Los microorganismos del suelo desempeñan una variedad de roles cruciales en los sistemas agrícolas. Algunos fomentan el crecimiento vegetal, otros actúan como biofertilizantes naturales, mientras que ciertos tipos son capaces de transformar residuos orgánicos.
Las investigaciones exhaustivas llevadas a cabo en el marco del Sistema de Chacras, una colaboración estratégica entre la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y las universidades de Quilmes, Buenos Aires y Río Cuarto, han puesto de manifiesto la trascendental importancia de la microbiología del suelo para la salud y la productividad de los sistemas agrícolas.
Estos estudios, que se basan en un legado de conocimiento científico que se remonta al menos a 1950, revelan la asombrosa densidad y diversidad de la vida microscópica que reside bajo nuestros pies. Se estima que en cada gramo de suelo fértil habitan alrededor de 10 mil millones de microorganismos, una comunidad compleja y dinámica que desempeña una plétora de funciones esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y, en particular, para la agricultura.
La microbiología del suelo juega un rol fundamental en la producción agropecuaria, ya que los microorganismos que habitan en él son esenciales para mantener la fertilidad, la salud de las plantas y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas. En Córdoba, Buenos Aires y gran parte de la región núcleo, con su importante actividad agropecuaria, comprender y manejar la microbiología del suelo puede traducirse en mejoras significativas en los rendimientos y la eficiencia de la producción.
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¿Por qué es crucial la microbiología del suelo para la producción agropecuaria?
- Ciclo de Nutrientes: Los microorganismos son los principales responsables de la descomposición de la materia orgánica y la liberación de nutrientes esenciales para las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio. Bacterias fijadoras de nitrógeno, como Rhizobium en leguminosas y Azotobacter en otros cultivos, convierten el nitrógeno atmosférico en formas utilizables por las plantas, reduciendo la necesidad de fertilizantes nitrogenados.
- Disponibilidad de Nutrientes: Algunos microorganismos solubilizan minerales como el fósforo, haciéndolos más accesibles para las raíces de las plantas. Otros producen quelatos, como los sideróforos, que facilitan la absorción de micronutrientes como el hierro.
- Estructura del Suelo: La actividad microbiana contribuye a la formación de agregados del suelo, mejorando su estructura, aireación y capacidad de retención de agua. Los hongos, a través de sus hifas, ayudan a unir las partículas del suelo, mientras que la materia orgánica descompuesta por los microorganismos actúa como un «pegamento» natural.
- Salud de las Plantas: Algunos microorganismos beneficiosos actúan como agentes de control biológico, protegiendo a las plantas de patógenos y plagas. Pueden competir por espacio y nutrientes con los organismos dañinos, producir compuestos antimicrobianos o inducir la resistencia sistémica en las plantas. Las micorrizas, una simbiosis entre hongos y raíces de plantas, mejoran la absorción de nutrientes y agua, y también pueden ofrecer protección contra patógenos.
- Producción de Fitohormonas: Algunos microorganismos producen hormonas vegetales como auxinas, citoquininas y giberelinas, que estimulan el crecimiento de las raíces y la parte aérea de las plantas, promoviendo un desarrollo saludable.
- Remediación de Suelos Contaminados: Ciertos microorganismos tienen la capacidad de degradar contaminantes orgánicos e inorgánicos presentes en el suelo, como hidrocarburos y metales pesados, contribuyendo a la recuperación de suelos degradados.
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Impacto de las Prácticas Agropecuarias en la Microbiología del Suelo:
Las prácticas agrícolas tienen un impacto directo y significativo en la comunidad microbiana del suelo.
Manejo de Residuos de Cosecha: La incorporación adecuada de residuos de cosecha al suelo proporciona una fuente de alimento para los microorganismos, favoreciendo su actividad y el ciclo de nutrientes. La quema de residuos, por otro lado, elimina esta fuente de materia orgánica y puede dañar el microbiota del suelo.
Labranza: La labranza intensiva puede alterar la estructura del suelo, reducir la materia orgánica y perturbar las redes de hongos micorrícicos, afectando negativamente la diversidad y la actividad microbiana. La labranza de conservación o siembra directa minimizan estas alteraciones.
Uso de Agroquímicos: El uso excesivo o inadecuado de fertilizantes y pesticidas sintéticos puede tener efectos negativos sobre las poblaciones microbianas beneficiosas del suelo, reduciendo su diversidad y funcionalidad.
Monocultivo: La siembra repetida del mismo cultivo puede agotar ciertos nutrientes y favorecer el desarrollo de patógenos específicos, lo que puede desequilibrar la comunidad microbiana del suelo. La rotación de cultivos promueve una mayor diversidad microbiana.
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