El cultivo de ginseng en casa

La raíz de la planta de ginseng ha sido codiciada desde hace miles de años como curativa natural, en esta nota se damos los consejos para el cultivo y el cuidado.

Las plantas de ginseng tienen se desarrollan en condiciones de buena humedad, pero requiere de atención para crecer. No es necesario fertilizar las plantas. Las semillas germinan después de un año de ser sembradas. Si la planta tiene ya tiene más de un año de edad puede producir semilla a partir de unos frutos rojos.

El ginseng es muy conocido por sus raíces, que parecen un jengibre inmaduro o unas zanahorias deformadas. El ginseng se ha usado durante mucho tiempo en la medicina tradicional de numerosas culturas asiáticas y nativas de América. Al ser un producto comercial muy apreciado, el ginseng silvestre ha sido sobreexplotado, por lo que está protegido legalmente tanto en Asia como en Norteamérica.

A continuación hablamos de algunos consejos útiles en relación al cuidado de la planta para que puedas cultivar tu propio ginseng.

Variedades de ginseng.

Tanto el ginseng asiático como el americano son plantas herbáceas perennes. El ginseng americano (Panax quinquefolius) crece hasta 25-40 cm de altura en el este de Norteamérica.

El ginseng asiático (Panax ginseng) es resistente a las heladas y alcanza unos 20 cm de altura. En la actualidad, se encuentra principalmente en las montañas remotas de Corea, China y Rusia.

Cómo plantar el ginseng.

Aunque la recolección de semillas de ginseng silvestre es legal, dada su escasez, lo más probable es que tengas que comprar semillas o plántulas.

Cultivo a partir de semillas.

Las semillas pueden almacenarse hasta que estés listo para plantarlas. Antes de plantarlas, remójalas durante 10 minutos en una solución de agua oxigenada al 50% para evitar infecciones por hongos. Siembra las semillas a unos 3 centímetros de distancia. Las semillas brotarán a principios o mediados de la primavera, momento en el que deberás separarlas hasta unos 8-10 centímetros.

Cultivo de plántulas.

Las plántulas deben plantarse inmediatamente después de su compra. Plántalas a 8 cm de distancia y riega.

Cuidado de la planta de ginseng.

El ginseng es una planta de bosque, por lo que su objetivo debe ser reproducir esas condiciones en la medida de lo posible. Sin embargo, una vez plantado, tu ginseng necesitará pocos cuidados.

Luz y aire.

El ginseng crece en sombra parcial o total, con buena circulación de aire. Si no puedes encontrar un trozo de árboles naturales bajo el que plantarlo, puedes crear el tuyo propio con estructuras artificiales.

Tierra y nutrientes.

Prepara un lecho con tierra de hasta 20 cm de profundidad debajo de árboles grandes de madera dura, preferiblemente en una pendiente orientada al noreste. El ginseng requiere un suelo que drene bien, rico en humus, con un nivel de pH ligeramente ácido.

Riegos.

Antes de que tus plantas alcancen la madurez, riega regularmente sólo para que la tierra no se seque.

Una vez que sus plantas hayan alcanzado la madurez, para retener la humedad puedes cubrirlas con hojarasca, es el único suplemento para la tierra que necesitarán tus plantas.

Durante periodos de sequía prolongada, asegúrate de mantener la tierra húmeda: es mejor aplicar frecuentemente una cantidad moderada de humedad que regar copiosamente con poca frecuencia.

Temperatura y humedad.

El ginseng americano es una planta de amplio espectro, con un hábitat nativo muy amplio, pero se cultiva mejor en un clima más fresco que reproduzca la humedad relativamente constante de su entorno boscoso. Una zona sujeta a inundaciones o agua estancada pudrirá sus valiosas raíces.

Cómo cosechar y almacenar el ginseng.

Incluso la recolección del ginseng cultivado comercialmente se limita a las plantas maduras (de al menos tres años) y sólo a finales del verano y en otoño.

Así que si estás pensando en cultivar ginseng, debes saber que lo primero que necesitarás es tener paciencia antes de que tus plantas estén listas para ser cosechadas.

El ginseng puede vivir más que los humanos, así que no hay razón para que te apresures en la cosecha.

No empieces antes del cuarto año de la planta, desentierra cuidadosamente tu cosecha con una pala para no dañar las raíces. Lava suavemente la tierra y luego seca el ginseng en una habitación fresca, seca y bien ventilada.

Las raíces más grandes pueden tardar varias semanas en secarse, por lo que girarlas a diario acelerará el proceso y evitará el moho.

Guarda el ginseng seco en una cesta de mimbre u otro recipiente bien ventilado.

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