Desde el sector advirtieron que además de la sequía que impactó en los niveles de rinde, existe un cierto grado de incertidumbre por parte de los productores ante la suba en los derechos de exportación en harina y aceite de soja.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el segundo de maíz. La BCR señaló que debido a la falta de lluvias en el norte de la provincia de San Luis, el centro de la provincia de Córdoba y centro y sur de la provincia de Santa Fe, se perdieron 1,8 millones de toneladas de soja.
Sin embargo, gracias a las amplias lluvias que empezaron a caer a fines de febrero que «cambiaron el escenario en buena parte de la región pampeana», en particular la provincia de Buenos Aires, las pérdidas a nivel nacional fueron limitadas a solo 500.000 toneladas.
La sequía que afectó a gran parte del país entre el último trimestre del 2021 y primeros meses del 2022, trajeron no sólo consigo pérdidas productivas y de ingresos para la economía nacional, sino que en los mercados su impacto parece ser inverso, con fuertes subas de precios de los granos, en especial de la soja y el maíz, que en conjunto con otros fundamentos alcistas internacionales lleva a los valores de los commodities a situarse en niveles históricamente altos e inclusive récords, como en el caso de las cotizaciones locales del maíz.
Las mermas productivas originadas por la falta de agua en la soja y el maíz en el norte y el centro del territorio nacional, fueron, en algunos casos, irreversibles, con pérdidas millonarias tanto en volumen como en valor.
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Un año Niña que complico todo
En el último año y de acuerdo a estadísticas del sector exportador, las ventas de soja por parte de los productores a la industria cayeron en 14,3 millones de toneladas. Mientras que entre mayo de 2021 y abril de este año, se registraron operaciones por 12,7 millones de toneladas, entre mayo del año pasado y abril 2021 la cifra fue de 27 millones de toneladas.
Esta menor disponibilidad de poroto ya se hace sentir en las terminales portuarias, que en el primer trimestre del año recortaron su molienda en 1,3 millones de toneladas en comparación al período similar de 2021.
Ante consultas de BAE Negocios a integrantes de la cadena de valor del cultivo, reconocieron que si bien frente a escenarios de inestabilidad macroeconómica y cambiaria los productores retienen grano, este año se siente con fuerza la falta de soja ante la caída de producción por los efectos de la sequía.
El otro factor que golpea a la industria es la caída en la cosecha de soja paraguaya. La industria argentina recurre al poroto de Paraguay para completar reservas y como aporte de calidad en proteína, una cualidad valorada para la molienda.
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De prolongarse en el tiempo, la caída en la molienda puede generar un impacto negativo en el ingreso de dólares del complejo agroexportador. El nivel sostenido de liquidación de divisas, que en los primeros cuatro meses del año fue récord, se apuntala a partir de los despachos de harina y aceite de soja.
Este menor ritmo industrial tiene su costo al momento de contar dólares. Entre enero y marzo de este año, se molieron 8,08 millones de toneladas, cifra que representa una caída de 1,39 millones frente a los 9,47 que se procesaron en similar período de 2021. Según los exportadores, esto se reflejó en una merma de 1 millón de toneladas de harina y de 250.000 toneladas de aceite, con una pérdida de USD2.080 millones.
El polo de crushing sojero trabaja con los stocks al límite. Según el Ministerio de Agricultura, hasta el momento la industria cuenta con una existencia física de grano que no supera las 5 millones de toneladas, volumen que alcanza para poco más de un mes de trabajo. Además de la caída en la producción argentina, que según fuentes públicas y privadas oscilará entre 6 y 8 millones de toneladas, el recorte de la cosecha paraguaya es otro golpe para las fábricas.
Fuentes del sector advirtieron que además de la sequía que impactó en los niveles de rinde, existe un cierto grado de incertidumbre por parte de los productores ante la suba en los derechos de exportación en harina y aceite de soja. El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, explicó en reiteradas ocasiones que esta suba no tendrá un impacto en los números del sector primario, mientras que la Mesa de Enlace sostiene que la industria trasladará ese incremento a los productores.
El factor climático también impactó en la producción de soja de Paraguay. Con un volumen que en las últimas campañas se estabilizó sobre las 10 millones de toneladas, las proyecciones de esta campaña indican que se perderá cerca de la mitad de la cosecha en el vecino país. Brasil tampoco escapó a esta situación y perderá casi 10 millones de toneladas.
En Argentina, y de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), hasta el momento se cosechó casi el 60% de la superficie sembrada en soja. Con un rinde promedio de 3.090 kilos por hectárea, la producción acumula 26,8 millones de toneladas.