El rendimiento del trigo podría aumentar hasta un 5% gracias al descubrimiento de una región clave en su ADN, así lo determinó un equipo de investigación del INTA de Buenos Aires.
El trigo ( Triticum aestivum L.) es un cultivo crucial a nivel mundial, un pilar fundamental para la seguridad alimentaria. Ante la creciente necesidad global de alimentos, aumentar su productividad de manera sostenible se vuelve esencial. En este sentido, un equipo de investigación del INTA ha identificado una región específica del ADN (QTL) directamente relacionada con el rendimiento del cultivo.

Según Fernanda González, especialista del INTA y líder de la investigación, «El rendimiento del trigo es el resultado de una compleja interacción entre factores del ambiente y su genética, donde el número de granos por espiga, el peso de mil granos y la cantidad de espigas por superficie juegan un papel clave«. Además, resaltó que entender estas intrincadas relaciones ha abierto caminos para mejorar la productividad a través de estrategias de mejoramiento genético.
Los QTL (loci de caracteres cuantitativos) son segmentos del genoma que muestran una fuerte conexión con características complejas de los cultivos, influenciadas por múltiples genes. «En este estudio, logramos precisar la región genética directamente vinculada a la fertilidad de la espiga«, explicó Leonardo Vanzetti, investigador asociado al proyecto. Detalló que «los trigos cultivados muestran una gran diversidad genética, lo que significa que existen materiales con diferentes versiones (alelos) de este QTL. Algunas de estas versiones favorecen una mayor fertilidad de la espiga, mientras que otras no».
Te puede interesar: Un informe de INTA revela impacto de la fertilización en la productividad de trigo y cebada
La investigación se enfocó en analizar la influencia de dos regiones genéticas específicas: QFEm.perg-3A y QFFE.perg-5A. Ambas demostraron estar asociadas con la eficiencia reproductiva de las espigas y, por lo tanto, con el rendimiento final del trigo. «Nuestros resultados mostraron que QFFE.perg-5A mejoró significativamente la eficiencia reproductiva en todos los ambientes probados, aumentando el número de granos por espiga en un 7 % y el rendimiento total en un 5 %», detalló Nicole Pretini, especialista del INTA e investigadora principal del estudio. Añadió que «QFEm.perg-3A también tuvo un impacto positivo en el rendimiento, aunque su efectividad dependió notablemente de las condiciones ambientales del cultivo».
Estos descubrimientos resaltan el gran potencial de incorporar estas regiones genéticas en los programas de mejoramiento para aumentar el rendimiento del trigo de forma sostenible. «Integrar herramientas de genética molecular y principios de ecofisiología en la selección de variedades podría ser un avance fundamental para la seguridad alimentaria global», enfatizó González. Además, destacó un hallazgo revelador: solo el 24 % de las variedades comerciales actuales poseen la versión favorable de QFFE.perg-5A, lo que sugiere que no se está utilizando ampliamente en los programas de mejoramiento. «Identificamos que la variedad Baguette 19 tiene una composición genética particular, con un alelo de QTL asociado a una alta fertilidad de la espiga, a diferencia de otras variedades analizadas».
Otra nota interesante: Principales enfermedades del trigo y la cebada
Con información de: https://www.argentina.gob.ar/