26-04-24 |

Proteger a los agricultores de Ucrania, el objetivo de La FAO

La FAO se propone auxiliar con insumos agrícolas, semillas y dinero en efectivo a grupos de cultivadores, y a los pequeños y medianos ganaderos con pienso, forraje, insumos veterinarios y ganado menor.

A los agricultores en Ucrania se les permite seguir trabajando en sus granjas y no tienen que luchar en la guerra. Pero uno de los mayores problemas para los agricultores es que no pueden exportar la mayoría de su cosecha como lo hacían antes.

los campos ucranianos, a los que muchos se refieren estos días como el granero de Europa, son efectivamente uno de los principales polos de producción de cereales, indispensables para la alimentación humana, pero también para el pienso de los animales, lo que pone en apuros al sector de la ganadería, que ya nota un encarecimiento.

El impacto económico del conflicto está teniendo una significativa repercusión en al menos tres sectores clave para la economía global: la energía, los mercados financieros y los productos agrícolas. Es un triple golpe para la economía global, con una combinación tóxica de mayor inflación, menor crecimiento económico y mayor incertidumbre.

La agricultura es central en la economía de Ucrania. Además de la gran producción de cereales y aceite de girasol, cientos de miles de pequeños y medianos predios agrícolas y ganaderos han sostenido el empleo y la seguridad alimentaria, que ahora están en riesgo por la guerra.

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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó este martes 19 un plan para auxiliar a los agricultores de Ucrania en la siembra de hortalizas y papas durante la primavera boreal, en el cuido de sus ganados y para salvar la cosecha de trigo de invierno.

La preocupación inmediata es “salvar la temporada de siembra de primavera en curso y evitar la interrupción de la próxima cosecha de invierno, ya que esto podría amenazar gravemente la seguridad alimentaria del país”, dijo Rein Paulsen, director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO.

La guerra iniciada con la invasión de fuerzas rusas el 24 de febrero provoca el éxodo de millones de personas de las principales ciudades y también del campo, impacta el mercado global de alimentos con alzas de precios y temores de desabastecimiento, y a la vez afecta la seguridad alimentaria de la población de Ucrania.

La FAO había requerido ayuda urgente por 50 millones de dólares para auxiliar a los pequeños y medianos cultivadores y criadores ucranianos, pero ahora ha más que duplicado esos requerimientos, elevándolos a 115 millones de dólares.

Con ese plan, la organización espera asistir a 376 660 hogares agrícolas pequeños y medianos, lo que supone casi un millón de personas, antes de diciembre de 2022.

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La enorme destrucción de los cultivos y la infraestructura debido a la guerra pone en peligro la producción y la seguridad alimentarias en ese país que contaba 44 millones de habitantes antes de la guerra. Más de siete millones debieron desplazarse de sus hogares y más de cuatro millones han huido al exterior.

La agricultura es crucial para la economía de Ucrania, gran productor y exportador de cereales y aceite de girasol, es fundamental para la seguridad alimentaria y los medios de vida de su población, y la FAO estima que en 2022 no podrá cultivarse al menos un tercio de los terrenos agrícolas del país.

El sector de la agricultura en pequeña escala aporta 41 % del producto bruto agrícola y es fundamental para el empleo local. Además de producir alrededor de una quinta parte de los cereales, los pequeños productores dominan subsectores esenciales para una diversidad y una dieta nutritiva.

Así, producen 85 % de los vegetales, 83 % de las frutas y bayas, 99 % de la miel, 70 % de la leche, 33 % de la carne vacuna, 38 % de los cerdos, y 45 % de las aves de corral y de sus huevos.

La población que huye, y el reclutamiento de los hombres en las fuerzas de defensa territorial, provocan escasez de mano de obra y un aumento de la carga que soportan las mujeres. La situación se ha agravado a causa de una reducción del acceso a insumos agrícolas de crucial importancia y de su disponibilidad.

Mientras prosiguen las hostilidades entre fuerzas rusas y ucranianas, las poblaciones en zonas de conflicto activo se enfrentan a grave escasez de alimentos, agua y energía. La situación es preocupante en grupos de población como los hogares en situación de inseguridad alimentaria y encabezados por mujeres.

La preocupación inmediata de la FAO es la campaña de siembra de primavera en curso y la interrupción anticipada de la próxima cosecha de cultivos de invierno, que típicamente ocurre en junio y julio.

Se estima que 49 % del trigo de invierno y 38 % del centeno que se cosechará en julio-agosto de 2022 está en áreas afectadas por la guerra.

Los girasoles generalmente se plantan en abril y se cosechan en septiembre y octubre, predominantemente en el sur, donde están las provincias más afectadas por la guerra. El área sembrada de girasoles en 2022 puede ser 35 % menor que la sembrada en 2021.

El plan contempla igualmente apoyo a los medianos productores y a los actores fundamentales a lo largo de las cadenas de suministro agroalimentario, para mantener la operación de los mercados y el acceso a los alimentos en las ciudades.

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