La Comisión de mejorar el bienestar de los animales “sigue siendo un imperativo moral, sanitario y económico.
Cuando las colmenas de la abeja africana de las tierras bajas colapsan, lo hacen por una amenaza interna invisible: el creciente ejército de clones de una subespecie de abejas enemiga.
Los científicos descubrieron que una hembra de abeja sudafricana de El Cabo (Apis mellifera capensis) no reorganiza su ADN cuando pone un huevo. Esto le permite crear clones perfectos de sí misma cada vez que se reproduce, haciéndola virtualmente inmortal. Los científicos incluso hallaron una abeja en esta subespecie que ha producido millones de clones solo en las últimas tres décadas.
El mundo de los insectos es uno de los más intrigantes que existen. A menudo nos sorprenden con sus comportamientos y habilidades, quizá por nuestra incapacidad de comprenderlos por el poco parecido que ostentamos con ellos. Pero con su diminuto tamaño, los insectos son seres maravillosos. Ya sea que nos intriguen con su apariencia de palomita de maíz, con su longevidad de décadas bajo tierra o sus lisérgicos colores, los insectos son asombrosos. Y desde luego que las abejas no escapan a este mundo maravilloso, especialmente una abeja que creó un ejército de clones.
Las abejas en realidad plantean un pequeño problema para su propia colonia y las colmenas de abejas rivales. Eso es porque en las colonias típicas, solo la reina puede reproducirse. Si las abejas obreras pueden engendrar descendencia, las colmenas se vuelven disfuncionales.
De acuerdo con investigadores, esta especie de abeja es capaz de crear un ejército de clones. Se descubrió que la hembra de abeja sudafricana de El Capo, científicamente llamada Apis mellifera capensis, no reordena su ADN cuando pone huevecillos. Lo que le permite crear clones perfectos de sí misma cada vez que se reproduce. Virtualmente esta capacidad la convierte en el único animal inmortal, ya que muchos clones de ella nacen, se reproducen y la mantienen viva con esto.
La reina controla todo con su reproducción
La reproducción asexual es muy frecuente cuando se trata de insectos. Algunas abejas obreras tienen la peculiaridad de reproducirse a través de partenogénesis thelytokous, en el que las hembras producen descendencia femenina a partir de huevos no fertilizados. Sin embargo, no funciona así como sólo hacer copias del ADN y listo, sino que el ADN de las madres se entremezcla mediante un proceso llamado recombinación. De esta manera, aunque las descendientes tengan un solo padre, no son copias idénticas de su progenitora, sino que tienen una composición genética distinta. Esto garantiza que la siguiente descendencia tenga una diversidad genética capaz de sobrevivir.
Pero conforme avanzan las generaciones, la recombinación de genes no resulta suficiente para asegurar la diversidad genética. Por lo que conduce a la población de descendientes a la disminución considerable. Es por esto que la mayoría de las abejas, dependen de una reina que sí se reproduce sexualmente, a cambio las obreras trabajan para ella, para mantener la salud de la colonia gracias a la diversidad sexual que les brinda la reina.
Aunque este no es justamente el caso de la abeja africana Apis mellifera capensis, que crea copias perfectas de ella misma cada que se reproduce. Es decir, sólo está creando un ejército de clones que ya está pasando factura a las colmenas. Según Benjamin Oldroyd, profesor de genética del comportamiento de la Universidad de Sídney y autor de la investigación de la abeja de El Capo, las obreras que se siguen reproduciendo genéticamente idénticas, provienen de una sola obrera que vivió en 1990. Oldroyd también explica cómo este único linaje de clones es el responsable del colapso del 10% de las colonias de abejas de las tierras bajas africanas cada año.
Sin duda este asombroso descubrimiento pone de cabeza las ideas que los investigadores tienen sobre diversidad genética, reproducción y genética de las abejas. El comportamiento del ejército de clones no es para nada consistente con la supervivencia de las colonias. Habrá que investigar más al respecto para descubrir por qué surgió este comportamiento parasitario.