El arte en chatarra, cuya denominación mundial es Scrap art, consiste en la creación de esculturas metálicas soldadas, a través de la reutilización de piezas de diferentes tamaños en desuso.
Julián Provenzano es contador público y tiene un comercio del rubro de la construcción en la ciudad Pergamino, en el norte bonaerense.
Pero hace cinco años, incursionó -como un hobby- en el arte en chatarra, cuya denominación a nivel mundial es Scrap art, y consiste en la creación de esculturas metálicas soldadas, mediante la reutilización de piezas de diferentes tamaños en desuso.
El ingenio y la creatividad de Provenzano, lo llevaron a convertirse actualmente en un destacado artista con reconocimiento internacional, que le “da vida” a las chatarras del campo, creando grandes esculturas de diferentes animales y fauna autóctona argentina, en tamaño real.
Para conocer el interesante trabajo de este artista pergaminense, El ABC Rural visitó su taller, el lugar donde la chatarra del campo argentino “cobra vida”.
Comenzó reutilizando su propia chatarra, como hobby
“Más allá de estar entre los papeles del comercio, siempre me gustaron las herramientas, y el rubro de la construcción me permitió relacionarme con ellas, para luego comenzar a probarlas e ir soldando cada vez que la demanda de los clientes lo requería”, contó el entrevistado.
“Además, los camiones del comercio siempre necesitan diferentes reparaciones, por lo que se van generando diversos tipos de chatarra como engranajes, bolilleros y chapas en desuso que se van acumulando”, agregó.
En consecuencia -dijo el artista- recurrentemente debía hacer limpieza y deshacerse de esa chatarra. “Pero luego de ver que algunos artistas locales realizaban pequeñas figuras metálicas -comentó- se me ocurrió, como hobby, reutilizar mi chatarra de esa manera a través del arte, algo que también siempre me gustó”, señaló.
Fue así que a partir de la confección de pequeñas piezas utilizando la soldadora como principal herramienta, la chatarra que se generaba en el comercio de Julián Provenzano fue transformándose con sus manos en autos, motos y otros pequeños objetos, siendo su primera creación la cabeza de un caballo.
Esculturas más grandes y de tamaño real
Pero una vez que el incipiente artista ya había reutilizado toda la chatarra disponible más pequeña, le fue quedando el material de mayor volumen, y también las ganas de seguir progresando en el arte en chatarra. Algo debía hacer.
“Para poder ‘saltar’ a otro nivel de esculturas, aproveché la chatarra de mayor volumen y comencé a realizar esculturas más grandes y de tamaño real, de personas, caballos, toros y pájaros”, indicó.
De esta manera, a través de la conjunción del arte, el ingenio y la creatividad, figuras de diferentes animales y fauna autóctona del campo argentino en tamaño real fueron “cobrando vida”.
“Comencé con un caballo en 2018, siempre por la parte de la cabeza como en todas las obras, un trabajo que me llevó seis meses, ya que lo fui haciendo en ratos libres”, recordó el entrevistado.
“Ese primer caballo en tamaño real demandó el interés de mucha gente y material, por lo que continué con otras figuras, un toro, un ciervo y otros animales, insectos y pájaros”, destacó.
Chatarra de los campos y de mayor volumen
La cuestión fue que, cuando el material propio se terminó “las esculturas más grandes y de tamaño real, se realizaron a partir de la chatarra que se encuentran en los campos y que me consiguieron amigos y conocidos”.
De esa manera -señaló- fue reutilizando viejas cuchillas de cosechadoras, engranajes, bolilleros, tornillos y resortes, entre otros objetos en desuso que siempre hay en las chacras.
En tanto, remarcó que “las obras no son rígidas, ya que las figuras siempre están representando una acción o movimiento”.
-¿Cuántas piezas podría tener un caballo o un toro?
Deben tener alrededor de 1.000 piezas y otros tantos puntos de soldadura.
Desde Pergamino al mundo
Luego de exponer algunas de sus obras en diferentes muestras de arte realizadas en Pergamino, Provenzano tuvo el año pasado la oportunidad de viajar a Qatar, a una importante exposición a nivel mundial.
“Fue un viaje y una experiencia maravillosa, donde pude exhibir a nivel mundial diez esculturas, representando a nuestro país y su cultura, la cual está íntimamente relacionada al sector agropecuario, por lo que fue un orgullo que me invitaran”, subrayó.
“Además -apuntó- tuve la oportunidad de conocer personalmente a mis referentes mundiales en el arte en chatarra, reconocidos artistas de Estados Unidos, Inglaterra y Nigeria, por lo que estar con ellos también fue una experiencia inolvidable”.
Asimismo, Julián Provenzano indicó que “hace poco participé de un concurso por Internet que se realizó en Rusia, cuya temática era que los objetos representaran a la pandemia mundial de Coronavirus, y obtuve el segundo premio detrás de un artista local”.
“Me gustaría seguir relacionándome a nivel internacional”
-¿Cada país elige sus propias figuras?
-Casi todos los artistas internacionales realizan la misma temática y orientación, utilizando muchos seres vivos, pero variando lógicamente el animal autóctono de cada país. También usan muchas piezas similares y ubicadas de la misma manera.
-¿A dónde te gustaría llegar con el arte en chatarra?
-Querría seguir relacionándome a nivel internacional, viajando a diferentes muestras en representación de nuestro país, como lo hacen los referentes mundiales más importantes del arte en chatarra, que se dedican 100% a la actividad.