Tras la sequía y la ola de calor del verano en la región núcleo, la estimación realizada muestra que se perdió el 36% del volumen que se esperaba producir a la siembra.
Durante finales del 2021 y primera parte del 2022, toda la provincia de Entre Ríos estuvo seriamente afectada por déficit hídrico, más allá de que localmente pudo encontrarse lotes con menor afectación que otros. En Santa Fe se ve aumentó el área con déficit hídrico y el resto sostuvo condiciones escasas, considerando el primer metro de profundidad. Por Córdoba, no se apreciaron cambios importantes, permaneciendo el centro y norte de la provincia en situación deficitaria en cuanto a las lluvias durante gran parte de enero.
A pesar que llovió después de la quincena de enero, solo un 2% del maíz implantado en la zona núcleo del país mejoró y pasó de regular a bueno. Lo que demuestra que las precipitaciones llegaron tarde: 18 de los maíces tempranos que estaban muy buenos una semana atrás cayeron a “buenos”.
Incluso después del agua, no hubo mejora: el 50% de los cuadros en zona núcleo está en condición de regular a mala, 42% bueno, y solo un 10% se mantiene muy bueno. Recién en febrero las lluvias comenzaron a tener mucho más alcance y participación en las principales zonas productivas del Litoral.
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El retroceso en el maíz
En tal sentido, 72 qq/ha es el rinde promedio que se estima con el 55% de los cuadros de maíz tempranos trillados. Se estimaban 75 a principios de marzo, pero los números de las cosechadoras siguen mostrando el gran impacto que tuvo la combinación de falta de agua y temperaturas extremas en plena definición de rindes de los maíces tempranos en la región.
Respecto al año pasado son 22 quintales menos y si se lo compara con el rinde promedio de los últimos cinco, la región muestra un nivel de daño de casi el 30% (29,1%). De esta manera la región pierde 500.000 tn más de maíz. Se esperaban 12,8 Mt, pero el ajuste lleva el guarismo ahora a los 12,3 Mt. La estimación realizada esta semana muestra que se perdió el 36% del volumen que se esperaba producir a la siembra. Con 1,85 M ha implantadas con maíz de las que se restan 45 mil ha que no entrarían al circuito comercial (silo) y casi 100 mil ha perdidas y un rinde que ahora pasa de 75 a 73 qq/ha, se estiman 12,3 Mt.
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Lo señalan muchos técnicos de las zonas más golpeadas: por la falta de agua y las temperaturas extremas las cosechadoras muestran un daño del 50% respecto a los rindes históricos de la zona. Es el caso de Cañada Rosquín o Bigand en Santa Fe, o Colón en el NE bonaerense. El 5% de avance de esta semana sigue mostrando productividades por debajo de la media en la mayor parte del área. Incluso en las zonas más favorecidas por recibir mejores milimetrajes o contar con mayores reservas en los momentos críticos del cultivo, el nivel de reducción de los rindes respecto de las medias son de casi un 15% como en Carlos Pellegrini o Marcos Juárez.
60% menos de rinde para los maíces de segunda y 20% menos para los tardíos
No son buenas las proyecciones para los maíces sembrados en diciembre, sobre todo para los que implantaron después del trigo como maíces de segunda. Se estima que los rinde estarían en torno de los 30 qq/ha, “un 60% menos que en un año normal”, explican los técnicos. Los tardíos son los que mejor sortearon este cilco que ha sido lapidario para el cereal. En promedio, alcanzarían los 65 qq/ha y la reducción sería de “solo” el 20%.