El origen de este acto tan curioso es que las abejas son unas auténticas matemáticas, gracias a su mente tan desarrollada. En esta nota te vamos a brindar información sorprendente.
Algo que deja todavía mucho más claro que ellas son uno de los grandes pilares de nuestro planeta, como seres vivos y parte de los insectos con mayor importancia dentro del reino natural. En este caso, las abejas, criaturas que usan los hexágonos de cera, porque saben que estructuralmente son más resistentes, también saben de su gran utilidad como contenedores más eficientes y aislantes, además se adaptan a su cuerpo.
Las abejas construyen y viven en uno de los diseños matemáticamente más eficientes de la arquitectura natural: la colmena. Dentro de ella los panales están construidos con hexágonos perfectos, como creados a medida y forma exacta.
Si las celdas de los panales fuesen cuadradas optimizarían el espacio pero los insectos necesitan un cubículo adecuado a la anatomía que tendrán tras su metamorfosis, desde que son crisálidas. Si las celdas fueran cilíndricas serían ideales para la crianza, pero se perdería mucho espacio y se emplearía más cera de la necesaria… por tanto, las abejas siempre construyen sus celdas en hexágonos perfectos, maximizando la superficie útil.
“Las abejas, en virtud de una cierta intuición geométrica, saben que el hexágono es mayor que el cuadrado y que el triángulo, y que podrá contener más miel con el mismo gasto de material”. Lo dijo un importante matemático griego, Pappus de Alejandría . De hecho, la forma hexagonal de las celdas puede almacenar un 30% más de miel que un cuadrado u otras formas simples.
Las declaraciones de Pappus de Alejandría demuestran que las abejas son unas expertas en geometría y matemáticas y su intuición natural les dice que el hexágono es la figura más eficaz para almacenar la miel en las celdas, construyendo así, una estructura sólida y digna de grandes arquitectos.
Es la afinadísima visión de las abejas la que también ayuda a crear estas formas tan características del mundo apícola, que más allá de la perfección, saben donde armarlos, sin perder detalles en cuanto al espacio con el que cuentan.
Además, durante toda su historia evolutiva, la abeja ha sabido almacenar la miel de la manera más óptima y utilizando la menor cantidad de recursos gracias al uso de hexágonos en sus panales.
Por otro lado, la creación de cera es un trabajo bastante duro para las abejas, ya que tienen que invertir mucha miel para elaborarla. Y para ello, tienen que asegurarse de que las estructuras están bien firmes y siguen los cánones de la geometría.