¿Cómo afectan las temperaturas bajas extremas a la salud?

Las temperaturas bajas extremas representan un riesgo significativo para la salud, requiriendo precauciones y atención médica oportuna en caso de presentarse síntomas relacionados con la exposición al frío.

Con la llegada de la primera ola de frío invernal a Argentina, es crucial recordar que las temperaturas bajas extremas no son solo una molestia, sino un riesgo significativo para la salud. El descenso brusco de los termómetros puede desencadenar una serie de problemas, desde condiciones leves hasta situaciones que ponen en peligro la vida. Por eso, es fundamental tomar precauciones adecuadas y buscar atención médica oportuna si se presentan síntomas relacionados con la exposición al frío.

1. Hipotermia: Es la condición más grave relacionada con el frío, donde la temperatura corporal central cae por debajo de los 35°C (95°F). Puede ser gradual y la persona puede no darse cuenta. Los síntomas iniciales incluyen:

  • Escalofríos intensos e incontrolables.
  • Fatiga.
  • Pérdida de coordinación.
  • Confusión o desorientación.
  • Piel pálida y fría.
  • Habla arrastrada.

Si no se trata, la hipotermia avanza a síntomas más severos como la desaparición de los escalofríos (cuando la temperatura desciende demasiado), piel azulada, pupilas dilatadas, respiración y pulso lentos, pérdida del conocimiento y, en casos extremos, la muerte por paro cardíaco o respiratorio.

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2. Congelación (Frostbite): Se produce cuando la piel y los tejidos subyacentes se congelan, comúnmente afectando la nariz, las orejas, las mejillas, el mentón y los dedos de manos y pies. Los síntomas incluyen:

  • Entumecimiento.
  • Hormigueo o ardor.
  • Dolor.
  • Manchas en la piel de color rojo, blanco, azul, gris, violeta o marrón, con apariencia cerosa, dura y fría al tacto.
  • Torpeza debido a la rigidez de las articulaciones.

La congelación severa puede causar daños permanentes en la piel, músculos, huesos y otros tejidos, e incluso puede llevar a la gangrena y la necesidad de amputación.

3. Afectaciones Cardiovasculares: El frío ejerce un estrés considerable sobre el sistema cardiovascular:

  • Vasoconstricción: Las bajas temperaturas hacen que los vasos sanguíneos se contraigan para conservar el calor corporal, lo que aumenta la presión arterial.
  • Mayor riesgo de eventos cardiovasculares: El aumento de la presión arterial, junto con la predisposición a la formación de coágulos sanguíneos y el aumento del colesterol que se observa en climas fríos, eleva el riesgo de infarto de miocardio (ataque al corazón) y accidentes cerebrovasculares (ictus).
  • Esfuerzo cardíaco: El corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre, lo que es especialmente peligroso para personas con enfermedades cardíacas preexistentes. Actividades como palear nieve, que requieren esfuerzo físico intenso en el frío, aumentan significativamente este riesgo.

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4. Problemas Respiratorios: El aire frío y seco irrita las vías respiratorias y debilita las defensas naturales del sistema respiratorio, haciendo a las personas más susceptibles a:

  • Infecciones respiratorias: Aumenta la propagación de virus como los de la gripe, el COVID-19, el resfriado común y la bronquiolitis, que pueden derivar en afecciones más graves como la bronquitis y la neumonía.
  • Agravamiento de enfermedades crónicas: Personas con asma, EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o bronquitis crónica pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas (tos, flema, falta de aire, sibilancias).
  • Irritación de las vías aéreas: El aire frío y seco hace que el epitelio respiratorio se seque, se irrite y se inflame, afectando la función de las cilias y la producción de moco, lo que dificulta la eliminación de patógenos.

5. Afecciones de la Piel: Las bajas temperaturas pueden provocar:

  • Deshidratación, descamación, enrojecimiento y picazón en la piel.
  • Agravamiento de enfermedades preexistentes: Como psoriasis, rosácea y dermatitis atópica. El uso de calefacción en interiores también puede contribuir a la sequedad ambiental y el empeoramiento de estas condiciones.
  • Sabañones: Lesiones cutáneas que se forman por el daño a los vasos sanguíneos debido a la exposición repetida a temperaturas justo por encima del punto de congelación, causando enrojecimiento, picazón, inflamación y posibles ampollas o úlceras.

6. Enfermedades Reumáticas:

  • El frío puede incrementar la percepción del dolor en pacientes con artrosis, osteoporosis y otras enfermedades reumáticas, ya que provoca que los músculos y articulaciones estén más contraídos y entumecidos.
  • El Síndrome de Raynaud, donde los dedos de manos y pies se vuelven blancos o azules en respuesta al frío debido a una reducción del flujo sanguíneo, también se exacerba.

7. Otros riesgos:

  • Caídas y accidentes: La formación de hielo y nieve aumenta el riesgo de caídas y accidentes de tráfico, con las consiguientes lesiones.
  • Intoxicación por monóxido de carbono: El uso de braseros, estufas o chimeneas en lugares mal ventilados puede causar intoxicación por monóxido de carbono, un gas inodoro e incoloro pero mortal.
  • Déficit de vitamina D: La menor exposición solar en invierno puede contribuir a un déficit de vitamina D, lo que afecta la salud ósea, especialmente en pacientes con osteoporosis.

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Poblaciones vulnerables: Ciertas poblaciones son más susceptibles a los efectos negativos del frío extremo, como:

  • Ancianos: Su capacidad de termorregulación está reducida y sus mecanismos defensivos e inmunitarios debilitados.
  • Recién nacidos, lactantes y niños pequeños: Su respuesta al frío aún no está bien regulada.
  • Personas con enfermedades crónicas: Especialmente cardíacas, respiratorias, circulatorias, diabetes, y aquellas con sistemas inmunitarios comprometidos.
  • Personas desnutridas o fatigadas.
  • Individuos bajo los efectos del alcohol o ciertas drogas.
  • Personas sin hogar o con viviendas mal aisladas.
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