Con lluvias insuficientes en las últimas semanas, una amplia región de Santa Fe enfrenta perdidas por sequía, mientras que otras áreas esperan las lluvias para impulsar la siembra.
Los cultivos de la principal región productora del país, tanto las última campaña gruesa como la fina, sufrieron un gran declive en los últimos 2 años por la sequía y las olas de calor, situación que respondió a la presencia del fenómeno de La Niña y a otros factores climáticos que intervinieron. La provincia de Santa Fe es una de las que mayor restricción hídrica presenta, con lluvias que no llegan para aliviar la situación de sequía en los suelos agrícolas.
La falta de lluvia complica deforma considerable la siembra de girasol y maíz en la provincia santafesina, impidiendo realizar cultivos en la mayor parte del centro y norte provincial, situación preocupa en el gobierno porque el área agroindustrial es la que aporta la mayor cantidad de ingresos de dólares y, a su vez, esta provincia conforma la región núcleo agrícola-ganadera del país y concentra la mayor parte de esta producción. En cuanto al impacto económico que esto representa, expertos ya prevén que este año la liquidación de divisas se reducirá US$ 22.000 millones.
Hay que tener en cuenta el impacto social-económico que esto representa, ya que el área agrícola representa el 65% de las exportaciones y cuenta con más de 250.000 productores, los cuales tienen un gran peso en la economía Argentina. En todo esto, el clima es un factor fundamental para el éxito o el fracaso en la evolución del circuito productivo regional.

Apostando a las lluvias que El Niño puede traer
Con el inicio de septiembre y sin la presencia de «La Niña«, con pronósticos más positivos que aseguran mayor presencia de humedad y lluvias en los próximos meses, aunque las lluvias con mayores márgenes comenzarían a presentarse desde mediados de esta próxima primavera. Pero por el momento, varias regiones de la zona núcleo se encuentran en situación complicada por lo que deja la sequía durante la temporada baja de precipitaciones, una de ellas, área central de Santa Fe.
Tras la sequía en la provincia santafesina, el gobierno provincial prorrogó el decreto de la emergencia agropecuaria hasta 2024, que regirá hasta el 31 de marzo de 2024. Al mismo tiempo, la declaración de la emergencia agropecuario es para todas las producciones agropecuarias.
El dictamen abarca a los productores agropecuarios de los departamentos Vera, General Obligado y 9 de Julio, a los cuales se los incluirá en la lista de soporte, mientras que cuenten con certificados de desastre agropecuario emitidos en el marco del Decreto N° 0627/2023 permanecerán automáticamente en la misma condición sin necesidad de realizar ningún otro trámite administrativo”, según comunicó el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología.
Lois departamentos San Cristóbal, Garay, San Javier, San Justo, Belgrano, Caseros, Constitución, Iriondo, Rosario, San Lorenzo, Las Colonias, Castellanos, San Martín, San Jerónimo, La Capital y General López cambiarán su situación a emergencia agropecuaria. El ministerio informó que automáticamente gozarán de los beneficios dispuestos.
Al mismo tiempo, estos productores podrán solicitar el cambio a desastre agropecuario recién cuando la situación productiva lo amerite. Para pedir esta condición deberán iniciar el trámite respectivo a través del Sistema Santafesino de Gestión de Situaciones de Emergencia Agropecuaria (SISAGEA).
Lluvias acumuladas en la región centro de Santa Fe en los últimos 30 días.

Apostando al clima que se viene
La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) ya había advertido a través de un comunicado que hay serios inconvenientes relacionados con la falta de humedad en el suelo, por la ausencia de lluvias en las últimas semanas y las temperaturas exigentes en gran parte del área productora agrícola, lo que hace peligrar miles de hectáreas de trigo, también se retarda la siembra de maíz, la que necesitaría entre 40 y 50 milímetros de lluvia.
El mes de agosto se desarrolló muy seco y con temperaturas por encima de lo normal en gran parte del mes, por lo que la evaporación y posterior sequedad del suelo es un tema serio.
«La lluvia es necesaria para repuntar al trigo«, destacó en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), para evitar inconvenientes, tanto de productividad como económicos.
Desde la (BCR) insisten en priorizar que la caída de 30 milímetros de lluvia sería determinante para la pronta cosecha de trigo y un ingreso en diciembre para poder pagar alquileres. Sumado a esto, contar con mayor reserva de agua en suelo aumentaría la posibilidad de sembrar maíz en septiembre y tener ingresos en marzo.
“30 milímetros le cambian la cara al cultivo, mantiene expectativas productivas. Pero, sobre todo, aseguraría media cosecha triguera y un posible ingreso en diciembre”, comentaron los técnicos comentaron a la BCR:
Pobres acumulados de lluvias en agosto en región núcleo:
Con los montos bajos de lluvia durante el mes de agosto, tan como lo muestra el grafico de acumulados en la región núcleo (del 1 al 30 de agosto), la expectativa se abre para este primer fin de semana de septiembre, ya que se esperan lluvias para varias provincias de la región central y el Litoral, lo que aportaría humedad al suelo. Incluso, los pronósticos indican que este periodo húmedo e inestable se mantendría por lo menos hasta el 9 de septiembre.

Con información de: https://news.agrofy.com.ar/
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