El color y la mayor dureza del grano de este tipo de maíz, hacen que sea muy valorado por la industria de molienda seca, tanto en Argentina como en el mundo.
La industrialización del maíz es una de las actividades agroindustriales que genera mayor valor agregado, por su gran número de productos y subproductos. Dentro de lo qué exige la molienda seca, es ideal un grano que rinda grandes proporciones de fracciones gruesas, este maíz las posee.
El maíz colorado duro, “flint” o “plata argentino” reúne las cualidades, ya que se fragmenta en trozos de mayor granulometría que el maíz dentado.
El sistema científico y tecnológico argentino ha mantenido un nivel alto de investigación y desarrollo de germoplasma vinculado al maíz flint. En todo el territorio de nuestro país encontramos semilleros, pequeños o medianos en general y especializados en este tipo de maíz, con líneas de investigación y salida al mercado de productos cada vez más modernos.
Los maíces flint argentinos se destacan por la dureza de su endosperma, la calidad y proporción de proteínas y un alto contenido de pigmentos, característica que se refleja en el intenso color del grano.
La siembra anual de maíz Flint en nuestro país se estima en un rango que fluctúa entre 105 a 120,000 hectáreas. Los híbridos de maíz flint han mejorado mucho su performance de rendimientos físicos por hectárea, hecho que les permite ser sembrados en las principales regiones de producción maicera de Argentina.
Los productores que adhieren a los programas de suministro de este tipo de maíz cumplen con requisitos especiales para su producción la cual requiere un mayor cuidado en su manejo, ya que es maíz para consumo humano y el maíz resultante tiene un mayor valor percibiendo un premio en dólares por tonelada producida y entregada.
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Crecimiento de las exportaciones
Polonia, Reino Unidos y España son algunos de los principales destinos que está teniendo otro cultivo producido en Argentina que está “explotando” en exportaciones: el maíz Flint.
Se trata de un grano de calidad diferencial muy valorado por la industria de molienda seca y que representa representa una alternativa de ingreso a mercados específicos, con precios más favorables que los que se pagan por los commodities, como el maíz común.
Desde la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), principal exportadora nacional de este cultivo, destacaron que en 2021 enviaron más de 100.000 toneladas a los mercados mencionados y que tienen una proyección de crecimiento del 60% para los próximos tres años.
“Este grano se caracteriza por su mayor dureza, forma y color. Y es no modificado genéticamente. Todo esto convierte a nuestro país en el principal proveedor de Europa, por ser la materia prima con la que se elaboran productos de alta calidad en ese continente”, explicó Alfredo González, jefe de Desarrollo y Tecnología de ACA.
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Tratándose de una especialidad, precisa un manejo agronómico y logístico diferenciado. Por ello, el productor que siembra Flint cuenta con asistencia técnica, logística y comercial, con las herramientas y servicios que ofrece la Asociación: ACA Mi Campo, Suelo Fértil, Técnicos de Cooperativas y Centros de Desarrollo Cooperativo, plantas y puertos que maximizan la rentabilidad de toda la cadena productiva.
González apuntaló la importancia que la A.C.A. le asigna a este negocio, “ya que desde hace 20 años prevalece como alternativa para productores especializados”. Por eso, de manera ininterrumpida, la Asociación está presente en el mercado de este producto especial, a través de 25 cooperativas y 20 Centros de Desarrollo Cooperativos (CDC) a lo largo y ancho del país”.