50.000 cerdos para generar energía para 5000 personas

El proyecto demuestra cómo la producción porcina intensiva puede gestionar sus efluentes de manera sostenible, mitigando el impacto ambiental y generando ingresos adicionales a través de la venta de energía limpia y la producción de fertilizantes orgánicos.

En Roque Pérez, provincia de Buenos Aires, la empresa porcina Pacuca transformó los efluentes de su criadero en una fuente de energía renovable y fertilizantes, consolidándose como un ejemplo de economía circular. La empresa puso en marcha una planta de biogás que, desde 2020, aprovecha los residuos de sus cerdos para generar electricidad.

Este innovador proceso tiene dos productos principales:

  • Biogás: Se produce mediante la fermentación anaeróbica de los purines (mezcla de orina y heces) de los 50.000 cerdos de la granja. Este gas, rico en metano, es captado y utilizado para generar electricidad. Con una producción de 8.000 megavatios por año, la energía generada se inyecta en el sistema interconectado nacional, lo que permite abastecer a unas 5.000 personas.
  • Fertilizantes orgánicos: El residuo líquido que queda del proceso de fermentación, conocido como digestado o biol, es un fertilizante de alta calidad. Este subproducto es rico en nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, y se utiliza para nutrir los campos de cultivo de la propia empresa, reduciendo la necesidad de fertilizantes minerales sintéticos.

El exitoso criadero que genera energía

Pacuca, el criadero porcino detrás de la marca Cabaña Argentina, invirtió unos 6 millones de dólares en su planta de biogás para transformar los efluentes de 50.000 cerdos en electricidad.

Mediante tres biodigestores que procesan el purín de los animales junto con maíz picado y marlo molido, la empresa genera de forma continua un megavatio por hora. Este proceso, que se estabilizó después de años de ensayos, produce más de 8.000 megavatios anuales, energía que se inyecta en la red eléctrica nacional.

De esta manera, lo que antes era un residuo que terminaba en lagunas de tratamiento o se usaba directamente como fertilizante en el campo, ahora se convierte en una fuente de energía renovable.

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