal» , digamos con anomalías de la temperatura en dichas aguas de 0.5-1º C, a estar con un intenso o súper El Niño, con anomalías de más de 1.5 ºC y de hasta 2.5 ºC y en una extensión del Pacífico récord , ya que el aumento de temperatura en las zonas del Pacífico repercutirá mecánicamente en la temperatura media global de forma directa.

Con un «potencial Niño en el horizonte»

La mayoría de los modelos climáticos indican altas probabilidades de un evento el Niño desde mediado de año, iniciando una fase positiva en cuanto al calentamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial central entre los meses de agosto y septiembre, lo que estaría abarcado la última parte del invierno y principios de la primavera en Argentina.

Este fenómeno opuesto a la Niña, es responsable de inundaciones y deslizamientos de tierra que destruyen las cosechas y provocan el aumento en el caudal de ríos, hasta el desborde. Debido a que “El Niño” modifica el patrón normal de las condiciones meteorológicas, provoca otras alteraciones climáticas donde resaltan fenómenos como las tormentas, inundaciones a raíz de las intensas y copiosas lluvias.

Los primeros pronósticos proyectan que 2023 y, especialmente, 2024 podrían establecer récords de calor promedio global, acercando al planeta más que nunca a un umbral de calentamiento que los científicos y los formuladores de políticas han advertido que sería potencialmente adverso.

Un «Niño» fuerte

En los informes más recientes se comienza a destacar la intensidad que el fenómeno podría presentar a partir de la primavera 2023. Las siguientes figuras muestran los pronósticos más recientes para la anomalía de la temperatura de la superficie del mar en el Océano Pacífico ecuatorial. Todos los pronósticos indican un fuerte aumento del estado neutral actual a las condiciones de El Niño (+0,5 ° C de anomalía) para el verano de este año.

Si bien todavía existe una incertidumbre considerable sobre la magnitud del evento, algunos de estos pronósticos más recientes también sugieren que es posible un gran evento de El Niño, con temperaturas de la superficie del mar en algunos pronósticos que alcanzan más de 2 grados por encima de lo normal para la temporada cálida que inicia en el mes de septiembre, abarcando a la primavera y el verano 2023/24.

24/4/23POAMA (Predictive Ocean Atmosphere Model for Australia) pronostica
Región 3.4El Niño (mayo a octubre de 2023)Débil a Fuerte
Región 3El Niño (mayo a octubre de 2023)Débil a Fuerte
POAMA umbral 0.8º C CPC umbral 0.5ºC

Las posibles consecuencias

En Argentina podría provocar lluvias en exceso durante la próxima temporada primavera-verano, con temperaturas que de alguna manera se mostrarán por encima de lo normal, con presencia de humedad mucho más pronunciada.

Con respecto a la intensidad prevista del fenómeno de El Niño 2023/24, no ha terminado de definirse. Algunos modelos climáticos indican que se trataría de un fenómeno moderado, mientras que otros análisis sostienen que se tratará de un evento fuerte. La realidad se verá conforme avance el año, y la fase comience a entrar en etapa activa hacia el comienzo del invierno y la primavera, en esas instancias se podrá constatar con mayor claridad la intensidad del mismo y el posible impacto local y global en los régimen de lluvia y temperaturas.

Después de tres años de un patrón de enfriamiento persistente de La Niña, fase fría y opuesta a El Niño que influyó en el clima en todo el mundo, se pronostica que ese régimen, ya desaparecido , dará paso a una fase cálida de las aguas del Pacífico ecuatorial en los próximos meses. El Fenómeno de El Niño.

El Niño que se viene

Todos los pronósticos apuntan a un potencial evento «El Niño» a partir de julio del corriente año, lo que asegura una temporada invierno-primavera con más humedad de lo normal.

Los pronósticos a mediano plazo indican una efectividad del 70% de que el fenómeno de «El Niño» influya en el clima de Argentina en los próximos meses. Después de la partida de su hermana «La Niña» las lluvias aparecieron en abundancia para varias regiones del centro del país. ¿Qué relación tiene?.

Después de un largo periodo de sequía y temperaturas extremas, todo apunta a un posible incremento en las precipitaciones en los próximos meses. El comportamiento de la temperatura en el océano Pacífico será determinante para el clima de la temporada otoño 2023. Con un calentamiento mayor y más temprano para esta nueva temporada, las proyecciones de lluvia pueden subestimar la precipitación en el centro de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.

Ya con la partida definitiva de «La Niña», varios pulsos de humedad trajeron abundantes precipitaciones en solo 2 días, alcanzándose lo estimado total de lluvia esperado para un mes de marzo. Este conjunto de evento darían la pauta de que ya hay modificaciones en la circulación del aire húmedo en la región central del país.

A raíz del comportamiento del clima en el mes de marzo, sumados a la presencia de un «Niño costero o Niño Modoki» frente a las costas de Perú y Ecuador, los modelos climáticos ya comienzan a señalar esta tendencia a que El Niño se anticipe y comience en el primer semestre o en el paso del primero al segundo.

Los expertos son muy cautelosos con las proyecciones para el Pacífico en esta época del año. Entre marzo y junio, existe lo que se denomina una “barrera de previsibilidad” en las proyecciones para este océano con baja confiabilidad de los modelos.

Vale destacar que el fenómeno de El Niño, se llega a producir cada 2 a 7 años, y consiste en el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.

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Una recuperación lenta del clima tras «La Niña»

La Niña se ha ido, pero las secuelas aún se quedan. Así lo advierten desde los principales organismos climáticos de mundo, y se refieren a una lenta y paulatina recuperación de las lluvias y reacomodamiento de la temperatura.

Comienza la temporada fría en Argentina, sin el evento «Niña» de por medio, ya se habla de un cambio de clima para hacia mediados del 2023. Hasta el momento, los pronósticos son optimista después del debilitamiento del fenómeno en los últimos días.

Después de una larga espera, llegó el final del evento climático que ha puesto de cabeza a todo un país, con una feroz sequía y temperaturas que llegaron a ser extremas, con 10 olas de calor confirmadas a lo largo de la temporada cálida que abarca la primavera 2022 y el verano 2022/23, dejando la temporada más caliente de los últimos 60 años.

Un otoño más húmedo

Con el transcurso del final del mes de marzo, y con la entrada de abril y mayo, se prevé que las precipitaciones vayan recuperando su caudal y cobertura, dentro de lo que sería «medianamente normal», aunque para algunas regiones productivas del país «es demasiado tarde».

Especialistas del clima piensan que es positivo y enhorabuena que la situación se vaya revirtiendo, con lo necesario que es que comience a llover un poco más, aunque entre tanto optimismo añaden «todo será un proceso, largo, lento y paulatino».

Un poco más de humedad en el ambiente, será indispensable para tornar las lluvias algo más recurrentes, necesario para la recuperación de los sistemas hídricos para varias provincias Argentinas. De todas maneras la variabilidad seguirá siendo uno de los factores más determinantes dentro del escenario local».

En el desarrollo del otoño, las temperaturas se estarán moderando de forma paulatina y gradual, si bien el calor comenzará a quebrar de a poco, al aire frío le va a costar instalarse de lleno.

Tras tres años del fenómeno de La Niña, el Pacífico central oriental y frente a las costas de Perú y Ecuador aparecen floraciones de agua más cálidas de lo normal, las primeras señales de un fenómeno de El Niño que se prevé que se fortalecerá durante el verano de 2023. Así lo muestra la imagen inferior.

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El norte de Santa Fe es uno de los puntos más críticos en cuanto a la sequía 2022/23

Por el momento son bajas las probabilidades que la situación de sequía extrema se revierta en la región núcleo de manera inmediata, que ha pasado a ser la noticia más preocupante dentro del plano clima – agro. Las lluvias erráticas, los calores agobiantes en el último verano, que fueron de los factores que influyeron de manera drástica en el principal sector productivo agropecuario del Litoral y región pampeana.

Las lluvias que aún se presentan por debajo del caudal normal para la época del año a causa de las secuelas que ha dejado en la atmosfera el fenómeno climático de «La Niña», dejan en evidencia el impacto en el ámbito agropecuario, lo que se combina con temperaturas por encima de los registros, con episodios continuos de olas de calor. Esto representa un grave inconveniente para la siembra y cosecha en la presente campaña, y los productores se ven inmersos en la incertidumbre.

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