El agua es un factor decisivo en la interacción entre el cambio climático, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. En este contexto, el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 6) de las Naciones.
Por Alexander Freier
El nexo global entre agua y cambio climático y el ODS 6 de las Naciones Unidas
El agua es un factor decisivo en la interacción entre el cambio climático, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. En este contexto, el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 6) de las Naciones Unidas –“Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”– ocupa un rol central. Este objetivo exige progresos concretos para el año 2030 en cuanto a calidad del agua, eficiencia en su uso y protección de los ecosistemas hídricos.
Pero el ODS 6 va más allá de la infraestructura técnica: reclama una gestión integrada de los recursos hídricos que coordine sectores clave como la agricultura, la industria y la tecnología.
La estrategia de UN-Water pone énfasis en el enfoque de nexo, que parte del reconocimiento de que la demanda de agua, alimentos y energía crece rápidamente. Frente a este panorama, solo una política intersectorial que articule las áreas de agua, tierra y agricultura puede fortalecer la resiliencia regional. La ausencia de esta coordinación estratégica amenaza con provocar crisis de abastecimiento, uso ineficiente de recursos y daños irreversibles a los ecosistemas, un riesgo agravado por el cambio climático.
2. Consumo de agua a nivel global: agricultura, industria y tecnología

La mayor presión sobre los recursos hídricos globales proviene indiscutiblemente de la agricultura. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre el 70 y el 72 % del agua dulce extraída se destina a este sector. Además, la producción agropecuaria consume alrededor del 30 % de la energía mundial, especialmente en riego, maquinaria, fertilización y procesamiento. Esta demanda seguirá creciendo, tanto por el aumento demográfico como por cambios en los patrones de consumo hacia alimentos más intensivos en recursos.
El uso industrial del agua, aunque menor en volumen, tiene impactos cualitativos significativos. En Argentina, aproximadamente el 2 % del consumo nacional de agua se destina a la industria, y más del 50 % de este total corresponde a los sectores alimenticio, de bebidas y químico. Estas industrias no solo consumen mucha agua, sino también energía, lo que genera emisiones indirectas asociadas a procesos de enfriamiento, limpieza y logística.
Por su parte, el sector tecnológico está cobrando un rol cada vez más relevante. Los centros de datos y la infraestructura digital consumen más de 560.000 millones de litros de agua anuales, principalmente para refrigeración de servidores. A esto se suman las emisiones de CO₂, debido al elevado consumo eléctrico, que en su mayoría proviene de fuentes fósiles. Esta intersección entre digitalización y escasez hídrica representa uno de los focos problemáticos de más rápido crecimiento, aunque todavía poco visibilizado.
3. La perspectiva nacional: estrés hídrico y cambio climático en Argentina
Argentina cuenta con una disponibilidad relativamente alta de recursos hídricos renovables –unos 814 km³ al año–, pero el uso efectivo de este potencial está mal distribuido: el 74 % del agua extraída se destina a la agricultura, aunque solo entre el 5 y el 8 % de las tierras cultivables están equipadas con sistemas de riego. Esto revela un importante margen de mejora en eficiencia.
A esta situación se suma una creciente presión climática. Según el Banco Mundial, los eventos meteorológicos extremos –como sequías e inundaciones– se intensifican, especialmente en las provincias de Mendoza y Buenos Aires, lo que compromete la disponibilidad de aguas subterráneas y la viabilidad de las cadenas productivas.
En Córdoba, estos desafíos se hacen evidentes a escala local. La provincia genera el 24 % de su producto bruto regional en el sector agropecuario y el 14 % en el industrial. Si bien el suministro urbano de agua alcanza al 98 % de la población, el consumo promedio por habitante –alrededor de 292 litros diarios– supera ampliamente el estándar internacional. Un caso crítico es el lago San Roque, principal fuente de agua para la ciudad, afectado por contaminantes debido a la falta de monitoreo moderno e integración de datos ambientales.
4. Consumo de agua y emisiones: el efecto climático invisible
El uso del agua no solo es una cuestión de abastecimiento o eficiencia, también tiene una dimensión climática. Según el IPCC, el tratamiento y distribución de agua representan entre el 3 y el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero –vía sistemas de bombeo, procesos químicos o infraestructura.
La agricultura contribuye con aproximadamente el 13 % de las emisiones mundiales, debido a la liberación de metano (ganadería), óxidos de nitrógeno (fertilizantes) y el cambio en el uso del suelo.
Las infraestructuras digitales –servidores, centros de datos, sistemas en la nube– añaden emisiones adicionales por su alto consumo energético, lo que hoy representa cerca del 0,5 % de las emisiones globales. Esta cifra crece rápidamente por el desarrollo de tecnologías basadas en inteligencia artificial y el entrenamiento de modelos lingüísticos de gran escala.
5. Soluciones digitales: cómo Kilimo aborda el nexo agua-clima
Una de las soluciones más prometedoras frente a estos desafíos viene de Argentina. Kilimo es una empresa que desarrolla plataformas digitales escalables para el riego inteligente. Su enfoque integra imágenes satelitales, análisis de suelo, pronósticos meteorológicos e inteligencia artificial para emitir recomendaciones de riego precisas. Gracias a esta tecnología, es posible reducir hasta un 50 % el consumo de agua y energía, sin comprometer el rendimiento agrícola.
Una pieza clave del modelo Kilimo es su sistema de pagos por servicios ecosistémicos (Payment for Ecosystem Services – PES). Productores que ahorran agua a través de técnicas eficientes reciben una compensación económica, generalmente de empresas comprometidas con la reducción de sus emisiones indirectas (Scope 3). Esta lógica genera incentivos económicos para prácticas sostenibles y mejora el desempeño ambiental de toda la cadena de valor.
El sistema funciona con mecanismos auditables que permiten verificar los ahorros de agua y las mejoras en eficiencia, lo que es fundamental para financiadores, inversores ESG e instituciones públicas. Pilotos realizados en Mendoza, Maipo y Córdoba ya demuestran que la combinación de tecnología, análisis de datos y alianzas locales es efectiva.
Además, Kilimo promueve una agricultura regenerativa que no solo busca eficiencia, sino también biodiversidad y salud del suelo. A través de alianzas con cooperativas, gobiernos y empresas, el modelo puede integrarse fácilmente en los sistemas de producción existentes y generar impactos sostenibles y escalables.

6. Qué se necesita ahora: gobernanza, incentivos y hojas de ruta regionales
Para que innovaciones como Kilimo tengan un impacto estructural, se requiere un entorno político claro, incentivos económicos definidos y pilotos regionales estratégicos. Córdoba reúne condiciones ideales: peso agrícola, presión hídrica creciente y apertura a la tecnología.
Resulta clave construir una gobernanza hídrica provincial alineada con el ODS 6, que defina responsabilidades y coordine actores. Programas de fomento al riego inteligente y la sensorización, vinculados con universidades o centros de innovación, podrían impulsar polos tecnológicos especializados.
Asimismo, se necesitan normativas claras sobre precios del agua y derechos de uso que internalicen los costos ambientales –incluyendo las emisiones y el uso de recursos.
En el sector industrial y tecnológico también existen oportunidades: apoyar tecnologías de enfriamiento de bajo consumo hídrico en centros de datos y plantas productivas puede reducir significativamente las emisiones ocultas. Es clave que estos proyectos se estructuren como modelos de gobernanza intersectorial, escalables más allá del contexto local.
Conclusión: es hora de actuar – las soluciones ya existen
Argentina, y en particular Córdoba, se encuentra en una encrucijada. La escasez hídrica, los riesgos climáticos y la ineficiencia en el uso de los recursos exigen respuestas coordinadas, tecnológicas y urgentes.
El nexo agua-clima no es solo un desafío: también es una oportunidad. Plataformas digitales como Kilimo demuestran que se puede combinar eficiencia con responsabilidad ecológica y rentabilidad. La articulación entre inteligencia artificial, pagos por servicios ecosistémicos y gobernanza multisectorial abre nuevas posibilidades para la política, la economía y la sociedad civil.
Si Córdoba asume hoy un liderazgo estratégico, puede convertirse en una región modelo para la agricultura climáticamente resiliente y la gestión inteligente del agua en toda América Latina.
*Dr. Alexander Freier es especialista y consultor en energías renovables, financiamiento climático y nuevas tecnologías
Fuentes:
1. Naciones Unidas – ODS 6 y el nexo agua-clima
• ODS 6 – Agua limpia y saneamiento
Plataforma oficial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU
• UN-Water Policy Brief: “Cambio climático y agua” (julio de 2019)
• UN-Water – Ficha técnica: “Agua y cambio climático”
2. FAO – Estadísticas globales de agua y energía en la agricultura
• AQUASTAT – Metodología y estadísticas sobre el uso del agua por sector
• Documento técnico FAO: “Energy-Smart Food for People and Climate”
• FAO – Estimaciones sobre el uso de agua en infraestructura digital global
3. OCDE – Gobernanza del agua y medio ambiente en Argentina
• “Water Governance in Argentina” (2019) – Evaluación de políticas hídricas nacionales
• “Territorial Review: Córdoba, Argentina” – Revisión de gobernanza regional
4. Banco Mundial – Agua y cambio climático en Argentina
• “Argentina Water Sector Diagnostic” – Diagnóstico del sector hídrico argentino
• “Climate Knowledge Portal – Argentina” – Datos y proyecciones climáticas por región
5. Gobierno de los Estados Unidos – Sector agrícola argentino
• “Argentina Agriculture Water Technology” – Informe de mercado sobre infraestructura de riego
6. IPCC – Emisiones vinculadas al agua y a la agricultura
• Informe AR6 – Grupo de Trabajo III – Capítulos sobre agricultura, fertilizantes, uso de la tierra y emisiones indirectas
7. Centros de datos – Consumo hídrico y huella climática
• MIT Press Essay: “The Staggering Ecological Impacts of Computation and the Cloud”
• ASCE Civil Engineering Magazine – Refrigeración hídrica en centros de datos
• White & Case Insight (2025) – Riesgos regulatorios por uso de agua en infraestructura tecnológica