La primera quincena de julio de 2025 trajo un cambio drástico a la provincia de Buenos Aires: lluvias torrenciales que han logrado reponer significativamente la humedad del suelo tras varias temporadas de sequía.
Varias regiones de Argentina han experimentado lluvias significativamente superiores a lo normal, logrando revertir el déficit hídrico que afectó las campañas agrícolas anteriores. Sin embargo, este exceso de precipitaciones se ha concentrado en áreas marginales, lo que ha generado impactos puntuales en la siembra fina.
Varias localidades, incluyendo Bolívar, Tandil, Azul, 9 de Julio y Olavarría, han superado los promedios históricos de precipitaciones para todo el mes de julio, con algunas incluso alcanzando récords históricos, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
A modo de ejemplo, Bolívar acumuló 122 mm de lluvia entre el 1 y el 16 de julio, una cifra que contrasta drásticamente con su promedio mensual de 35 mm. Tandil recibió 99 mm (cuando lo normal es 41 mm) y Azul registró 84 mm (frente a un promedio de 41 mm). El SMN ha clasificado estos valores como «muy superiores a lo normal», lo que indica que son eventos estadísticos que se presentan aproximadamente una vez cada diez años o más.
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Impacto de las lluvias en la campaña de invierno
Las recientes e intensas lluvias tuvieron un impacto rápido y positivo en las reservas hídricas del suelo, lo que mejoró significativamente las condiciones para los cultivos de invierno, como el trigo. En Bolívar, a pesar de que las precipitaciones fueron algo irregulares, generaron excelentes reservas, y la siembra ya está prácticamente terminada con un estado general muy bueno de los cultivos.
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Desafíos por el exceso hídrico
Sin embargo, el exceso de lluvia también trae sus complicaciones. Las precipitaciones se concentraron principalmente en una franja que se extiende desde el noroeste hasta el sudeste de la provincia, siguiendo el trazado de la Ruta Nacional 226. Esta distribución provocó anegamientos puntuales en zonas bajas o marginales, lo que podría afectar el desarrollo normal de los cultivos o demorar las labores agrícolas.
Perspectivas a corto plazo
Por el momento, no se anticipan consecuencias graves para la campaña de cultivos de invierno. No obstante, es importante tener en cuenta que el exceso de agua no drena fácilmente durante esta estación. Por ello, será crucial continuar monitoreando las zonas más afectadas.
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