Nadie sabe quién hizo el primer pan de levadura madre del mundo, pero es probable que sucediera después de que los humanos inventaran la agricultura.
Se cree que 2.000 años antes de Cristo, los egipcios (por error) descubrieron la masa madre, un fermento de harina y agua. La técnica, ya mejorada y añadiendo un poco de sal, se utilizó para elaborar pan.
El pan con masa madre ha dejado paso a otro tipo de productos y no es muy habitual encontrarlo en las panaderías. En Los Yébenes (Toledo) sí que existe una de estas panificadoras. Se trata de Panadería Artesanal Rústica.
“No hay que usar ningún aditivo químico, ni mejorantes panarios ni levaduras industriales”, explica Ionut Zotic, responsable del establecimiento. Elaborar pan con masa madre requiere paciencia y mimo. Es un proceso más lento -puede durar hasta cinco días- porque la fermentación es larga pero “el resultado merece la pena” comenta Ionut. “Para las cosas buenas hay que ir despacito y con buena letra”.
Este es un tipo de pan que tiene también un color característico que le proporciona la masa madre. “Es un poco más oscuro porque debido a su larga fermentación, el azúcar que se encuentra de forma natural en el cereal desaparece”. El panadero explica que tiene muchos más beneficios.
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Desde la simpleza más natural se construye uno de los complementos ideales para la alimentación del ser humano: el pan. A lo largo y ancho del planeta encontramos distintas creaciones de panadería y bollería, pero de entre todas, una resalta por ser la clave esencial: el pan de masa madre.
Se dice que aquella pieza que se compone de masa madre está dotada de una personalidad y sabor único. La simpleza de sus ingredientes naturales recaen en la versión más sencilla y espontánea del pan, sin conservadores, ni ingredientes añadidos que le hagan perder su cualidad fundamental. Pero…
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¿Qué es la masa madre?
Desde el instinto más sensorial, la masa madre es la clara expresión de la naturaleza en el pan. La mezcla se compone de fermentos naturales, es decir, seres vivos que se transforman al paso del tiempo. Estos trabajan de manera artesanal para concebir una masa excepcional.
Asimismo, una multitud de bacterias y levaduras generan la fermentación espontánea de la masa. Es en esta etapa de producción donde el pan obtiene un sabor y aroma especial. Incluso, durante este momento la masa equilibra su acidez.
Las medidas exactas y cantidades desaparecen, el proceso natural se encarga de formar la pieza de pan y convertirlo en su mejor versión. Esto hace exactamente el Pan Bimbo Natural, reúne ingredientes como aceite de oliva, harina, una pizca de sal y masa madre para dar vida al pan más natural.

La creación del ingrediente clave
Para dotar al Pan Bimbo Natural de una simpleza inherente, se requiere de la mejor versión de masa madre. Esta mezcla sólo se logra a partir de la fusión entre agua y harina que forman una pasta lista para reposar.
Una vez que el tiempo comienza a correr, la fermentación da comienzo y en cuestión de días la masa está lista. En ocasiones esta mezcla debe alimentarse continuamente con agua y harina hasta lograr una masa madre totalmente fermentada.
Ya que la masa esté lista para crear una pieza natural, entonces se mezcla el aceite de oliva, la pizca de sal y un poco de harina, Así nace el Pan Bimbo Natural, un acompañante que ofrece una mejor digestión debido a la naturaleza de sus ingredientes.
Finalmente, la ventaja de la masa madre en el Pan Bimbo Natural es simplicidad en su conservación y sencillez en sus beneficios al organismo. De alguna manera nos acercamos a la esencia de la producción del pan. Los gestos saludables y naturales de su creación vuelven para alimentarnos de ellos.

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