El verano es una temporada trágica para La Pampa. La vegetación seca, las altas temperaturas y la baja humedad alimentan los incendios rurales y la provincia ya tiene 600 mil hectáreas afectadas por el fuego y dos millones más en peligro. En lo que va del verano se registraron 80 focos y quedan al menos tres activos.
Para esta época en 2017, las zonas afectadas entre La Pampa y Buenos Aires sumaban un millón medio de hectáreas. Pese a que un informe del INTA de junio pasado advertía que región estaba en «extrema peligrosidad de incendios», la situación es una vez más incontrolable y genera pérdidas millonarias. El último parte oficial de los organismos que monitorean la situación informó que en enero se quemaron 174 mil hectáreas.
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Los últimos focos se dieron al sur de la provincia, en La Adela, sobre las rutas 32 y 154, y El Durazno, sobre la 14. Además de las pérdidas para el agro, la destrucción de flora y fauna, también se ve afectado el turismo. Por la situación, se dispuso la suspensón de la temporada de caza deportiva que va del 1 de febrero al 1 de marzo.
Fuente: Todo Noticias