Una sequía que afectó a importantes zonas agrícolas entre diciembre y febrero, situación que fue acompañada por ola de calor y esto significo un gran impacto para algunos cultivos.
En Argentina, se cultivan cada año aproximadamente 400.000 hectáreas de maní, trantándose de una oleaginosa que cada ciclo se expande a nuevas regiones a fuerza de buenas prácticas agrícolas y de integrarse a la rotación sustentable.
El maní se destaca como una economía regional intrapampeana. Al igual que la leche santafesina y la apicultura bonaerense, se desarrolla con fuerza como cultivo intensivo dentro de la Región Centro de nuestro país. El maní se produce principalmente en la provincia de Córdoba, con un fuerte anclaje territorial sobre la provincia mediterránea.
Más allá de las técnicas implementadas para los cultivares en cada región productora, el principal obstáculo que ha tenido la producción de la presente campaña fue el clima. En primer término, fue la sequía que afectó a la zona centro de Córdoba durante el verano, en el marco de la presencia del fenómeno La Niña. Pero después también se vio perjudicada por una serie de fuertes heladas tempranas que ocurrieron entre el 30 de marzo y el 1° de abril pasado, destacó la entidad.
“Fue la helada más temprana en toda la historia del maní. Nos provocó un daño muy grande porque cortó gran parte del ciclo de muchas hectáreas que estaban en una etapa clave de desarrollo. Afectó no menos de entre 70 y 80% del área, en distinta gravedad.
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La caída en la producción
La Cámara Argentina del Maní (CAM) estimó que la cosecha 2021/22 de este cultivo caerá 17% como consecuencia de diversas inclemencias climáticas que ocurrieron durante el verano y el principio del otoño, en el marco del fenómeno La Niña.
Según los últimos datos relevados por la entidad entre sus empresas asociadas, la siembra se redujo 5,2%, de 417.000 hectáreas a 395.000; y el rendimiento promedio se calcula con una caída del 11,5%, de 2,61 toneladas por hectárea en el ciclo pasado a 2,3 toneladas en el actual.
El resultado es una baja estimada en la cosecha del 17%, con una producción total de 894.873 toneladas (en grano), cuando hace un año fueron 1.077.737 toneladas.
Así, sumando las 45.000 toneladas que quedaron en stock de la última campaña, la oferta argentina se ubicará en casi 940.000 toneladas, la más baja en al menos cuatro años.
Por ese motivo, las exportaciones también se proyectan con una baja del 16%, desde las 727.680 toneladas de la temporada anterior, a las 611.873 estimadas ahora.
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PRECIOS Y COSTOS
Un problema adicional es que, lejos de lo que ha sucedido con los precios de las commodities, el maní no aumentó su cotización internacional, sino todo lo contrario. “El 50% de lo que Brasil vendía, era a Ucrania y Rusia. Al no poder comercializar allí, esa oferta se derivó a otros destinos y bajó los precios globales”, explicó Yabes.
Pero a la vez, la crisis global ha incrementado los costos de insumos muy importantes para las empresas alimenticias y Europa –principal comprador del maní argentino– está viviendo índices inflacionarios inéditos, lo que “demora todas las decisiones de compra; no ayuda a que el mercado esté fluido y los precios se recuperen”, advirtió Yabes.
Asimismo, continúa la incertidumbre por los inconvenientes logísticos globales que mantienen altos los valores de los fletes.
RETENCIONES
De acuerdo con el directivo de la CAM, es un “cocktail negativo” para el sector, y un alivio a este panorama podría provenir por parte de una decisión del Gobierno nacional de eliminar las retenciones que paga el maní.
“Estamos en una situación muy complicada y competimos contra orígenes que no tienen derechos de exportación. Si bien el año pasado las alícuotas se redujeron, seguimos teniendo una desventaja competitiva con respecto al resto de los destinos que pueden vender más barato. Por eso, reiteramos el pedido de eliminar las retenciones para nuestra economía regional”, subrayó Yabes.
Sobre este punto, agregó que ante la suba de los commodities como la soja, el costo de alquilar campos se ha disparado y eso configura otro frente negativo para la cadena. “Bajo este panorama, las perspectivas para la próxima siembra son preocupantes: con los costos tan altos, los precios no dan”, resumió.
Otros sectores afectados por La Niña
CULTIVOS ANUALES
El 68% de las empresas CREA se vieron afectadas, con 50% al 70% de la superficie comprometida en todos los cultivos de verano.
Los más afectados fueron el maíz temprano (68% del área), sorgo (64%), y soja (60%).
Las zonas con mayor perjuicio fueron Litoral Sur (Entre Ríos), y Centro y Norte de Santa Fe.
GANADERÍA BOVINA DE CARNE
El 61% de las empresas registraron sequías, con efecto negativo sobre la disponibilidad forrajera, especialmente en Litoral Norte (Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa) y Norte de Santa Fe.
Las estrategias más utilizadas ante este escenario fueron anticipar el destete, incrementar la suplementación y acortar la recría.
YERBA MATE
Fue el sector con mayores daños: el 100% de las empresas esperan menor producción que en la campaña anterior, por el impacto de la sequía e incendios ocurridos en Misiones y Corrientes.
Y ese impacto se prolonga: para los próximos 2 años, el 40% de las empresas espera una menor producción.
FORESTALES
Si bien la producción forestal fue menos comprometida que la yerba mate, el 33% de las empresas dijo que aguarda una menor producción en esta temporada.
GANADERÍA BOVINA DE LECHE
Dos de cada tres (66%) empresas CREA registraron sequías, con incidencia negativa por estrés calórico, retraso en la siembra de cultivos para silos, pérdidas de producción de los recursos forrajeros y caídas en la producción individual.
GANADERÍA OVINA
El 84% de las empresas sufrieron problemas por la falta de lluvias; fundamentalmente, se comprometió la disponibilidad forrajera.
La estrategia más utilizada fue aumentar las ventas, seguida de un incremento en las suplementaciones.