Amaranto: El alimento del futuro

El amaranto se utiliza como grano y verdura de hoja, pero que es una importante promesa para alimentar al mundo y una de las plantas tropicales infra-explotadas con un valor económico más prometedor

Si bien se trata de un cultivo poco conocido de América, el amaranto se cultiva y comercializa en todos los sentidos. Lo encontramos en productos de alta gama para la industria de la belleza, en aceites esenciales y tiendas naturistas, en lugares remotos como el sur de Asia, China, India, África Occidental y el Caribe.

Una planta se adapta perfectamente en regiones propensas a la sequía, por lo que es perfecta para producir en áreas donde las lluvias escasean durante el año. El amaranto tiene el potencial de mejorar la nutrición, aumentar la seguridad alimentaria, promover el desarrollo rural y apoyar el cuidado sostenible de la tierra.

En cuanto al cultivo de amaranto en Argentina, este se está expandiendo y diversificando, pero se concentra principalmente en ciertas regiones. Pero a pesar de que no existe un registro exhaustivo y actualizado de todas las provincias productoras de amaranto, podemos mencionar algunas de las regiones donde se ha desarrollado este cultivo con mayor intensidad:

  • Noroeste Argentino (NOA): Provincias como Salta, Jujuy y Tucumán son conocidas por sus condiciones climáticas y de suelo adecuadas para el cultivo del amaranto. Estas regiones han sido pioneras en la producción de amaranto en Argentina y cuentan con una larga tradición en el uso de este grano en la alimentación.
  • Cuyo: Provincias como Mendoza y San Juan también han mostrado interés en el cultivo de amaranto, especialmente en zonas de altura donde las condiciones son favorables para este cultivo.
  • Buenos Aires: Aunque en menor medida que en el NOA y Cuyo, también se han registrado cultivos de amaranto en la provincia de Buenos Aires, particularmente en zonas rurales y con enfoque agroecológico.

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El amaranto ha ganado mucha popularidad en los últimos años y se le ha otorgado el título de «alimento del futuro» por varias razones sólidas:

  • Alto valor nutricional: El amaranto es una verdadera potencia nutricional. Contiene una cantidad impresionante de proteínas de alta calidad, comparable a la de la carne, lo que lo convierte en una excelente opción para vegetarianos y veganos. Además, es rico en fibra, vitaminas (como la vitamina E) y minerales (como calcio, hierro y magnesio), esenciales para una dieta equilibrada.
  • Bajo impacto ambiental: A diferencia de otros cultivos, el amaranto es muy resistente y puede crecer en condiciones adversas, como suelos pobres y climas secos. Esto lo convierte en un cultivo sostenible que requiere menos agua y fertilizantes, reduciendo así su huella ambiental.
  • Adaptabilidad a diferentes climas: El amaranto puede cultivarse en una amplia variedad de climas y suelos, lo que lo hace muy versátil y adaptable a diferentes regiones del mundo. Esto lo convierte en un cultivo prometedor para enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria.
  • Versatilidad culinaria: El amaranto es muy versátil en la cocina y puede utilizarse en una amplia variedad de platos, desde cereales y harinas hasta snacks y bebidas. Su sabor ligeramente dulce y su textura crujiente lo hacen muy atractivo para consumidores de todas las edades.
  • Beneficios para la salud: Además de su alto valor nutricional, el amaranto se ha asociado con diversos beneficios para la salud, como la reducción del colesterol, la mejora de la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunológico.

En resumen, el amaranto es considerado el alimento del futuro debido a su combinación única de propiedades nutricionales, sostenibilidad, adaptabilidad y versatilidad culinaria. Estas características lo convierten en una opción alimentaria prometedora para enfrentar los desafíos de la alimentación global en un futuro cada vez más demandante.

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