Los patrones climáticos globales mostraron una notable resistencia a esta evolución esperada, posponiendo el inicio de La Niña durante varios meses. En enero, el fenómeno ya influye en los regímenes climáticos en Argentina.
A pesar de que en mayo la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) declarara oficialmente el término del evento de El Niño y se anticipara la pronta instauración del fenómeno de La Niña, tal transición no se materializó de inmediato. Los patrones climáticos globales mostraron una notable resistencia a esta evolución esperada, posponiendo el inicio de La Niña durante todo el año 2024.
Esta prolongada fase neutral del Pacifico Ecuatorial central generó incertidumbre en las proyecciones climáticas a nivel mundial y obligó a los científicos a reajustar sus modelos predictivos.
La Niña ha hecho su aparición. El reciente informe de (NOAA) confirma que las temperaturas del océano Pacífico han disminuido, marcando el inicio de este fenómeno climático. Esta situación suele estar asociada a [mencionar algunos de los impactos más comunes de La Niña en la región, como sequías, lluvias intensas, cambios en los patrones de viento, etc. Es importante estar atentos a las actualizaciones y tomar las medidas necesarias para mitigar los posibles efectos.
El informe emitido este jueves 9 de enero, ha revelado un significativo enfriamiento en las capas subsuperficiales del Océano Pacífico ecuatorial. Estas temperaturas, notablemente inferiores a los promedios históricos, se concentran principalmente en las regiones central y oriental del océano. Este fenómeno, conocido como La Niña, tiene importantes implicaciones para los patrones climáticos globales, ya que puede desencadenar sequías severas en algunas regiones, con potentes olas de calor y lluvias torrenciales en otras.
Vale destacar que en el año 2022/2023, el fenómeno le costó al país más de u$s22.000 millones en exportaciones, y un nuevo suceso sería un fuerte impacto en el sector.
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El informe indica que se han observado patrones climáticos característicos del fenómeno de La Niña. Estos patrones incluyen vientos alisios (vientos del este) más fuertes de lo normal en la parte baja de la atmósfera sobre el Pacífico central y occidental. En las capas altas de la atmósfera, se detectaron vientos del oeste más intensos sobre el Pacífico central y oriental.
Estos cambios en los vientos provocaron alteraciones en los patrones de lluvia. Se observó una disminución de las precipitaciones en algunas regiones de Sudamérica, mientras que en regiones como Indonesia se registraron lluvias más abundantes de lo habitual.
Además, los índices utilizados para medir la Oscilación del Sur (un fenómeno climático relacionado con El Niño y La Niña) presentaron valores positivos, lo que confirma la presencia de condiciones de La Niña. Estos índices reflejan la interacción entre el océano y la atmósfera en la región del Pacífico tropical y son fundamentales para determinar si estamos en un evento de El Niño, La Niña o condiciones neutrales.»
El fenómeno de La Niña está asociado al enfriamiento de las aguas del océano Pacifico central ecuatorial y esto se traduce en contenido bajo de humedad ambiente, lo que influye en el régimen de precipitaciones y de temperaturas en Argentina, por lo que durante enero y febrero impactaría con episodios de calor mas severos y continuos (olas de calor) y lluvias en algunos casos estarán por debajo de lo normal.
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