La actualización, desarrollados por especialistas del INTA, trae consigo dos innovaciones destacadas: la inclusión de ‘variación del agua disponible’ y ‘confort hídrico’, abarcando por primera vez la totalidad de los cultivos anuales en secano de Argentina.
La gran parte de la producción agropecuaria en Argentina se lleva a cabo en áreas sin riego, donde la cantidad de agua en el suelo juega un papel esencial. Por lo tanto, entender el contenido de humedad es crucial para tomar decisiones relacionadas con la agricultura y la cría de ganado. En este sentido, el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, en colaboración con el INTA San Luis, ha lanzado una actualización del balance hídrico a través de la plataforma SEPA (Herramientas Satelitales para el Monitoreo de la Producción Agropecuaria).
Entre las principales utilidades se encuentran: la organización de tareas y estrategias de manejo, tales como la selección del momento adecuado para sembrar o fertilizar; la evaluación de los rendimientos de los cultivos a nivel local y regional; la determinación de las exigencias de riego (volumen de agua necesario); la delimitación de distintos entornos agrícolas; y la identificación de períodos con escasez o exceso de agua para los cultivos.
“Los nuevos productos incorporan en la estimación la totalidad de las provincias de Corrientes, Chaco y Formosa, a la vez que abarcan una porción de las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y Tucumán”, indicó Lucas Gusmerotti, investigador del Instituto de Clima y Agua. De esta forma, “el nuevo balance abarca la totalidad del área de cultivos anuales en secano de la Argentina”, subrayó.
En segundo lugar, “se incorporaron fuentes con una mejor representatividad espacial, tanto en lo que concierne a las precipitaciones como a la demanda atmosférica”, agregó Gusmerotti.
El investigador destacó que, al diferenciar las salidas de agua del suelo por transpiración y evaporación, se logró desarrollar un producto que indica en qué medida los cultivos pudieron absorber el agua necesaria para sus hojas sin afectar su crecimiento ni la asimilación de carbono. Esto es especialmente relevante tanto para los cultivos anuales como para los recursos forrajeros, ya que permite estimar su potencial de crecimiento.
El balance hídrico de SEPA muestra el contenido de agua en el suelo al final de cada período de diez días, hasta una profundidad de 2 metros o menos según las restricciones del suelo. Este contenido se presenta en cuatro productos:
1. Agua disponible en relación al máximo posible hasta 2 metros (una medida de la capacidad del suelo para retener agua disponible);
2. Agua disponible en el suelo hasta 2 metros (el contenido de agua disponible para las plantas al final del período, medido en milímetros);
3. Variación del agua disponible (el cambio en el agua disponible al final de cada período de diez días en comparación con el período anterior, medido en milímetros);
4. Confort Hídrico (una relación entre la cantidad de agua absorbida por las plantas y la demanda de agua, que depende de las condiciones atmosféricas y la cobertura vegetal).
Balance hídrico: ¿Cómo se calcula?
El contenido hídrico del perfil edáfico se calcula mediante un balance entre los flujos de entrada y salida de agua en el suelo. La entrada es la precipitación que se computa mediante la corrección diaria de la información provista por el satélite IMERG-GPM usando los registros de las estaciones meteorológicas del INTA y del SMN distribuidas a lo largo de toda la región.
Mensualmente, todos los productos se publicarán en períodos acumulados decadales: hasta el día 10, hasta el día 20 y hasta el último día de cada mes”. Todos ellos pueden ser visualizados en la solapa “Agua en el suelo” de la página web del SEPA.