Los higos se desarrollan de forma muy particular. El primer dato es que técnicamente no son una fruta, sino que una infrutescencia (un conjunto de frutos), además tienen insectos muertos adentro.
Los higos tienen un secreto muy especial: ¡necesitan de un insecto para poder tener ‘hijos’! Esta pequeña criatura entra en el higo para polinizarlo, pero desafortunadamente, no puede salir y muere dentro. Así es como se reproduce esta fruta tan rica: El higo
Dentro del higo, cada flor individual produce un fruto diminuto y duro, conocido como aquenio. Estos aquenios son como pequeñas semillas que, en conjunto, conforman la pulpa del higo y le otorgan su característica textura crujiente.
Aunque a simple vista y al paladar nos parezca una fruta, el higo esconde una interesante particularidad botánica.
El higo: una flor invertida
Lo que nosotros llamamos higo, en realidad es un siconio, una estructura carnosa y hueca que contiene en su interior cientos de pequeñas flores. Estas flores están invertidas dentro del siconio, lo que le da al higo esa apariencia tan característica.

¿Por qué no es una fruta?
- Estructura: A diferencia de una fruta que se desarrolla a partir de una sola flor, el higo se forma a partir de una inflorescencia, es decir, un conjunto de muchas flores.
- Desarrollo: Cada una de estas flores dará lugar a un pequeño fruto seco llamado aquenio, que es lo que encontramos dentro del higo cuando lo partimos. Estos aquenios son las verdaderas semillas del higo.
Una relación simbiótica fascinante
La polinización de los higos es un proceso único y complejo que involucra a una pequeña avispa. Esta avispa entra en el siconio a través de un pequeño orificio y poliniza las flores. Como recompensa, la hembra de la avispa pone sus huevos dentro del higo y sus crías se desarrollan allí.
Aunque consumimos el higo como una fruta y disfrutamos de su sabor dulce, desde el punto de vista botánico, es una infrutescencia, es decir, un conjunto de frutos pequeños derivados de muchas flores. Esta característica lo convierte en un ejemplo fascinante de la diversidad y complejidad del mundo vegetal.
