«El productor de pollos se encuentra en una situación extrema y delicada» destacan tras un profundo análisis en el sector avícola.
La industria avícola argentina es un pilar fundamental de la economía agroindustrial, caracterizada por su amplitud y versatilidad. Se divide principalmente en dos grandes ramas productivas: por un lado, la carne de ave y sus derivados; y por otro, el huevo y sus subproductos. En el segmento cárnico, la cadena de valor es integral, abarcando desde la faena de las aves hasta la elaboración de una vasta gama de productos finales y subproductos.
Evolución y consolidación del modelo de integración
La producción avícola en Argentina ha experimentado una profunda transformación a lo largo de las décadas. Lo que en sus orígenes era una actividad de pequeña escala, desarrollada en granjas familiares o incluso en los patios de las casas, comenzó a modernizarse en la década de 1960. Fue en los años 70 cuando se consolidó y masificó el modelo de integración vertical, un sistema que hoy define la estructura de la industria.
Bajo este esquema, la empresa avícola integradora asume un rol central y coordinador. Es la responsable de proveer al productor integrado (el eslabón encargado de la crianza) los pollitos bebé de un día de nacidos. Además de los animales, la integradora suministra la asistencia técnica y el asesoramiento necesario, el alimento balanceado (el insumo más crítico) y la «cama» (material absorbente para el piso de los galpones). Una vez que los pollos alcanzan el peso y la edad óptima (generalmente entre 30 y 45 días, dependiendo de si su destino es la exportación o el mercado interno), la empresa integradora se encarga de retirarlos para su faena en sus propias plantas.
El ciclo de producción del pollo parrillero: Un proceso de 72 días
El camino que recorre un pollo desde su origen hasta llegar a la mesa del consumidor es un proceso meticulosamente orquestado que dura aproximadamente 72 días.
- Incubación (21 días): La primera etapa se desarrolla en los establecimientos de la empresa integradora. Aquí, los huevos fértiles son incubados bajo condiciones controladas de temperatura y humedad durante 21 días hasta la eclosión de los pollitos.
- Crianza (46 a 50 días): Los pollitos recién nacidos son entregados al productor integrado. Este es el período más extenso y demandante, ya que el productor se encarga de la cría de las aves en sus propias instalaciones hasta que alcanzan un peso promedio de unos 3 kilogramos. Esta fase de crianza representa el 70% del tiempo total del ciclo productivo y exige los mayores cuidados y atención.
- Faena y Procesamiento (1 día): Una vez finalizada la crianza, los pollos son retirados por la empresa integradora y trasladados a la planta de faena. Este proceso final, que incluye el sacrificio, el desplume, la evisceración y el enfriamiento, se completa en aproximadamente un día, dejando el pollo listo para su distribución y consumo.

Desafíos económicos y financieros para el productor integrado
A pesar del crecimiento y la eficiencia del modelo de integración, la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) ha puesto de manifiesto una serie de desafíos económicos que afectan directamente la rentabilidad y la capacidad de inversión de los productores integrados.
El costo del alimento balanceado: Una percepción distorsionada
El alimento balanceado es, sin duda, el insumo con mayor incidencia en los costos de producción, representando aproximadamente el 60% del costo total de crianza. Sus componentes principales son el maíz (60%) y la soja (20%). Sin embargo, a pesar de su elevado costo, CRA destaca que el alimento balanceado solo representa el 27.73% del valor de venta del pollo vivo. Esto contradice la percepción generalizada de que es el principal factor que encarece el valor final del pollo.
El invierno: Una carga adicional
La época invernal impone una carga económica significativa sobre los productores. El mayor consumo de gas para calefacción de los galpones. A esto se deben sumar otros costos operativos esenciales como combustibles, gastos administrativos y bancarios, energía eléctrica, repuestos para mantenimiento de instalaciones, mano de obra externa para reparaciones, mantenimiento de caminos y gastos financieros.
La carga financiera de los plazos de pago
Otro factor que descapitaliza al productor es el extenso plazo de cobro. El pago por la crianza se realiza a los 60 días de entregada la producción. Considerando que el mayor gasto (el consumo de gas para calefacción) ocurre al principio de la crianza, el productor debe financiar sus costos durante un período de entre 90 y 110 días. Esta carga financiera, que recae mayormente sobre el integrado, explica por qué, a pesar de la existencia de líneas de créditos blandas, los productores no las toman: simplemente no pueden asegurar su repago en un contexto de ingresos tan ajustados y demorados.

El proyecto de Ley de Integración: Una esperanza para el sector
La ley implementada hace unos apos busca definir de manera equitativa las responsabilidades, incertidumbres, ganancias y pérdidas que pudieran surgir de la actividad, especialmente en situaciones coyunturales. En esencia, sería un incentivo fundamental para el desarrollo y la modernización de la avicultura argentina, transformando un freno actual en un motor de crecimiento y estabilidad para uno de los sectores productivos más importantes del país. Lamentablemente, el proyecto quedó estancado tras el cese del mandato del diputado que lo impulsó a fines de 2019.
La industria avícola argentina, a pesar de su eficiencia productiva, enfrenta desafíos estructurales que requieren una solución integral. La implementación de un marco legal que brinde equidad y seguridad a todos los eslabones de la cadena es crucial para garantizar su sostenibilidad y su capacidad de seguir abasteciendo el mercado interno y externo.