Las plantas son unos seres vivos muy especiales: a diferencia de los animales, ellas no pueden moverse, y eso hace que queden expuestas, tanto si quieren como si no, a los cambios ambientales que se van sucediendo a lo largo del año. Como consecuencia de ello, solo tienen dos opciones: adaptarse… o morir. Es así de duro, pero en la naturaleza solo sobreviven aquellas que consiguen adaptarse.
Las cuatro estaciones del año
Las estaciones se deben a la inclinación del eje de la Tierra con respecto al Sol. Existen cuatro estaciones básicas: primavera, verano, otoño e invierno, con una duración de tres meses cada una aproximadamente. Dependiendo de la zona, estos periodos pueden durar más o menos tiempo y su intensidad también puede incrementar o disminuir.
Las estaciones y su influencia en las plantas y jardines
A la hora de comprar una planta para nuestro jardín, debemos tener presente algunos aspectos importantes como su ubicación, finalidad y las condiciones a las que tendrá que enfrentarse.
La mayoría de las plantas cambian con las estaciones del año pero, hay que saber que las estaciones no son iguales en todas las partes del planeta. Mientras vivas más lejos de los polos Norte o Sur y más cerca de la línea del Ecuador, los cambios climáticos se sentirán en menor intensidad.
La primavera.
Es la época perfecta para trabajar en el jardín, ya que la temperatura es más fresca y la tierra se calienta debido a que los dias tienen más horas de luz solar. Es el momento ideal para regar, podar, fertilizar, plantar y resembrar.
Es la estación en la que las plantas florecen, sueltan sus semillas y el ambiente se torna colorido y lleno de vida.
Es una buena época para plantar arbustos florales, ya que así podrán adaptarse y aguantar el calor que trae el verano. Las hojas y ramas secas se deben cortar para promover nuevos crecimientos.
El verano.
Tiempo perfecto para preservar la humedad, hacer compost y recoger las cosechas. Es una época muy caliente que puede llegar a afectar muchísimo el terreno, así que es necesario darle un buen riego a las plantas antes de que comience el calor, sobre todo por las mañanas.
Cubrir las superficies expuestas con alguna viruta o pajota ayudará a mantener la humedad de la tierra por más tiempo.
No es buen momento para podar las plantas o el césped ya que el sol las puede llegar a quemar. Las plantas crecen y tienen más hojas, algunas dan flores y frutos, entonces es el período perfecto para recolectar las cosechas antes de que cualquier insecto o animal se pueda adelantar.
El otoño.
Al llegar esta estación, el clima se vuelve más fresco. Es el momento de preparar el terreno para cuando lleguen las bajas temperaturas del invierno. Muchos árboles forman semillas y cambian de color, dándole al ambiente tonalidades rojas, amarillas y ocres.
Es la mejor época para plantar árboles ya que les da tiempo de echar raíces. Se deben recoger las hojas y ramas secas que caen de las plantas porque pueden atraer plagas e insectos que podrían llegar a afectarlas.
El invierno.
No todos los inviernos son iguales. En los trópicos, las temperaturas suelen ser más frescas y en los países más cercanos a los polos, las temperaturas pueden llegar a bajar de manera muy drástica, acompañadas de lluvias. Es por esto que dependiendo de dónde te encuentres, el trabajo en tu jardín se hará de manera diferente.
Es imprescindible proteger a tus plantas de las heladas y vientos fríos, algunas van a necesitar trasplantarse para moverse a un sitio más cálido. Hay plantas que mueren pero otras, como los pinos, permanecen muy verdes.
No fertilizar, podar, ni regar mucho en esta época ya que el sol no calienta lo suficiente y las plantas estarán en un periodo de hibernación.