Ya sea por una simple costumbre, o ante la ausencia de un basurero cercano, una costumbre que forma parte de nuestra idiosincrasia es tirar la yerba en algún lugar del patio o sobre las plantas. Según especialistas está práctica es contraproducente para las plantas.
«La yerba no es abono, no puede ser abono porque es una materia orgánica que aún no entró en descomposición. Recién cuando termina ese proceso y se convierte de nuevo en lo que se llama compost o compuesto, recién ahí es utilizable para la planta» explica al mencionado sitio la ingeniera forestal Irma Brítez.
La materia en descomposición –en este caso la yerba – puede liberar una gran cantidad de nitrógeno en la tierra y de esta forma afectar a las plantas. También la yerba en descomposición forma una capa que no permite que la humedad sea absorbida, agrega la especialista.
Igualmente si la yerba cae a la zona de las hojas hace que se cierren los poros del vegetal.
Mismo concepto comparte el ingeniero agrónomo Ramón Cardozo: «vos tirás la yerba cuando está verde y en ese momento la planta aún no puede absorber los nutrientes; cuando se pone negra, pero aún podés identificar que se trata de yerba, quiere decir que está lignificada. Y cuando se pone parecida al café granulado, casi sin identificar de la tierra, es humus y ya sirve para abono», explica.
Pero no todo es de color negro para la yerba mate ya que según ambos especialistas puede ser utilizada como abono. El secreto es que haya pasado por su proceso de descomposición como cualquier otra sustancia orgánica.