Nuevo informe: «La Niña» se pinchó

La incertidumbre en las previsiones meteorológicas a corto plazo ha llevado a una revisión a la baja de la intensidad esperada del fenómeno. Los últimos datos indican que el evento podría manifestarse de forma más débil de lo previsto.

Los últimos análisis climáticos sugieren que el fenómeno de La Niña será más breve de lo anticipado, lo que reduce el riesgo de una sequía prolongada y sus impactos en el sector agropecuario argentino.

El fenómeno de La Niña, caracterizado por un enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico central, desencadena alteraciones significativas en la circulación atmosférica global, lo que a su vez produce modificaciones en los patrones de precipitación y temperatura a nivel mundial.

Dentro del panorama actual en Argentina, los productores, que se preparaban para enfrentar una fuerte sequía debido a los pronósticos de La Niña, recibieron buenas noticias por parte de la Bolsa de Comercio de Rosario. La entidad informó que los efectos del fenómeno climático serán menos intensos y de corta duración, lo que alivia las preocupaciones sobre la próxima cosecha.

El arribo tardío y la atenuación del fenómeno de La Niña han modificado las previsiones meteorológicas para el mes de noviembre, permitiendo anticipar precipitaciones dentro de los valores normales para Argentina, según la última actualización de la Guía Estratégica para el Agro (GEA).

Los indicios sugieren que los efectos de La Niña comenzarán a manifestarse a partir de diciembre, lo cual ha permitido que las precipitaciones de octubre contribuyan a mejorar las condiciones antes del inicio del fenómeno

El decaimiento de La Niña

La Niña fuerte a muy fuerte que se preveía en abril quedó descartada. La anomalía actual para diciembre es de -1,3, cuando hace tres meses era de -2,3. Los nuevos datos también muestran una caída más abrupta del enfriamiento a partir de enero 2025 respecto a lo previsto un mes atrás.

Las últimas observaciones del océano Pacífico ecuatorial indican un patrón consistente con el desarrollo de La Niña, aunque aún no se logra definir del todo. El enfriamiento de las aguas en esta región, junto con el fortalecimiento de los vientos alisios, aumenta la probabilidad de que este fenómeno se manifieste en Argentina en los próximos meses, según el SMN.

Ahora, en las puertas del mes de noviembre, los modelos climáticos no coinciden en cuanto a la probabilidad de que La Niña se concrete durante el próximo verano. Actualmente, las condiciones en el Pacífico ecuatorial son neutrales, lo que dificulta realizar pronósticos precisos. El Climate Prediction Center estima una probabilidad del 60% de que La Niña se inicie en noviembre, aunque la intensidad del fenómeno se prevé débil

Los científicos aún no se ponen de acuerdo sobre qué pasará con el clima en los próximos meses. Unos modelos dicen que tendremos un fenómeno de La Niña, mientras que otros indican que todo seguirá igual. Aunque parece que para el próximo otoño ( 2015) el clima se estabilizará.

Los científicos no coinciden en la intensidad de la posible La Niña. De los 27 modelos analizados, 11 proyectan un evento, pero solo el modelo NASA GMAO prevé una intensidad moderada. Los demás indican un enfriamiento leve, insuficiente para caracterizarla como La Niña.

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¿Cómo influye La Niña en Argentina?

En Argentina, los efectos de La Niña suelen ser bastante marcados y tienen un impacto significativo en diversos sectores, especialmente en la agricultura, por la ausencia de lluvias y periodos más calurosos (extensos) asociados a las olas de calor.

  • 1-“La Niña” comienza entre setiembre y noviembre: La predicción del ENOS del IRI pronostica ENSO neutral para julio-septiembre. La Niña se convierte en la categoría más probable en septiembre-noviembre de 2024 hasta diciembre-febrero de 2025.
  • 2-La intensidad de “La Niña” será moderada.
  • 3-De los 4 meses en los que se proyecta su acción, el mes más afectado será diciembre.
  • 4-A diferencia de lo que sucedió en la última “Niña” (2022/23), en esta no se potenciará la escasez de agua por la neutralidad del Dipolo del Índico.
  • 5- Otra diferencia con aquel ciclo (2022/23), es que, tras 3 “Niñas” consecutivas, la siembra gruesa comenzaba con los perfiles de los suelos secos en casi todo el país. En cambio, en este año, la salida del “Niño” produjo importantes lluvias en los meses de abril y marzo que dejaron los perfiles de los suelos cargados de humedad.

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Con información de: https://www.cpc.ncep.noaa.gov/

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