Tecnologías digitales para mercados financieros sostenibles

Un comentario de Alexander Freier sobre Blockchain y FinTech en el contexto de las inversiones verdes

Las finanzas sostenibles se han convertido en una tendencia global clave. Este artículo analiza cómo las tecnologías digitales como Blockchain y FinTech están transformando los mercados financieros sostenibles, desde la tokenización de activos verdes hasta la inclusión de pequeños inversores. Al tiempo que se destacan las oportunidades, se abordan los desafíos normativos, técnicos y socioeconómicos, en especial para América Latina. La transformación digital no reemplaza la responsabilidad, pero ofrece herramientas clave para lograr una transición verde inclusiva, eficiente y transparente.

Por Alexander Freier

Introducción


Las finanzas «verdes» ya no son un tema de nicho: se han convertido en una parte integral del sistema financiero mundial. Sin embargo, su éxito depende cada vez más de cuán eficientemente, de forma transparente y verificable se estructuren y se implementen. Las tecnologías digitales como Blockchain y FinTech desempeñan un papel clave en este proceso: permiten una nueva generación de inversiones sostenibles – descentralizadas, comprobables y accesibles para muchas personas.

Los estudios demuestran que los modelos financieros basados en Blockchain pueden aumentar significativamente la velocidad con la que se asignan fondos a proyectos sostenibles. A través de procesos automatizados como los contratos inteligentes (Smart Contracts), es decir, contratos digitales autoejecutables, el dinero de las inversiones fluye más rápido y de manera más dirigida, sin la necesidad de pasar por numerosas instancias intermedias. Al mismo tiempo, se reduce el riesgo de greenwashing, es decir, la práctica de presentar inversiones como sostenibles sin una justificación verificable. La tecnología blockchain genera confianza mediante estructuras de datos transparentes e inmutables. Lo que antes era una promesa, ahora se convierte en una realidad comprobable.

Tokenización y transparencia: El poder de Blockchain


Una característica central de Blockchain es su transparencia. Cada transacción es visible y está documentada de forma permanente, lo que la hace ideal para rastrear los flujos financieros y cumplir con los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Al mismo tiempo, el almacenamiento descentralizado de datos, combinado con una seguridad criptográfica robusta, garantiza un nivel de protección muy alto. La manipulación se vuelve prácticamente imposible.

Un aspecto especialmente innovador es la tokenización: los activos verdes como certificados de CO₂, parques solares o tierras forestales y agrícolas gestionadas de forma sostenible pueden registrarse digitalmente y dividirse en pequeñas fracciones negociables. Esta llamada «propiedad fraccionada» (fractional ownership) permite que también los pequeños inversores accedan a los mercados financieros verdes. Así, por ejemplo, las empresas pueden tokenizar sus ahorros de emisiones de CO₂ y comercializarlos de manera transparente en el mercado, creando un vínculo tangible entre la protección del clima y el mercado de capitales.

Plataformas FinTech: Inversiones sostenibles para todos

FinTech – servicios financieros basados en tecnología – reduce las barreras de entrada a las inversiones verdes. Los modelos de crowdfunding y peer-to-peer permiten que muchas personas financien colectivamente grandes proyectos con pequeñas cantidades – como plantas solares o iniciativas de reforestación.

Además, se están utilizando cada vez más evaluaciones ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza) basadas en inteligencia artificial. El análisis automatizado de datos genera una nueva forma de transparencia y comparabilidad. Los contratos inteligentes solo ejecutan inversiones cuando se alcanzan objetivos de sostenibilidad específicos – como una reducción determinada de CO₂ o un consumo de agua por debajo de un umbral crítico. Combinados con aplicaciones móviles, tableros ESG o plataformas digitales, invertir de forma sostenible desde un smartphone o una tablet ya es una realidad.

Relevancia regional: Por qué América Latina debe ponerse al día


América Latina ofrece grandes oportunidades para la aplicación de soluciones digitales en finanzas verdes. Países como Argentina, Brasil y Colombia cuentan con ecosistemas de TI dinámicos, desarrolladores altamente capacitados y un entorno propicio para startups tecnológicas. Chile, por su parte, se posiciona como un referente en innovación financiera sostenible, especialmente en la emisión de bonos verdes y marcos regulatorios sólidos.

Precisamente en estos países existen buenas condiciones para tokenizar proyectos relacionados con energías renovables, agua y agricultura. Sin embargo, muchas regiones todavía están tecnológicamente rezagadas – un obstáculo importante para el desarrollo.

Por muy prometedora que sea la digitalización de los mercados financieros sostenibles desde una perspectiva económica y de desarrollo, también presenta grandes desafíos.

Por un lado, existen incertidumbres legales o inestabilidades políticas que disuaden a los inversores en América Latina. Pero sobre todo, faltan regulaciones, instituciones sólidas y mecanismos de control funcionales para un mayor uso de soluciones digitales – especialmente en el ámbito de los productos financieros sostenibles.

Mientras que en la Unión Europea ya existen marcos normativos como laSustainable Finance Disclosure Regulation (SFDR), laMarkets in Crypto-Assets Regulation (MiCAR)y leyes nacionales como laeWpG (Ley sobre valores electrónicos en Alemania) en Alemania o elPlan PACTE (Plan de acción para el crecimiento empresarial en Francia)en Francia,gran parte de América Latina carece todavía de un marco regulatorio equivalente. En particular, faltan clasificaciones claras de los “activos digitales”, definiciones y tratamiento tributario coherente para los llamados “Green Tokens”, así como certificaciones ESG confiables, lo cual limita seriamente la escalabilidad y credibilidad de las finanzas sostenibles digitales en la región.

La brecha digital también es un problema: la falta de infraestructura digital y de educación – especialmente en zonas rurales y sectores con estructuras débiles – hace urgente la inversión en centros de competencia digital, alianzas con universidades, ONGs y aceleradoras, así como programas de apoyo para emprendedores locales. Por otro lado, la migración de profesionales (“Brain Drain”) cualificados formados en centros urbanos limita el potencial innovador a nivel local y regional.

Además, la calidad del input de datos para la clasificación sostenible de activos representa un desafío. Si bien Blockchain almacena datos de forma permanente, no garantiza su veracidad. Sin fuentes de datos confiables como oráculos o auditorías externas, persiste el riesgo de manipulación de la información.

Otra crítica apunta al consumo energético de los modelos clásicos de Blockchain, como Bitcoin. Los mecanismos de prueba de trabajo (Proof of Work) requieren una enorme capacidad de cálculo – y por tanto, mucha energía. Las investigaciones, entre ellas las realizadas por Juan Ignacio Ibañez y Alexander Freier en el Centre for Blockchain Technologies de la University College London, muestran que vale la pena combinar estos procesos con energías renovables para fomentar su expansión a nivel global. Sin embargo, el uso de alternativas como Proof of Stake aún no está suficientemente generalizado.

Desde el punto de vista económico, también se necesita precaución: los productos ESG tokenizados suelen presentar una alta volatilidad. Esto se debe principalmente a que estos activos digitales se negocian a menudo en plataformas nuevas y poco reguladas, que no ofrecen mercados profundos ni suficiente liquidez. Además, la falta de criterios ESG claros y de datos de sostenibilidad estandarizados dificulta la evaluación de cuán «verde» es realmente un token. Esta incertidumbre puede fomentar comportamientos especulativos y fuertes oscilaciones de precios. En particular, los países en desarrollo carecen de instituciones fiables y marcos regulatorios que puedan ofrecer estabilidad a largo plazo – un obstáculo clave para la escalabilidad de los productos financieros digitales sostenibles.

Conclusión: La tecnología no sustituye la responsabilidad – pero es una herramienta poderosa


Las tecnologías digitales como Blockchain y FinTech no resolverán por sí solas los problemas ambientales. Pero ofrecen potentes herramientas para que los flujos financieros sostenibles sean más transparentes, eficientes y equitativos. Combinadas con reglas claras, una regulación sólida y participación social, pueden convertirse en verdaderos impulsores de la transformación verde.

Esto es especialmente cierto para países como Argentina, que cuentan con centros de investigación, una población joven y bien formada, y una necesidad urgente de desarrollo. La transformación digital de los mercados financieros no es un fin en sí mismo: es una herramienta estratégica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y el Acuerdo de París. Para regiones como América Latina, esto representa una oportunidad no solo de ponerse al día, sino de asumir un papel de liderazgo en el cambio global.

*Dr. Alexander Freier es especialista y consultor en energías renovables, financiamiento climático y nuevas tecnologías 

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