29-03-24 |

Estiman un crecimiento en el area de siembra de girasol a pesar de «La Niña!

En los últimos años si bien aumentó el área cultivada, la planta se vio afectada por eventos extremos de calor y la ausencia de lluvias, aún así, la presente campaña 2022/2023 presentaría un notable crecimiento de la siembra .

La producción del girasol en nuestro país se ha conformado en una economía regional de la cual dependen miles de productores –en su mayoría pequeños y medianos- asentados en las regiones agrícolas más marginales del país, como son la provincia del Chaco y el norte de Santa Fe, el Este de La Pampa y el sudoeste de Buenos Aires. Más allá de los productores, gran parte de la actividad económica de estas regiones se mueve en torno al desarrollo de este cultivo.

La nobleza del cultivo ante situaciones de estrés hídrico y su estabilidad de rendimientos lo posicionan en estas regiones como la única alternativa agrícola en algunos casos o la más segura en otros, incluso frente a la soja. Además, desde el punto de vista financiero, el cultivo aporta un ingreso en una época del año que ninguna otra actividad agropecuaria lo hace. El girasol expande la frontera agrícola ya que puede sembrarse en los ambientes más desfavorables, donde otros cultivos no tienen posibilidades. En estos ambientes, la opción de los productores no es agrícola sino ganadera, con planteos de baja eficiencia y muy baja productividad.

La planta y cultivo de girasol tiene una gran capacidad de adaptación a diferentes condiciones climáticas. Puede soportar temperaturas bajas, lo que permite en el clima mediterráneo adelantar las siembras a la salida del invierno para aprovechar mejor las condiciones de humedad. En el último verano en Argentina, la ola de calor del mes de enero, influyó en cuanto al desarrollo del cultivo, con rindes que se vieron tocados por la acción climática, en medio del segundo evento consecutivo de La Niña.

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El efecto climatico en los rindes

En su informe de final de campaña, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires detalló la performance del cultivo, que si bien incrementó la superficie no logró superar la cosecha anterior por la caída en los rendimientos en la zona núcleo girasolera a causa de clima y las enfermedades.

La entidad señaló que se sembraron 1,7 millones de hectáreas en todo el país, una superficie 5,6 % superior al ciclo previo, y un 1,7 % por encima del promedio de área sembrada en las últimas cinco campañas. 

La campaña finalizó con un volumen total cosechado 100.000Tn por debajo del escenario inicial. El descenso en la producción se produjo por fallas de polinización debido a intensos golpes de calor y elevada incidencia de cancro del tallo (Phomopsis helianthi) durante llenado de grano, concentrados en los núcleos girasoleros del sur del área agrícola. 

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La cosecha total nacional se ubicó en 3,4 millones de toneladas, igualando la producción 2020/21 y la de las últimas 5 campañas; y superando en un 6,6 % el volumen promedio de los últimos 10 años (3,19 MTn).

Con el correr del calendario, las correcciones realizadas sobre la distribución del área implantada mejoraron la precisión en el cálculo del rinde medio nacional, finalmente estimado en 20,4 qq/Ha. Esta productividad desciende un -5 % en comparación al ciclo previo y un -3,4 % comparado al promedio de las últimas cinco campañas. 

El actual volumen de producción, junto con la suba del precio, generaría un aporte récord a la economía argentina de USD 1.909 millones. También aportaría USD 495 y 1.202 millones en términos de recaudación fiscal y exportaciones, respectivamente.

Crecimiento en área de siembra de girasol

A pocas semanas del inicio de la campaña de 2022/2023 de girasol, con la siembra de los primeros cuadros en la región norte del país, en el sector proyectan que la producción del nuevo ciclo podría marcar un crecimiento de entre 30% y 40% respecto a la temporada previa.

Así, el presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), Enrique Moro, estimó que la superficie sembrada con la oleaginosa podría alcanzar las 2,2 millones de hectáreas, proyección que de concretarse se ubicaría 500.000 hectáreas por encima de la campaña 2021/22.

En diálogo con Télam, Moro dijo que «en general el interés de los productores de este año es avasallante. Estamos hablando entre el 30% y el 40% de crecimiento del área, que podría ser mayor, pero hay un cuello de botella por el lado de las semillas»,

En este sentido, el titular de Asagir, que nuclea a los diferentes actores de la cadena del girasol, señaló que en el sector dan por hecho que «va a haber semillas suficientes para aproximadamente 2,2 millones de hectáreas«, algo que representa «buenas perspectivas de producción».

La cuestión que sobrevuela a modo de duda es lo que puede pasar con el clima.

Por eso se esperan que se produzcan nuevas lluvias en el norte argentino, uno de los grandes núcleos productivos del país, para comenzar la siembra con la incorporación de los primeros lotes.

Teniendo en cuenta el área estimada por la entidad y los rendimientos promedio del cultivo, Moro proyectó la posibilidad de que la producción escale hasta los 4,5 millones de toneladas, 1,1 millón de toneladas más que las obtenidas en la campaña 2021/22 y 400.000 toneladas por encima de la estimación actual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que ubicó ciclo 2022/23 en 4,1 millones de toneladas.

El girasol hace ya tres campañas consecutivas que gana superficie, con una expansión del 17,2% al pasar de 1,45 a 1,7 millones de hectáreas, según los números informados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).

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