Algunas estaciones meteorológicas del Sudeste de Francia alcanzaron una duración de sequía de más de 40 días, ocurriendo la última lluvia el 27 de diciembre.
La principal causa por la que una región puede sufrir un período de sequía es la falta de precipitaciones en la zona, aunque existen otras, como veremos más adelante en este artículo. Además, la ausencia de agua tiene graves consecuencias para, por ejemplo, los cultivos o la ganadería en esos terrenos.
La sequía es una anomalía transitoria que se caracteriza por la escasez temporal de agua, en comparación con el suministro normal, en un período de tiempo dado (una estación, un año, o varios años).
La sequía es recurrente del clima y depende del suministro y la demanda de la sociedad y el medio ambiente. Las sequías difieren según la magnitud, duración, intensidad, ecosistemas y actividades del ser humano.
La duración de un período de sequía meteorológica se define por el número de días consecutivos en los que la acumulación de precipitación es inferior a 1 mm (de hecho, por ejemplo, se puede depositar rocío en el pluviómetro sin que llueva). Con esa definición, algunas estaciones del Sudeste alcanzaron una duración de sequía de más de 40 días, ocurriendo la última lluvia el 27 de diciembre.
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Los diferentes tipos de sequía
Cabe distinguir entre sequía meteorológica, sequía agrícola y sequía hidrológica.
- La sequía meteorológica corresponde al déficit de precipitación y puede calcularse sobre un mes, sobre una estación o sobre un período más largo.
- La sequía de suelos, conocida como «agrícola«, se caracteriza por un déficit hídrico en los suelos superficiales (entre 1 y 2 m de profundidad), suficiente para alterar el correcto desarrollo de la vegetación. Depende de las precipitaciones y de la evapotranspiración de las plantas. Esta noción tiene en cuenta la evaporación del suelo y la transpiración de las plantas (el agua absorbida por las raíces se evapora al nivel de las hojas). Por lo tanto, la sequía agrícola es sensible a las precipitaciones, la humedad y la temperatura del aire, el viento, pero también a la naturaleza de las plantas y los suelos.
- La sequía hidrológica finalmente se manifiesta cuando los lagos, ríos o aguas subterráneas muestran niveles anormalmente bajos. Depende de la precipitación pero también del estado del suelo que influye en la escorrentía y la infiltración. La red hidrográfica y las características de los acuíferos determinan los tiempos de respuesta a los déficits de precipitación observados en diferentes períodos.
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¿Qué notamos?
Es en el Sureste donde la situación es más crítica. Muchas estaciones alrededor del Mediterráneo no han visto precipitaciones diarias de al menos 1 mm desde principios de año. Podemos mencionar Marignane, Salon de Provence, Nîmes (Courbessac), Montpellier (aeropuerto) Aigues-Mortes, Sète, Hyères, la isla de Levant o Toulon (lista no exhaustiva).
Buscamos cuántas veces estas estaciones habían experimentado un periodo tan largo de sequía meteorológica invernal (por invierno se considera el invierno meteorológico y por tanto los meses de diciembre, enero y febrero) y cuál era la duración máxima de estos periodos. Los resultados son los siguientes:
- Marignane: 7 ocurrencias. Duración máxima: 54 días en 1982-83;
- Nîmes-Courbessac: 7 apariciones. Duración máxima: 49 días en 1982-83;
- Aigues-Mortes: 6 ocurrencias. Duración máxima: 58 días en 2011-12;
- Montpellier: 5 ocurrencias. Duración máxima: 56 días en 1982-83;
- Toulon: 4 ocurrencias. Duración máxima: 40 días en 2005.
Por lo tanto, nos damos cuenta de que las duraciones de la actual sequía meteorológica no son excepcionales. Generalmente tienen un período de retorno de alrededor de 10 años. En Toulon, el récord está a punto de ser batido. Sin embargo, estas son series notables, al igual que la precipitación mensual de enero de 2022 en PACA donde solo los años 1993, 1983, 2000 son más secos (medidas desde 1958). De continuar el actual período de sequía meteorológica en el Sureste durante las próximas semanas, llegaríamos entonces a una situación excepcional.
¿Cómo explicar esta situación?
Francia se encuentra, a principios de año, bajo la influencia de un anticiclón: las fuertes presiones centradas en el país forman un escudo que tiende a hacer retroceder y desviar las perturbaciones oceánicas hacia el norte y el este del continente.
Estas altas presiones resultaron en una anomalía general de precipitaciones en todo el país (déficit cercano al 40%). En la parte sur, la situación era bastante mixta ya que los vientos dominantes del noroeste bloqueaban en ocasiones la nubosidad y las precipitaciones al pie de los Pirineos (que están experimentando un exceso de acumulaciones) mientras que estos vientos del noroeste se iban secando, por efecto foehn, a su paso por el las montañas que bordean el Mediterráneo (Macizo Central, Alpes) dan lugar a secuencias de tiempo soleado y seco a menudo acompañadas de mistral y tramontana (las estaciones de Istres y Avignon han superado los 100 km/h en enero).
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esta sequía invernal?
La situación de principios de año no permite sacar conclusiones para esta primavera ni para este verano. Durante la sequía meteorológica de enero de 1982-1983, no se observó sequía en el suelo el verano siguiente.
Aún quedan 2 meses para la llamada temporada de recarga (septiembre a marzo). Por el momento, observamos un déficit del 40% de lluvia respecto a lo normal. El patrón del tiempo puede ser más favorable a partir de entonces.
¿Es esta la marca del cambio climático?
En un contexto de cambio climático, las precipitaciones invernales son más escasas en el Sur. En general, hay una tendencia a la baja en las precipitaciones invernales en la mitad sur del país. Pero no vemos una tendencia a mayor escala en las precipitaciones en el sureste del país en invierno, según el informe DRIAS 2020).
