Aprende sencillos trucos y consejos sobre la conservación de las verduras y hortalizas para prolongar su vida útil y evitar que se echen a perder.
Algunos estudios científicos en cuanto a la influencia de los alimentos y nuestra salud demuestran que nuestro estado de ánimo también influye en cómo percibimos el sabor de las verduras y hortalizas. Es muy importante saber que sabor depende fundamentalmente del modo de cultivo (riego, fertilización y clima), hasta el momento en el que se cosecha, y posteriormente de su conservación, siendo una de las partes importantes.
Cuando acudimos a la verdulería a realizar una compra, normalmente adquirimos distintas variedades de alimentos, y a llegar a casa tenemos que sacarlas de las bolsas para que puedan respirar, para así también distribuirlas para un correcto almacenamiento, ya sea en la heladera o en contenedores distribuidos en la cocina. Claro que todo esto dependerá de un factor importante: la temperatura. A este factor tendremos que prestarle mucha atención durante la temporada de verano, ya que juega un papel clave en cuanto al bienestar de los alimentos, sobre todo de frutas y verduras.
Si bien en los meses frío el riesgo es menor, en tiempos de calor, cuando la temperatura es elevada, la mayoría de los alimentos, ya sean frutas, verduras, deben de ser guardadas en un lugar fresco y alejado de la luz, sino, pierden agua y se echan a perder en unas pocas hora. También sufren importantes pérdidas de vitaminas. Lo más importante de este asunto, es evitar la contaminación de los alimentos por bacterias, ya que puede ser perjudicial para la salud.
Para un correcto almacenamiento en frío, se deben de conservar en la parte menos fría de la heladera a una temperatura de (10-12ºC), y por un periodo de tiempo no superior a los 3 días.
La congelación es otro método al que podemos recurrir para aumentar el periodo de conservación de estos alimentos. Las más adecuadas para este procedimiento son las zanahorias, coles de Bruselas, espárragos, alcachofas, espinacas y algunas legumbres. Una vez congeladas el periodo de conservación puede durar de 6 a 12 meses, dependiendo del tipo de verdura.
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Métodos prácticos de conservación de verduras y hortalizas
Conservación por deshidratación
Este método de conservación de los alimentos es muy particular, y es que consiste en reducir a menos del 13% su contenido de agua, por lo que el riesgo de que se echen a perder disminuya.
Este procedimiento brinda estabilidad microbiológica a la hortaliza, debido a la reducción de la actividad del agua, y fisicoquímica, además aporta otras ventajas derivadas de la reducción del peso, en relación con el transporte, manipulación y almacenamiento.
Deshidratación al aire libre
Está limitada a las regiones templadas o cálidas donde el viento y la humedad del aire son adecuados.
Generalmente se aplica a frutas y semillas, aunque también es frecuente para algunas hortalizas como los pimientos y tomates.
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Deshidratación por aire
Para que pueda llevarse a cabo de forma directa, es necesario que la presión de vapor de agua en el aire que rodea al producto a deshidratar, sea significativamente inferior que su presión parcial saturada a la temperatura de trabajo.
Este método se emplea para productos reducidos a polvo, para productos de pequeño tamaño y para hortalizas desecadas.
Deshidratación por rocío
Se requieren la instalación de un ventilador de potencia apropiada, así como un sistema de calentamiento de aire, un atomizador, una cámara de desecación y los medios necesarios para retirar el producto seco.
Presenta la ventaja de su gran rapidez.
Deshidratación al vacío
Este sistema presenta la ventaja de que la evaporación del agua es más fácil con presiones bajas.
En los secadores mediante vacío la transferencia de calor se realiza mediante radiación y conducción.
Deshidratación por congelación
Consiste en la eliminación de agua mediante evaporación directa desde el hielo, y esto se consigue manteniendo la temperatura y la presión por debajo de las condiciones del punto triple
Este método presenta las siguientes ventajas: se reduce al mínimo la alteración física de las hortalizas, mejora las características de reconstitución y reduce al mínimo las reacciones de oxidación y del tratamiento térmico.
Con información de: https://www.hogarmania.com/