La morcilla es un clásico indiscutible en cualquier asado argentino. Su sabor intenso y textura única la convierten en una de las favoritas de muchos. En esta nota te damos algunos tips para cocinarla correctamente.
¿Por qué la morcilla es tan popular en los asados argentinos?
- Sabor característico: La combinación de sangre, arroz, especias y otros ingredientes le confiere un sabor intenso y ahumado que conquista a muchos paladares.
- Versatilidad: Se puede disfrutar sola, acompañada de chimichurri, o como parte de un sándwich.
- Preparación sencilla: Cocinarla a la parrilla es muy sencillo y rápido.
- Tradición: La morcilla forma parte de la tradición culinaria argentina desde hace siglos, transmitiéndose de generación en generación.
La temperatura ideal para cocinar una morcilla a la parrilla es media-alta. Esto permite que la morcilla se dore por fuera y se mantenga jugosa por dentro.
¿Cómo saber si la temperatura es la adecuada?
- Prueba del dedo: Si sostienes la mano a unos 12 cm de las brasas, deberías poder aguantar unos 4 segundos. Si sientes mucho calor, las brasas están demasiado calientes. Si no sientes nada, están demasiado frías.
- Termómetro de parrilla: Si tienes un termómetro para parrilla, la temperatura ideal se encuentra entre los 180°C y 200°C.
Consejos adicionales para cocinar una morcilla perfecta a la parrilla:
- Pinchar la morcilla: Antes de colocarla en la parrilla, haz unos pequeños agujeros con un tenedor. Esto permitirá que el exceso de grasa se escape durante la cocción y evitará que la morcilla explote.
- Cocinar a fuego indirecto: Si tienes una parrilla grande, puedes cocinar la morcilla a fuego indirecto, colocando las brasas a un lado y la morcilla al otro. Esto evitará que se queme.
- Tiempo de cocción: El tiempo de cocción dependerá del tamaño de la morcilla, pero por lo general, entre 10 y 15 minutos será suficiente.
- Dar vuelta: Durante la cocción, dale vuelta a la morcilla de vez en cuando para que se cocine de manera uniforme por todos los lados.