El manejo de la huerta en invierno

Los especialistas aseguran que se trata de un momento ideal para enriquecer el suelo, cosechar, podar y comenzar con la planificación de siembra. Recomendaciones técnicas del INTA para un manejo eficiente.

“La tierra vive ahora tranquilizando su interrogatorio, extendida la piel de su silencio”, escribió Pablo Neruda en su poema Jardín de invierno. A pesar de lo inactivo que pareciera ser el invierno para las huertas, los especialistas del INTA la consideran la estación ideal para realizar ciertas tareas para el resto del año.

El invierno es un momento ideal para cosechar, principalmente, las hortalizas de hoja que se sembrarán a fines del verano, como son las lechugas, escarolas, achicoria, kale, entre otras.

En este sentido, recomendó no cortarlas al ras, es decir, a nivel del cuello de la planta sino, cortar las hojas periféricas y dejar las del centro para que continúen su crecimiento hasta alcanzar el tamaño final según la especie. Por lo que podemos hacer entre tres y cuatro cortes por planta, lo que nos permitirá lograr un mayor aprovechamiento”.

En cuanto al frío y las heladas, vale tener cobertura a mano, ya sean pequeños invernaderos, mantas, media sombras, que eviten el descenso brusco del aire frío sobre las plantas y provoque el congelamiento de las hojas, tallos y frutos. Sobre todo tener en cuenta los pronósticos que indican el alto riesgo de heladas.

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Con respecto al manejo del agua en esta época, Lara aseguró que deben ser espaciados y siempre abundantes. “Es difícil dar una recomendación en cuanto a la cantidad de agua”, reconoció al tiempo que aseguró que no hay una medida exacta, ya que depende de varios factores como son el tipo de suelo o sustrato utilizado, el tamaño y material del contenedor, el tamaño de planta y el momento de su ciclo, exposición al sol y al viento, entre otros.

Y, a pesar de lo que se cree habitualmente, el momento de riego es más importante que en la época estival, ya que, al regar en horas de poca insolación, el agua queda retenida en el suelo o sustrato, minimizando su pérdida por evaporación (economía del agua) y estando más disponible para las plantas.

Con respecto a la fertilización de los suelos, Lara aseguró que el abonado es otra instancia importante y es una tarea que se debe realizar de manera constante en las huertas. A medida que transcurre su ciclo de vida, las plantas extraen del suelo los nutrientes que necesitan en cantidad y variedad.

En esta línea, la investigadora destacó la importancia de recuperar los nutrientes que las plantas se llevan al ser cosechadas, a fin de evitar que los suelos se agoten a lo largo del tiempo.

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