Una investigación reveló que la cáscara de coco sirve como insumo para elaborar un tipo de filtro que elimina el arsénico del agua y la vuelve apta para el consumo humano.
Alrededor del mundo, los ríos juegan un papel importante de todo ecosistema, y la contaminación de estos representa un verdadero problema y de la necesidad de tomar medidas al respecto es tema de preocupación para muchos investigadores, sobre todo cuándo se habla de la presencia de arsénico en las vertientes.
Tomando muy en serio lo que representa el impacto de la contaminación del agua con arsénico, tanto para el medioambiente como también para la salud Manuel Chavez Ruiz, investigador peruano del Instituto Nacional de Salud (INS), quien a través de su investigación reveló que la cáscara de coco sirve como un insumo para elaborar un tipo de filtro que elimina metales pesados como el arsénico de las aguas del río.
El investigador reveló que la cáscara de coco contiene altas cantidades de carbón, y al carbonizarla la convierte en un material poroso que al sumársele sustancias químicas afines al arsénico, como el hierro de manganeso, puede separar con eficiencia al conocido metal tóxico del agua.
“Se convierte en un filtro que al introducirse en el agua, logra que el arsénico se adhiera a sus poros. Se vuelve selectivo a ese metal y es altamente eficiente» argumenta Manuel Chavez Ruiz.
El arsénico es una sustancia que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es altamente tóxico y nociva para la salud humana y la mayoría de las formas de vida.
A todo este impacto peligroso que representa, el arsénico es un metal pesado conocido por su toxicidad y su impacto negativo en la salud. Además. es un agente cancerígeno comprobado, y está asociado a enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión arterial.
La contaminación de afluentes, ríos, lagos, está asociado al incremento de la población, de la actividad industrial y minera, lo que trae como consecuencia un incremento en la alteración de las aguas por desechos, sustancias o productos químicos.
En el caso de Perú, que cuenta con la mayor reserva de agua de América Latina, la mayoría de sus ríos se encuentran contaminados y expuestos a niveles elevados de metales pesados como el arsénico, debido a la explotación de la actividad minera.
Aprovechar recursos naturales para hacer frente a la problemática
La investigación de Chavez Ruiz consiste en un filtro con cáscara de coco que al exponerse a un proceso físico-químico lo convierte en una esponja selectiva al metaloide. Las altas dosis de carbón que tienen las cáscaras hacen que, al calentarlas, se transformen en un material poroso que, al añadirle sustancias químicas, hace posible separar el arsénico. De esta manera, cuando se introduce en el agua, este metaloide se adhiere a sus poros.
El investigador determinó que el componente adsorbente removedor de arsénico ha sido probado exitosamente en soluciones con altos contenidos de arsénico.
También, el especialista explica que “El carbón activado debido a su gran área superficial y que al combinarlo con otros agentes tienen capacidad de adherirse al arsénico, produce un nuevo material compuesto que sirve como medio filtrante y puede ser empleado en la remoción del metaloide”.
La elaboración y aplicación del carbón activado a partir de la cáscara de coco, en base a los estudios previos realizados con esta materia prima ha resultado eficaz y muy beneficiosa.
Analizando el bajo costo de producción, finalmente el material podría ser utilizado en el tratamiento de aguas con alta carga de arsénico en la industria minera u otras industrias.
Con información de: https://noticiasambientales.com/