Lluvias torrenciales en pleno mayo dejan inundaciones históricas en Buenos Aires

Precipitaciones fuera de lo común para un mes de mayo dejan bajo el agua a varias regiones de la provincia capital, dejando más de 7 mil 800 evacuados.

Debido a las intensas precipitaciones recientes en la provincia bonaerense, se han producido anegamientos que afectan la circulación en algunas de las principales arterias viales del país.

La autopista Rosario-Buenos Aires (RN 9) es el punto más crítico en cuanto a cortes de tránsito, según informó Vialidad Nacional este domingo a mediodía, reportándose interrupciones totales en varios sectores.

Desde el pasado jueves, una precipitación torrencial que superó los 400 milímetros anegó vastas áreas de la región, impactando severamente a más de treinta distritos. Las consecuencias de este fenómeno meteorológico extremo son evidentes en la interrupción de las comunicaciones terrestres debido a puentes colapsados o intransitables, la paralización del tránsito en numerosas calles convertidas en caudalosos arroyos, la inmovilización de innumerables vehículos atrapados por las aguas, y el desborde de ríos que han salido de sus cauces habituales.

El sábado, al evaluar la magnitud de los daños, el gobernador local, Axel Kicillof, calificó este evento como «absolutamente extraordinario», atribuyendo su inusual intensidad a los efectos cada vez más palpables del cambio climático global.

Los importantes acumulados de lluvia caída se concentraron particularmente en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, extendiéndose también a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su extensa área metropolitana, un núcleo urbano que alberga a aproximadamente 15 millones de habitantes. Dentro de este vasto territorio, algunas localidades sufrieron un impacto aún mayor, como es el caso de Campana y Zárate, donde las lluvias persistieron de manera casi ininterrumpida desde la mañana del viernes, saturando el suelo y colapsando los sistemas de drenaje.

La magnitud de este evento climático ha generado una importante movilización de recursos y personal para asistir a los damnificados. Según un boletín oficial emitido por la provincia el sábado, más de 3,100 personas debieron ser evacuadas de sus hogares y actualmente se encuentran alojadas en centros de evacuación dispuestos para brindarles refugio y asistencia. A esta cifra se suman otras 4,400 personas que fueron rescatadas de zonas peligrosamente inundadas o que optaron por trasladarse voluntariamente desde sus viviendas hacia lugares más seguros en diversos municipios afectados.

Ante la creciente gravedad de la situación, el gobernador Kicillof emitió una alerta sobre la inédita naturaleza de las inundaciones, señalando con preocupación que «se están inundando lugares donde esto nunca pasó», lo que subraya la excepcionalidad del evento.

En un llamado urgente a la responsabilidad y la precaución, instó a la población a «quedarse en casa», buscando minimizar riesgos ante la llegada prevista de un frente frío que se espera traiga consigo fuertes vientos, a medida que el sistema de tormentas se desplaza hacia la vecina provincia de Entre Ríos, lo que podría generar nuevas complicaciones en esa región.

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