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La importancia del maíz en la cultura maya

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Cuán importante es el papel del maíz en la memoria colectiva de su gente, es uno de los temas de su investigación.

La fascinación de Llanes Ortiz con el papel del maíz en la cultura maya comenzó hace unos diez años. Como antropólogo de la Facultad de Arqueología de Leiden, se dio cuenta de cuántos festivales de maíz había en México y que la tradición maya de orar por los campos de maíz se había convertido en oraciones masivas en estos festivales, incluso cuando los festivales se celebraban en los centros de las ciudades. Está tan fascinado con el tema que ahora es el tema de un proyecto de investigación a gran escala en el que está trabajando. Al estudiar la relación de los mayas con el maíz en el pasado y el presente, espera obtener una idea de cómo los mayas manejan su patrimonio cultural, cómo transmiten su cultura y lo que significa para ellos en la actualidad.

El maíz tiene una rica tradición en la cocina de América Latina. La cantidad de platos que usan maíz, incluso solo en México, es inmensa. Y existe una enorme variedad de tipos de maíz, alrededor de 60. Todos se originan de esa planta, el teosinte, un tipo de pasto mexicano del que los mayas cultivaron maíz hace 8,000 a 14,000 años. Los biólogos ya han reconstruido cómo convirtieron esta hierba en una planta comestible, pero la forma en que el maíz se extendió entre todos los pueblos indígenas de América del Sur y del Norte sigue siendo un misterio.

Llanes está fascinado por él y por los recuerdos sociales que los mayas comparten sobre el cultivo del maíz. Para los mayas, el maíz es más que un producto alimenticio, es sagrado. Según la historia de la creación maya, en realidad fueron creados a partir de maíz: hechos a partir de harina de maíz. Y el maíz todavía juega un papel religioso y espiritual importante en la vida de los mayas.

Los arqueólogos se han preocupado principalmente por la herencia maya clásica. La historia de los pueblos nativos recibió poca atención, en parte porque se mantenían muy pocos registros. «Pero el hecho de que no haya historia escrita no significa que no se haya pasado nada. Eso sucedió, en forma de dibujos, obras de teatro e imágenes».

Cultura destruida

Llanes se apresura a agregar que los mayas tienen una historia escrita. Usaron jeroglíficos para registrar sus historias religiosas, su historia y su astronomía en imágenes y libros. Sin embargo, los libros fueron destruidos sistemáticamente por los colonizadores durante la inquisición. «La colonización marginó los recuerdos de los mayas. Gran parte de su cultura fue destruida, y eso tuvo un impacto en cómo se transmitió su historia. Las cosas tampoco mejoraron mucho después del período de colonización. Pero, con mi investigación sobre maíz, quiero profundizar en los recuerdos colectivos, que pueden ayudar a restaurar estos recuerdos «.

Las antiguas ciudades mayas clásicas pueden ser ruinas desiertas, pero el pueblo maya y su cultura aún existen. Hay alrededor de seis millones de mayas y todavía se comparten sus historias. Llanes incluso ve signos de un renacimiento. En las redes sociales , un registro de jóvenes mayas está centrando la atención en su identidad. «Los jóvenes mayas aprovechan al máximo Instagram, Facebook y YouTube para compartir su cultura entre ellos. Se están enseñando a leer jeroglíficos antiguos, construyen memes mayas y hay mucho simbolismo maya en sus letras de música».

Hiphop Maya

Levanta su teléfono móvil y se desplaza, buscando su lista Maya Spotify. «El hiphop es muy popular entre los jóvenes mayas porque tiene similitudes con las tradiciones orales de sus antepasados. Estas formas modernas de expresión y el diálogo entre los viejos y los jóvenes es tan interesante como las historias antiguas». Sube el sonido y su oficina está llena de textos mayas de estilo rap. Él sonríe: «Incluso están cantando sobre maíz».

El mapa de la degradación ambiental

Un aporte destacado en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente. Técnicos del INTA mapearon las áreas dañadas por el uso agropecuario, extractivo o agroindustrial y proponen estrategias de remediación y restauración ecológica para volverlos productivos, de un modo sustentable.

En las últimas décadas, la simplificación de los sistemas productivos, la intensificación de la producción agrícola y ganadera, como así también la expansión de la frontera agrícola sobre bosques nativos, afectó la calidad de los suelos, la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos.

Frente a este contexto, técnicos del INTA identificaron ambientes muy degradados en un mapa, en el que, además, proponen diversas estrategias de restauración para volverlos productivos, de un modo sustentable. Un aporte destacado en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.

Para Carolina Sasal –especialista en recursos naturales del INTA Paraná, Entre Ríos– resulta “clave” producir en armonía con el ambiente. “Con una mirada proactiva y positiva, buscamos implementar diversas estrategias de remediación que nos permitan recuperar la productividad de aquellos ambientes muy degradados de nuestro país por el uso agropecuario, extractivo o social”.

En esta línea, detalló: “Presentamos un mapa, disponible en una plataforma online, en el que identificamos problemas ambientales y proponemos su restauración ecológica mediante estrategias de gestión para recuperar sus servicios ecosistémicos y su productividad”.

Sasal destacó el aporte de la fitoremediación que permite, mediante ciertas especies que funcionan como biofiltros en las franjas ribereñas, minimizar la llegada de nutrientes o plaguicidas a los cursos de agua.

Se trata de un mapa que ubica diversas problemáticas tales como la degradación de bosques nativos, ya sea por deforestación, incendios, corrimiento de la frontera agrícola o erosión, así como el daño en suelos y cursos de agua por contaminación con nutrientes, plaguicidas, metales pesados o fármacos veterinarios.

Además, se aborda la degradación de los mallines en la Patagonia por sobrepastoreo y otras áreas dañadas como consecuencia de las actividades extractivas –en manos de petroleras, canteras o mineras– que generan la pérdida de suelo y biodiversidad.

“En todas estas zonas de altísima degradación –explicó Sasal– se requiere una salida a fin de remediar, restaurar y recuperar los ambientes para la sociedad en general y también para volverlas productivas”.

Entre las diversas estrategias de remediación, Sasal destacó la restauración ecológica para los bosques mediante la incorporación de las especies perdidas. A su vez, señaló el aporte de la fitoremediación que permite, mediante ciertas especies que funcionan como biofiltros en las franjas ribereñas, minimizar la llegada de nutrientes o plaguicidas a los cursos de agua.

“También, realizamos trabajos en laboratorios para identificar microrganismos capaces de degradar plaguicidas o fármacos veterinarios en suelos y agua”, indicó Sasal. Para el caso de las zonas dañadas por las actividades extractivas, se estudia el aporte de especies capaces de remediar el ambiente y sumar, a partir de su incorporación, a la ganadería.

Todas las zonas de altísima degradación requieren estrategias de remediación para recuperar los ambientes.

“Hay una gran interacción entre investigadores de diferentes especialidades y extensionistas de los diversos territorios y unidades del INTA que aportan información enriquecedora”, reconoció la especialista. Además, señaló: “El diagnosticar y entender cuáles fueron los errores que llevaron a la degradación de los ambientes, permite reducir los riesgos, evitar que se repitan y volver a producir con un menor impacto ambiental”.

La plataforma muestra en un mapa de todos los sitios de experimentación en la Argentina en los que el INTA trabaja en remediación de suelos y agua, como así también en de sistemas degradadados por uso agropecuario, extractivo o social. El logro es fruto del trabajo articulado de más de 80 investigadores del INTA que trabajan de un modo interdisciplinario con otras instituciones a lo largo y ancho del país.

Argentina relanza una tradicional marca de dulce de leche

Ahora, con ese recuerdo como bandera, y con una fuerte apelación a la nostalgia, la marca, emblemática como pocas en el mercado de lácteos, pelea por volver a tener un lugar.

En los ’80, el viaje en auto a la playa tenía una parada casi obligada poco antes de llegar a Chascomús. Allí, estaba la fábrica de Gándara y, en cada verano, el Grupo Lactona –su dueño– les daba dulce de leche y yogures, sin cargo, a los turistas que pasaban por el lugar.

No le es fácil. Sin el músculo comercial de competidores gigantes, del tamaño de Mastellone (La Serenísima) o Adecoagro –nueva propietaria de SanCor–, ni otro financiamiento más que el aporte de capital que hace su actual propietario, Inversiones para el Agro (Ipasa), Gándara lucha por dejar atrás una historia que, además de su época dorada, también tiene recientes capítulos recientes oscuros, escritos bajo la persistente sombra de quien fuera su último dueño antes de la quiebra, en 2008: Sergio Taselli.

Ipasa se quedó, en 2011, con la planta que Parmalat tenía en Pilar, la más moderna de su entramado industrial en el país. Con un 60% de su proceso automatizado, tenía –en un predio de 14 hectáreas en el Parque Industrial de esa localidad– capacidad para procesar 500.000 litros diarios de leche fluida y líneas de producción de leche líquida, yogures, quesos, leche en polvo y helados. Empleaba a más de 630 operarios.

Ipasa –que le alquilaba la planta a la quiebra de Compañía Láctea del Sur, la ex empresa de Taselli, desde 2008– compró la marca Gándara por fuera del proceso judicial. En 2009, la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos (Casrech) e invesores de ese país participaron del remate de la etiqueta y otros activos de la ex Parmalat. Esa adquisición –anunciada en u$s 7 millones– incluía un plan de relanzamiento, finalmente truncado, según fuentes del supermercadismo chino. Tiempo después, uno de los socios de ese consorcio se acercó a Ipasa para venderle la marca Gándara.

Hoy, la planta de Pilar trabaja con 40 personas en nómina. Procesa entre 25.000 y 30.000 litros diarios. En las actuales condiciones, como máximo, puede elaborar entre 100.000 y 120.000, explican fuentes de la empresa. “Pero tampoco hay mercado para eso”, aclaran.

Por el momento, Gándara volvió a producir dulce de leche, leche fluida y yogures, con las recetas originales de la marca. Sin embargo –pese a que tuvieron repercusión en redes sociales–, fueron pruebas piloto, con miras a un relanzamiento formal con horizonte quue, hasta antes de la cuarentena, estaba puesto entre fines de agosto e inicios de septiembre.

Los productos se venden a distribuidores del interior, que los entragan a comercios a partir del segundo cordón del conurbano. A través de algunos bolseros, llegan también, indirectamente, a góndolas de supermercados chinos de Capital y el primer cordón.

Pero, sin un músculo comercial como el de sus rivales, ni acceso a otras fuentes de financiamiento, la pelea es crítica, día a día.

“No tenemos el poder de fuego en cuanto a la caja para comprar insumo. El productor de leche fluida exige pago anticipado. Es difícil que fíe a un comprador nuevo un tambero que, además, está acostumbrado a venderle siempre a la misma empresa, que, además, es la que suele fijarle el precio”, explican. Lo propio ocurre con sus intentos de ingresar a las grandes cadenas de supermercados y mayoristas del AMBA, en las que el peso de negociación de sus competidores es mucho más fuerte.

Esta restricción se potencia por la coyuntura. En 2019, el consumo doméstico de leche cayó 5% y, con 176 litros por habitantes, está en su nivel más bajo desde 1990, cuando llegó a 162, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. A eso, además, se suma el impacto del congelamiento de precios que existe en el sector.

Por las dificultades para salir a comprar insumo, Ipasa ensayó productos alternativos para Gándara, como el puré de tomates. Pese a que este producto es visto como de alta rentabilidad, no tiene volúmenes –al igual que los yogures– para compensar el bajo nivel del mercado principal.

“Hicimos puré de tomates porque, teniendo ya líneas propias de envasado, sólo necesitábamos comprar el insumo para procesar. Pero nuestro negocio central es la leche: por cada 10 litros de fluido que se compran, sólo uno se dedica a yogures”, ejemplifican.

Ipasa está urgida por conseguir volumen. Su operación, hoy, es en gran parte manual, dado que hubo máquinas que, vandalizadas durante la quiebra, nunca pudieron volver a funcionar. Incluso así, el punto de equilibrio de la planta está en procesar 400.000 litros diarios. “Estamos lejísimos de eso. La situación es muy baja respecto de su potencial”, aclaran.

De las líneas de producto originales, además de leche, sólo yogures y secado para leche en polvo son las que más posibilidades tienen de funcionar. “La de quesos no funciona. La de helados tampoco, ni lo hará”, remarcan.

Sabor Amargo

“Esto fue tierra arrasada”, comentan, en relación al momento en que Ipasa tomó el control de la operación. La quiebra de Compañía Láctea del Sur (la continuadora de las actividades de Parmalat Argentina) había despedido a los más de 600 operarios de la planta y, en esos días, había un acampe permanente alrededor de la fábrica, inactiva durante una década.

Ni bien puso un pie, Ipasa lidió con dos severos conflictos gremiales, un toro cuyas astas ninguno de los otros interesados (ni el juzgado) había querido lidiar, remarcan en el actual dueño: uno, con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y otro, más radicalizado, con el Polo Obrero.

Así como unos veían en el nuevo dueño el fantasma de Taselli, el otro –Ipasa– sospechaba que los conflictos eran fogoneado por competidores que habían perdido la puja por el activo industrial.

La historia ya era compleja. En su momento, el Grupo Lactona llegó a producir el 25% del dulce de leche del país. La empresa, además, tenía presencia en leche fluida, yogures (con su marca Yorgurbelt) y quesos untables (Saavedra). Cada día, procesaba cerca de 600.000 litros de leche en sus plantas de Gándara y Lezama, para consumo interno y exportación.

A principios de los ’90, su dueño, Carlos Rodríguez, falleció. En 1998, pasó a manos de la italiana Parmalat. En ese momento, Lactona facturaba u$s 150 millones anuales y el 70% de su negocio era el lácteo. El comprador llevaba tres años en el país.

En 2003, por un fraude financiero internacional, Parmalat entró en quiebra en todo el mundo. Taselli –en ese momento, todavía concesionario de los ferrocarriles San Martín, Roca y Belgrano Sur, a través de Metropolitano– compró sus activos locales por el valor simbólico de 1 euro y asunción de deudas por $ 200 millones. Dos años más tarde, Compañía Láctea del Sur –continuadora de Parmalat Argentina– entró en concurso preventivo, con un pasivo de $ 240 millones (u$s 80 millones de entonces). En 2008, se le decretó la quiebra.

Taselli, vale recordar, era dueño de Aceros Zapla, del molino Brunning, el ex frigorífico Santa Elena y de la siderúrgica cordobesa Materfer. Entre 1994 y 2002, tuvo la concesión de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT). El Gobierno de Néstor Kirchner le expropió los ferrocarriles en 2007 -las irregularidades y déficits en la prestación del servicio ya eran extremadamente difíciles de justificar los $ 600.000 diarios que recibía en subsidios- y, tiempo después, la Justicia lo procesó por administración fraudulenta en la mina de carbón. Actualmente, está detenido, por la causa de los cuadernos de la obra pública.
Sergio Taselli, ex dueño de Compañía Láctea del Sur.

Horacio Robledo, titular del Juzgado Comercial 25, Secretaría 50, liquidó los activos de la ex Parmalat. En septiembre de 2008, se presentó a la quiebra una sociedad, Inversiones para el Agro (Ipasa), que le había comprado al Citibank el leasing que había sobre las máquinas de la fábrica de Pilar. El banco había financiado el 70% de los equipos, valuados (por inventario) en más de u$s 9 millones. “Haber comprado ese leasing reforzó nuestro interés por la planta”, dicen en Ipasa.

Ipasa había sido constituida en octubre de 2005. Uno de sus socios fundadores es el rafaelino Jorge Giorgetti, ex presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe. Amigo personal de Alberto Fernández –como lo afirmaron los medios de su provincia, durante una visita del Presidente en diciembre–, fue colaborador de Carlos Reutemann, en su momento, y tiene estrecha relación con el gobernador Omar Perotti, en la actualidad. En Santa Fe, siempre hubo comentarios sobre la conexión de Giorgetti con Taselli.

Pero, cuando Ipasa se presentó en la quiebra, el ex legislador santafesino ya no estaba en esa sociedad. El representante –y presidente– de la empresa era un abogado: Andrés Javier Montone. Es hijo de Oscar, quien fue funcionario de los gobiernos radicales de Alejandro Armendáriz, en la provincia de Buenos Aires, y de Raúl Alfonsín, a nivel nacional. En las últimas elecciones, Montone hijo –militante radical, alineado con Ricardo Alfonsín– fue precandidato a intendente de Vicente López por Consenso Federal, el frente de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey.

Allegados a Montone aclaran que la actividad política es absolutamente ajena a su labor empresaria. Lo hacen con el mismo énfasis con el que niegan cualquier vinculación a Taselli, como denunció Atilra en 2011. “Al contrario: es una mochila pesada que, todavía, no nos podemos sacar”, lamentan.

Especializado en quiebras y concursos, Montone había formado un pool de inversores para adquirir activos a precio de liquidación y maximizar la ganancia con una venta inmobiliaria o, como en este caso, el armado de un promisorio plan de negocios. Algo que, hoy día, también intenta replicar con Foderami, quebrado gigante textil con sede en San Juan.

En un litigio previo, Montone tuvo contacto con Giorgetti. Para ir por la planta de Pilar de la ex Parmalat, necesitaba una empresa que acreditara antecedentes en el negocio alimenticio. Ipasa, además, ya estaba conectada al expediente, en calidad de acreedora. Por eso, explican, fue por la sociedad. La operación se cerró a fines de 2006, indican. Cuando Ipasa se presentó en la quiebra, aseguran, ya la habían “limpiado” (sic), en referencia a la salida de Giorgetti y cualquier otro vestigio de nexos con el activo tóxico que, en estas circunstancias, representaba -y, todavía, lo hace- Taselli.

La propuesta inicial de Ipasa fue alquilar la planta de Pilar. Firmó un primer convenio, a fines de 2007. A mediados de 2008, hubo un segundo contrato, ya definitivo, en el que se fijó la locación por tres años, a cambio de $ 120.000 por trimestre. El monto había sido reducido desde los $ 300.000 pactados originalmente. Es que, por el deterioro que presentaban los activos, el valor del inmueble había bajado de $ 45 millones a $ 32 millones en esos meses.

En mayo de 2011, según consta en el expediente judicial, pasó a tomar posesión de la planta, tras haber presentado una propuesta, que fue llamada a mejorar por el juzgado. Pujó contra Mastellone y SanCor. Resultó adjudicataria, tanto de la planta en Pilar como de un inmueble menor, en Trenque Lauquen.

“Los dos conflictos (el de Atilra y del Polo Obrero) tuvieron un costo altísimo: tiempo y dinero”, resumen en Ipasa. El acondicionamiento de la planta llevó años. “Había maquinaria europea, de última generación, tan arruinada que nunca se pudo reconstruir”, grafican. Esperan que el relanzamiento de Gándara sea, finalmente, la primera cucharada dulce de un business plan que había sido diseñado a tres años y ya lleva 14 de sinsabores.

Aunque son herméticos en cuanto a identidades, aseguran que, a lo largo de esa década y media, hubo inversores que salieron y otros, que ingresaron. Actualmente, son una veintena, «un plan de ahorro», ironiza uno de sus armadores. Un listado heterogéneo, de intereses diversos y, en ciertos casos, opuestos, describen. Es que, a esta altura, no faltan quienes les tienta más hacer un negocio inmobiliario, que el retorno que, hasta ahora, paladearon por esta apuesta industrial.

El carbón volador, ¿qué es y cómo afecta al trigo?

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Básicamente cuando uno escucha sobre el carbón volador del trigo lo primero que hace es preguntarse ¿Qué es esto? 

El ingeniero agrónomo, Juan Edwards Molina, quien además tiene una maestría en producción vegetal y un doctorado en fitopatología explica de que se trata

Edwards Molina actualmente es investigador del INTA -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria- en Balcarce y realiza experimentación de sanidad de cultivos agrícolas.

Molina nos explicó que el carbón volador es una enfermedad del trigo causado por el hongo Ustilago tritici que ha reemergido en las últimas campañas de fina. Se puede detectar en la recorrida de campo desde antes de la floración (antesis), ya que las plantas infectadas desarrollan espigas anticipadamente, observándose masas de esporas negras en las espiguillas. A la cosecha solo le van a quedar los raquis erectos y desnudos, lo que a menudo tiene un gran impacto visual, efecto que no se condice con su bajo potencial de daño global.

El ingeniero nos enseñó que el carbón sobrevive principalmente en las semillas de trigo (fuente de inóculo para nuevas epidemias), aunque los granos infectados lucen idénticos a los sanos. ¿Por qué pasa esto? Esto se debe a que el patógeno se mantiene en estado de latencia dentro del embrión de la semilla, a espera de la reactivación del proceso germinativo de la misma para retomar la actividad. Una vez iniciada la germinación, el hongo reactiva su crecimiento avanzando su colonizando hacia tejidos en desarrollo de las plantas de trigo.
Carbón volador en trigo. Foto; J. E. Molina

Llegado el momento de espigazón del cultivo, las plantas infectadas van a desarrollar espigas de menor tamaño y van a estar cubiertas de esporas de carbón, las cuales van a ser liberadas y dispersadas por el viento (de ahí el nombre de la enfermedad) en procura de espigas de plantas sanas circundantes (en estado de floración o en las primeras etapas del desarrollo del grano).

Luego del aterrizaje sobre las espigas sanas y de una infección exitosa (favorecida por condiciones ambientales frescas y húmedas), el hongo va a crecer dentro del embrión de los granos de trigo en desarrollo, y no va a generar nuevas infecciones durante ese ciclo de cultivo.

¿Qué pasa cuando el volador se hace evidente en el campo? Cuando esto se presenta ya es demasiado tarde para controlar la enfermedad, por lo tanto el manejo recomendado es actuar sobre la principal fuente de inóculo: la semilla.

Para ello, Molina resaltó que se recomienda evitar usar una semilla proveniente de lotes de trigo en que se haya registrado infecciones de carbón. Además, se debe proteger la semilla con fungicidas sistémico (que contenga activos del grupo de triazoles principalmente, en este caso actuando como erradicante), en lo posible a través de tratamiento profesional de la misma.

Un gran dato a tener en cuenta es que el costo del tratamiento de semillas con fungicida es relativamente bajo y de alta eficiencia (más de 80% de reducción de infecciones). No existen variedades que sean altamente resistentes a todas las razas de carbón volador, ya que los programas de mejoramiento centran sus selecciones en otras enfermedades de mayor relevancia.

Para tranquilidad de todos, la pérdida de rendimiento no es devastadora y su magnitud es proporcional al porcentaje de espigas infectadas en el campo.

Para entender mejor, Edwards ejemplificó que de un muestreo de 100 espigas donde se observan 5 de ellas con carbón (lo que realmente resultaría muy elevado, casi raro), se podría esperar una merma del 5% del rendimiento .

En 2019 se observó presencia del carbón volador relativamente generalizada en las principales zonas trigueras de la región pampeana, aunque sin reportarse casos de lotes puntuales con alta incidencia (no más de 3%).

En resumidas cuentas, según nuestro entrevistado, esta adversidad no es para preocuparse pero sí para ocuparse, ya que sería una picardía tener mermas de rendimiento debido a una enfermedad de relativo fácil control.

La rara abeja azul de Florida

Endémica de Florida, Estados Unidos, una pequeña abeja llamada «abeja carpintera azul», Osmia calaminthae, ha estado causando entre los investigadores estadounidenses asombro. Además de ser extremadamente rara, es azul, ¿no es maravillosa la naturaleza?

Es una especie completamente nueva y rara, descubierta recientemente en 2011, en bosques de pinos en un radio de solo 26 kilómetros cuadrados restringidos a cuatro sitios de hábitat en el también raro Lake Wales Ridge en Florida Central.

Los responsables del descubrimiento e investigación de las nuevas especies de abejas son Chase Kimmel y Jaret Daniels, director del Centro McGuire para Lepidópteros y Biodiversidad en el Museo de Historia Natural de Florida.

Kimmel dijo que cuando conoció a las abejas azules en 2011, no estaba seguro de volver a verlas, ya que 2016 fue la última vez que las vieron.

1. La reaparición de las abejas.

Los investigadores dijeron que fue una gran y feliz sorpresa que reaparecieran y ahora en mayor número, que se encuentran en tres de sus ubicaciones previamente conocidas y en seis ubicaciones adicionales hasta 80 kilómetros de distancia, excelentes noticias para una especie en gran riesgo de extinción.

2. La búsqueda

El Plan de Acción de Vida Silvestre del Estado de Florida enumera a la abeja azul como la especie más necesitada de conservación, y la investigación puede ayudar a determinar si los insectos cumplen con los requisitos de protección bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción.

Para el próximo año, los investigadores tienen la intención de registrar los hábitos de las abejas y especificar los lugares donde viven y entienden su biología.

Muy raro, las abejas azules fueron consideradas «en peligro crítico» por la organización de conservación sin fines de lucro, NatureServe.

La investigación se basa en la ayuda de voluntarios del Museo de Florida que brindaron una gran ayuda para mapear y clasificar los lugares donde se pueden encontrar las abejas que polinizan, el calamint de Ashe y así ayudar a los investigadores a mapear el hábitat.

Hábitat único

Es necesario comprender que estas abejas muy raras también habitan lugares raros con un paisaje único. Lake Wales Ridge está en tierras protegidas por el estado porque es parte de la historia geológica de Florida. Otras especies raras también se pueden encontrar allí. El lugar es realmente único.

La región ya estaba sumergida, por lo que sus áreas de dunas funcionaban como islas aisladas, creando estos hábitats de diferentes animales y plantas.

Según un informe del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, se consideró que esta región tenía la mayor biodiversidad del mundo y uno de los ecosistemas más desaparecidos del país.

Por lo tanto, como no podía ser de otra manera, la rara abeja azul también depende de una especie rara de planta para polinizar. Es una especie en peligro de extinción, una planta con flores conocida como Ashe’s calamint (nativa de Florida y Georgia).

La abeja azul

Además de ser nuevo, endémico y de hábitat restringido, ¡la abeja es azul!

Las abejas tienen muchas variaciones de color, pero el azul es especialmente diferente.

Todo es especial sobre esta especie.

Otra curiosidad es que, a diferencia de las abejas que viven en grandes colmenas, este tipo prefiere vivir solo, en pequeños agujeros o madrigueras en el suelo, tallos huecos y agujeros en árboles muertos como nidos.

Coronavirus

La pandemia de coronavirus también ha estado afectando la investigación sobre las abejas. El proyecto ha sufrido algunas bajas, retenciones y prohibiciones o impedimentos de desprendimiento como medidas preventivas y, en momentos cruciales, dependen de las estaciones climáticas, de la floración de las flores, de la temporada de polinización, de la reproducción, todo interfiere y está interconectado y los investigadores están preocupados.

Dimensionar acciones que puedan contribuir al mantenimiento y la supervivencia de las abejas azules, comenzando con la protección integral de su hábitat, es la intención de los investigadores que tienen la intención de contar con la colaboración de un ejército para que esto suceda, la participación total de la comunidad de amplia asistencia para generar buenos resultados.

Cultivo de cereales más rentable y sostenible

Una iniciativa enlaza transferencia, innovación y nuevas tecnologías para un cultivo del cereal en España más eficiente, rentable, sostenible y socialmente integrado.

La Universidad de Salamanca (USAL) participa en el Grupo Operativo Cereal Agua a través del científico del Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) José Martínez Fernández para llevar la innovación al sector de los cereales en España en el marco de un proyecto un ambicioso proyecto que enlaza transferencia, innovación y nuevas tecnologías para un cultivo del cereal en España más eficiente, rentable, sostenible y socialmente integrado.

El Grupo Operativo supra autonómico CEREAL AGUA comenzó sus trabajos en 2018 y está formado por entidades de Andalucía, Extremadura y Castilla y León. Liderado por AMBIENTA, pyme dedicada a la ingeniería y servicios en el ámbito agrícola y forestal, también forman parte del mismo las Universidades de Salamanca y Córdoba, las empresas JOGOSA y REALIMA, el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAS-CSIC), el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) y el Centro Tecnológico Agroalimentario “Extremadura” (CTAEX).

Por parte de los agricultores, el grupo está representado por la Asociación de Jóvenes Agricultores de Córdoba (ASAJA Córdoba), la Sociedad Cooperativa del Alagón (COPAL), la Comunidad de Regantes de la margen derecha del Alagón y la Comunidad de Regantes de La Armuña. Las Confederaciones Hidrográficas del Duero y del Guadalquivir, y el Ayuntamiento de Córdoba, a través del IMGEMA-Real Jardín Botánico de Córdoba, son las tres administraciones públicas con competencias territoriales y urbanas que completan el grupo.

El Grupo Operativo Cereal Agua, integrado en la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícola AEI-agri (EIP-AGRI The agricultural European Innovation Partnership), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014–2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, trabaja en el territorio utilizando como referencia la cuenca hidrológica, y para ello coordina la participación de múltiples actores.

Proyectos en marcha

Cereal Agua desarrolla sinergias con varios proyectos en marcha, europeos del programa Horizonte 2020 y LIFE, así como con otros grupos operativos o proyectos de investigación nacionales y regionales, que también aplican la tecnología y la transferencia para los retos territoriales relacionados con el mundo agrario del cereal, con el agua y con el suelo, en Extremadura, Andalucía y Castilla y León.

Entre los ejemplos de sinergias destaca la integración del exitoso Proyecto de Diversificación del Paisaje Agrario de la Campiña del término municipal de Córdoba; el Proyecto LIFE IP Duero, que permitirá ordenar los recursos hídricos de la cuenca del río Duero a través de soluciones innovadoras, sostenibles y participativas, o el Proyecto Horizonte 2020 SHUI, que desarrolla un conjunto de tecnologías y herramientas para gestionar un uso optimizado de los recursos suelo y agua en sistemas de cultivo europeos y chinos, y consolida una plataforma de investigación integrada para la próxima década entre la UE y China.

El cultivo de cereal en España tiene gran importancia socioeconómica y ambiental, pues es el cultivo con mayor base territorial y con amplia distribución en casi toda España. El sector del cereal está inmerso en el contexto de los retos para una agricultura que ha de ser sostenible en relación con el cambio climático, el crecimiento de la población mundial, la seguridad alimentaria, la conservación del suelo y el uso racional del agua. Además, la situación actual de crisis económica debido al Covid19 supone un reto añadido, ya que acabará influyendo en la cadena de valor agroalimentaria. Las líneas de aplicación de la innovación que se deben abrir o potenciar han de dirigirse, por tanto, a la adopción de prácticas agronómicas enfocadas a la optimización de recursos, un uso más eficiente, tanto del agua de lluvia como de los sistemas de riego, o a la búsqueda de soluciones para el asentamiento de la población rural.

El nuevo proyecto afronta desafíos para un cultivo de cereal más sostenible, de acuerdo con los retos de protección y conservación del suelo, el ahorro de agua, la integración en el paisaje, la potenciación del valor añadido de los servicios de los agro-ecosistemas, y la adaptación al cambio climático y sus consecuencias, una de ellas, por ejemplo, la sequía.

Pero el Grupo Operativo Cereal Agua también discute medidas de cultivo de cereal más rentables, de acuerdo a los retos de los nuevos mercados y políticas globales, como catalizador de la integración social, para una mejor incorporación de jóvenes y mujeres al empleo rural, y que contribuya a luchar contra la despoblación rural, mediante la aplicación de la innovación y digitalización agraria, y el desarrollo de nuevos modelos de negocio en el medio rural.

En resumen, el suelo, el agua, los servicios de los agro-ecosistemas del cereal, la adaptación al clima, la sequía, la economía, los mercados agrarios, la sociología rural y la digitalización agrícola, forman parte de los objetivos proyecto.

Tras un periodo marcado por la crisis del Covid19, dónde han predominado las acciones de teletrabajo más centradas en planificación e ingeniería, las próximas semanas comenzarán las acciones piloto, en las que se contemplan medidas de protección de suelo, ensayos tecnológicos para ahorro de agua en riego, mejora del paisaje y diseño de modelos de valoración económica de servicios de los agro-ecosistemas de cereal. Todo se aglutinará en una plataforma digital para compartir información útil a los agricultores, que pueda incluir una base de datos para la adaptación al cambio climático, o flujos económicos mercantiles, por citar algunos ejemplos. Entre los ensayos tecnológicos aplicados al cereal, destacan la utilización de satélites para monitorización de variables agronómicas, el uso del internet de las cosas para el ahorro de agua de riego, el aprovechamiento de la energía hidráulica como fuente renovable para disminuir los costes energéticos del riego, o el sistema de posicionamiento EGNOS para mejora de la precisión en las labores de los cultivos de cereal.

El Grupo también trabaja con análisis de mercados y estudio de alternativas de cultivo al cereal, y pondrá en marcha acciones de formación técnica y nuevos modelos de negocio para jóvenes y mujeres relacionados con la digitalización agraria. Todo se completa con un plan de comunicación, divulgación y diseminación del proyecto para que llegue a la mayor cantidad de personas interesadas posibles.

Constitución del Grupo Operativo CEREAL AGUA

Para su constitución, al grupo le ha sido concedida una subvención del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La creación de los Grupos Operativos de ámbito nacional ha sido posible a través de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícola (AEI-AGRI), que pretende acortar la distancia que existe entre la comunidad investigadora y el sector agroalimentario y forestal, el cual necesita aplicar el conocimiento científico para poner en marcha acciones innovadoras y sostenibles en el proceso productivo, transformador y comercializador. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, convocó en abril de este año una segunda convocatoria de Grupos Operativos para que actores de distintos perfiles se asociaran en este sentido.

La creación y funcionamiento del grupo operativo supra autonómico CEREAL-AGUA está cofinanciada en un 80% con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea, y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, siendo la inversión total de 507.930,00 €.

Yerba mate: ensayos para controlar el mal de la tela

La Mesa de Sanidad de la Yerba Mate analizó los resultados de los ensayos de campo de diferentes productos fitosanitarios para el control del hongo denominado Mal de la tela, una de las principales enfermedades que preocupa al sector productivo de la yerba mate y a las instituciones con ingerencia en este cultivo.

Convocada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la videoconferencia interinstitucional reunió a representantes de este organismo, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UnaM), de los institutos nacionales de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Yerba Mate (INYM), los ministerio de la Producción de Corrientes, del Agro y de Ecología de Misiones y de la Biofábrica Misiones S.A..

En la oportunidad se explicaron los grandes avances registrados en los ensayos de campo de diferentes productos fitosanitarios que llevan adelante la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM y el INTA, con el fin de evaluar su utilización para el control de la citada enfermedad, de acuerdo a los lineamientos elaborados por el Senasa.

Se explicó que restaría, a la fecha, esperar los análisis de residualidad para cumplimentar con la legislación que enmarca este proceso y poder registrar productos efectivos contra la enfermedad.

También se desarrollaron temas referidos a aspectos biológicos de la plaga, sitios y resultados de los trabajos de monitoreo realizados, aspectos ecológicos relacionados y manejo del cultivo.

La yerba mate es una de las principales economías regionales del país y sobre todo de la región Corrientes-Misiones. A la fecha existe una superficie implantada de 165.326 hectáreas, de las cuales existe un 12.5% en la provincia de Corrientes, departamento de Santo Tomé, y un 87.5 % distribuido en la provincia de Misiones. El total de operadores/productores es de 11700, según datos del INYM.

En busca del aguacate perfecto

Una técnica para medir la madurez de la palta o aguacates podría reducir el desperdicio hasta en un 10% y ayudar a satisfacer la demanda del consumidor de fruta lista para comer.

esarrollada y probada por la Universidad de Cranfield, la tecnología utiliza un láser y una pequeña vibración para evaluar la frecuencia de resonancia de las frutas individuales, lo que brinda una evaluación confiable de la madurez sin dañar el aguacate.

Hasta el 30% de los frutos de aguacate se desperdician actualmente debido al daño causado por las pruebas durante la clasificación, con una pérdida adicional del 5% en el comercio minorista. La forma actual de evaluar la madurez es a través de un dispositivo neumático que empuja la fruta o mediante pruebas manuales.

La Universidad de Cranfield adaptó una tecnología más utilizada en las fábricas de automóviles para probar la uniformidad de las piezas de ingeniería de gran tamaño. La vibrometría láser Doppler (LDV) emite un láser en la fruta para medir la luz refractada y utiliza pequeñas vibraciones para probar la frecuencia de resonancia . Las vibraciones son causadas por un simple dispositivo de impacto automatizado que toca la fruta. Se demostró que la prueba de LDV predice con precisión la etapa de fruta de aguacate lista para comer.

El profesor Leon Terry, Director de Medio Ambiente y Alimentos Agrícolas de la Universidad de Cranfield, dijo: «Las frutas duras crean una frecuencia más alta que las frutas blandas, por lo que calculamos la frecuencia perfecta para un aguacate maduro y medimos esto con precisión con la prueba de LDV. Dejar la fruta intacta es de gran beneficio y reduce enormemente el desperdicio. La prueba que hemos desarrollado podría extenderse a otras frutas «.

Con el Reino Unido importando casi 100,000 toneladas de aguacates al año y la fruta cada vez más demandada, predecir la madurez es de gran beneficio para los proveedores y minoristas. Un producto costoso, los aguacates viajan en cintas transportadoras en un solo archivo, lo que significa que el LDV puede probarlos individualmente. A partir de ahí, un mecanismo de clasificación automática que ya existe en gran medida podría usarse para separar las frutas maduras de las inmaduras.

La investigadora, Dra. Sandra Landahl, agregó: «Probamos la precisión del LDV en una línea real de fábrica, en condiciones de laboratorio, y el método tiene un potencial real, brindando medidas precisas de madurez sin dañar la fruta. Si se desarrolla, un simple ‘ semáforo ‘ El sistema podría clasificar la fruta en madura, para descartar o almacenar, ayudando a la industria a combatir el desperdicio de alimentos en este punto de la cadena de suministro «.

La Universidad de Cranfield es co-líder de la nueva Red de Calidad y Pérdida de Alimentos BBSRC, una nueva iniciativa para vincular a los investigadores con la industria para encontrar soluciones a los enormes desafíos de desperdicio de alimentos que enfrenta la cadena de suministro.

El artículo, «Discriminación no destructiva de la madurez de los frutos de aguacate usando la vibrometría Doppler láser», se publica en Biosystems Engineering .

Los poros del suelo son la clave en terrenos desérticos

Las temperaturas extremas, la escasez de agua y la limitada materia vegetal crean un ambiente inusual. Con poco material vegetal muerto para descomponerse y crear una rica capa de materia orgánica, los suelos desérticos son únicos.

Judith Turk, profesora asistente en la Universidad de Nebraska-Lincoln, estudia la capa superior de suelos desérticos, llamada horizonte vesicular. Esta capa superficial del suelo es común en los desiertos y contiene poros de diferentes formas, llamados vesículas y vughs.

«Estos horizontes son importantes debido a su papel en muchos procesos», dice Turk. “Los horizontes vesiculares determinan cuánta agua penetra en el suelo y cuánta escorrentía. Como ocurren en los desiertos, controlan la distribución del recurso más limitante, que es el agua ”.

Los poros vesiculares son esféricos, se parecen un poco a las burbujas y no están conectados entre sí. Los Vughs son similares pero de forma más irregular, casi como un grupo de burbujas que no se han separado completamente entre sí.

Turk quería aprender cómo se forman estos horizontes en diferentes suelos desérticos. En su experimento más reciente, eligieron pequeñas parcelas de los suelos y tomaron muestras. Luego aplastaron el suelo para que la formación de poros tuviera que comenzar desde cero. Verificaron la porosidad de los suelos en el transcurso de un año para comparar.

perfil del suelo.
Este perfil de suelo muestra el horizonte vesicular en una parcela de investigación cerca de Mina, NV. Crédito: Judith Turk.

«Primero, encontramos que las tasas de infiltración se redujeron como resultado de la perturbación», explica Turk. «Esto normalmente no sería sorprendente, ya que las perturbaciones compactan el suelo, reducen la porosidad y rompen las redes de poros por las que fluye el agua».

«Sin embargo, los poros en los horizontes vesiculares son diferentes», dice ella. “La mayoría de los poros no están conectados entre sí y, por lo tanto, contribuyen poco a la permeabilidad del suelo. Entonces, no estábamos seguros de cómo la perturbación afectaría estos horizontes «.

Ella agrega que lo que los sorprendió fue cómo la textura de un suelo determinó qué tan bien regresó su porosidad en esta capa de suelo. Asumieron que un suelo con más limo sería mejor para la formación de vesículas, pero encontraron que las vesículas se formaron más rápidamente en suelos relativamente arenosos.

«La capacidad de los poros vesiculares para reformarse dentro de un año después de que se altera el horizonte vesicular es algo interesante», dice Turk. «El hecho de que los horizontes vesiculares posteriores a la perturbación sean más delgados con poros más pequeños nos dice que lo que observamos en los suelos no perturbados tarda en formarse».

suelo ped.
Este trozo de tierra tiene numerosos poros vesiculares, que son esféricos y se parecen un poco a las burbujas. Crédito: Judith Turk

Es importante estudiar estos suelos porque las tierras semiáridas cubren aproximadamente un tercio de la superficie terrestre del planeta. Los suelos con horizontes vesiculares a menudo se alteran porque las poblaciones de ciudades en ambientes áridos están creciendo. Hay construcción de parques solares y eólicos, y estas áreas son populares para ejercicios militares.

Es vital tener en cuenta los hallazgos de los investigadores cuando se planea perturbar el suelo. Esto permite a las personas comprender cómo podría comportarse el suelo después de la perturbación.

Turk planea continuar esta investigación en el futuro. A ella le gustaría ver un experimento realizado en una escala de tiempo más larga para ver cómo las capas recién formadas se mezclan con el suelo circundante.

«Muchas personas se sorprenden al saber que hay suelos interesantes en el desierto», dice ella. “Cuando me mudé a California para la escuela de posgrado, me enamoré de las tierras desérticas del oeste de los EE. UU. En el desierto se puede ver la superficie de la tierra y es fácil imaginar los procesos que han construido los paisajes del suelo que vemos hoy ”.

Curso a distancia sobre compostaje

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El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) organizó para junio un curso gratuito sobre el arte del compostaje. El mismo, cuya modalidad será a distancia, permitirá adquirir las herramientas conceptuales básicas para lograr el desarrollo de la actividad.

El instituto propone un temario sobre cuyos contenidos los alumnos podrán interactuar con los docentes a través de Campus Virtual del INTI, accediendo desde cualquier PC conectada a Internet.

De esta manera, la provisión de materiales se realizará por medio de la plataforma virtual, estando disponible las 24 hs del día, los siete días de la semana, para que los participantes se conecten en el momento que les resulte más cómodo.

Todas aquellas personas interesadas en la recuperación de residuos orgánicos y en iniciar un micro – emprendimiento sustentable como el compostaje deberán pre-inscribirse (click aquí).

El curso se desarrollará del 2 de junio al 28 de julio (a confirmar).

Temario:

  1. Definiciones
  2. Beneficios y desventajas del compost
  3. Materiales a compostar
  4. Proceso de compostaje
  5. Etapas
  6. Proporciones
  7. Armado del compostero
  8. Requerimientos
  9. Parámetros a controlar
  10. Parámetros de calidad requeridos
  11. Legislación vigente (SENASA)