Las sandías anaranjadas y de cáscara negra jujeñas se expanden

En una región de Jujuy destacan la siembra de sandías anaranjadas y de cáscara negra, variantes novedosas en la región, destacaron desde el Ministerio de Producción local.

La apuesta pertenece a un emprendimiento familiar en Palma Sola, localidad ubicada a unos 160 kilómetros al noreste de San Salvador de Jujuy; y se suma a la producción de sandias amarillas, muy populares en Europa.

El cultivo de esta fruta, con pulpa de color rojizo, comenzó en 2019 a partir de la idea de un ingeniero que trajo semillas de la planta al país, contó Luis Peralta, quien encabeza el emprendimiento familiar.

La sandía amarrilla fue la primera en introducirse al mercado local, alcanzando un impacto que llevó de una producción con 500 plantas a más de 4.000 el año pasado, vendiéndose 90% de la fruta en el mercado local.

Las variedades de sandía se suman a otras apuestas por parte de pequeños productores de la región de Yungas, al este provincial, vinculadas a frutas exóticas como la pitaya y la carambola, y de origen nativo como el chilto.

Apostando a la expansión de la sandia

Dado el gran potencial de la región biogeográfica de las Yungas, el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de Jujuy fomenta la incorporación de cultivos de buen rendimiento que contribuyan a la ampliación de la matriz productiva de la provincia. Con el apoyo del INTA, acompañan a agricultores familiares locales para generar mejores oportunidades a través del asociativismo entre productores y salidas sostenibles al mercado.

A la apuesta por los cultivos de origen nativo, las plantas con propiedades medicinales y las frutas exóticas como pitaya, carambola y la sandía amarilla se suman la sandía anaranjada y la de cáscara negra. Estas últimas y novedosas variantes llegaron a la región de la mano de la familia Peralta de Palma Sola, una localidad ubicada a 160 kilómetros de la capital provincial.

En 2019, la sandía amarrilla o “sandía melón” fue la primera en introducirse al mercado local. El año pasado la producción pasó de 500 a 4.000 plantas, vendiéndose el 90% de la fruta en el mercado local. Luis Peralta, comentó que la semana pasada concretaron las primeras plantaciones de las nuevas variedades y que esperan una buena cosecha para el mes de noviembre próximo.


Mutaciones genéticas de las plantas alteran el color de la pulpa y cáscaras. Foto: Kokopelli semillas.

Con semillas provenientes del continente asiático, las 3 versiones de Citrullus lanatus son iguales a la roja en sabor y frescura. Mientras la sandía roja concentra un alto nivel de licopeno, la misma sustancia que hace que los tomates sean rojos, mutaciones genéticas alteran el color de la pulpa y cáscara. En el caso de la amarilla, la pulpa toma este color por la alta presencia de carotenoides, pigmentos vegetales naturales que genera el proceso de la fotosíntesis.

En tanto la sandía anaranjada equilibra las células pigmentarias de licopeno y betacaroteno (presente en las zanahorias), arrojando como resultado el color y aspecto de su interior. La variedad de cáscara negra mantiene el color rojizo en su interior pero se caracteriza por no contener semillas.

Con información de: https://www.elagrario.com/

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