Cómo conservar los ajos (cabezas y dientes) para que duren más. No dejes que tus ajos se pongan malos, presérvalos más tiempo.
¿Sabías que los ajos de color se conservan más tiempo que los blancos? Además, si los mantienes en su ristra, durarán más y evitarás que se reblandezcan. Conviene guardarlos en un lugar fresco, seco y con ventilación, como la terraza de la cocina.
Otra opción para mantener los ajos es separar y pelar cada diente, meterlos en un bote de cristal, cubrirlos con aceite y guardarlos en la nevera.
También puedes pelar los ajos y congelarlos, pero en este caso no los conserves más de dos meses porque pasado este tiempo empezarán a perder sabor.
Las cabezas de ajo necesitan respirar por lo que debemos conservarlos en una despensa o en lugar fresco, seco y alejado de la luz dentro de un recipiente abierto y, siempre que se pueda, alejado de otros alimentos. De esta forma nos aseguramos que los ajos duren más tiempo, ya que si los metemos en la nevera el exceso de frío los hará brotar. Aunque una cabeza de ajo bien conservada puede duran más de ocho semanas, ten en cuenta que una vez rota la podremos conservar entre una semana y diez días. Pero, ¿y si no vamos a consumir ajo en ese tiempo?
Si no quieres que pierdan su sabor y frescura, debes conservar los ajos en las mejores condiciones posibles. Esto ayudará a mantener mejor sus beneficios y propiedades, pues son muchas las ventajas de este alimento.
Compra las cabezas de ajos frescas que estén duras y vayan con su piel, ya que esto te ayudará a poder conservarlas durante más tiempo. Además, puedes seguir los siguientes consejos que te ayudarán a saber cómo conservar una cabeza de ajos en excelentes condiciones.
Cómo conservar los ajos paso a paso
- Evita colocar los ajos en zonas húmedas, y mucho menos en el frigorífico. Esto hace que se reblandezcan y se pudran antes.
- Para conservar los ajos de forma óptima, busca siempre un sitio oscuro y seco. Estas son las condiciones esenciales para conservarlos, verás que te duran mucho más y conservarán todas sus propiedades.
- Consigue un recipiente para conservar los ajos. Estos envases están creados de forma especial para mantenerlos, por lo que son la mejor opción para conservarlos de manera adecuada. Consiste en un pequeño tarro de cerámica con agujeros que permiten mantener la cabeza de ajos en un lugar seco y oscuro, pero con algo de aire para que no se sequen.
- También puedes crear tu propio conservador con una bolsa de papel. Pon dentro los ajos, ciérrala y mantenla en un sitio seco.
- Otra opción es preparar los ajos en conserva. No es tan recomendable, pues no mantienes el ajo en su estado natural, pero es una buena técnica para mantener los ajos y que aguanten más tiempo sin estropearse. Para ello, debes limpiar los dientes de ajo y cocerlos y, una vez que estén blandos, introdúcelos en un recipiente lleno con aceite de oliva.
- También puedes conservar los ajos en el congelador, a continuación, te contamos cómo hacerlo.
Por último, nuestro consejo es que compres la cabeza de ajos en una frutería para que puedas tocarlos y comprobar que están en buen estado. Si tiene manchas negras deséchalo, pues significa que está mohoso y puede ser perjudicial para la salud.
¿Se pueden congelar los ajos?
Sí, los ajos se pueden congelar, pero debes pelarlos antes. Bastará con envolverlos en papel de cocina una vez pelados e introducirlos en el congelador guardados en un contenedor con tapa. Así podrás utilizarlos según te vayan haciendo falta. Eso sí, a los dos meses de congelar los ajos comenzarán a perder su aroma y propiedades, por lo que es mejor consumirlos antes de este tiempo.
El ajo fresco es perecedero, aunque la cabeza de ajos suele secarse para conservarse durante mucho más tiempo. Una alternativa para secar los ajos es congelar los dientes de ajo frescos. Y también puedes elegir el método de congelado que más se adapte a tus necesidades. A continuación, te ofrecemos los más habituales.
1. Dados
En primer lugar, separa los dientes de la cabeza de ajos de forma individual. Corta los extremos de cada diente y pélalos. Después, pícalos lo más pequeño que puedas y pon el picado en papel film formando un cuadrado.
Para ello, coloca el ajo picado en un montón en el centro del papel. Dobla ambos lados del film para cubrir el ajo, levanta el extremo de plástico que está más cerca del ajo y apóyalo sobre el ajo picado enrollándolo hasta que llegues al final. Coloca el ajo envuelto en una bolsa de plástico bien cerrada y colócala en el congelador.
2. Entero
Para conservar los ajos enteros en el congelador, primero separa los dientes de la cabeza de ajos, dejando la piel intacta en cada uno de ellos. Arranca un trozo grande de film de plástico y ponlo estíralo en la encimera.
Coloca los dientes de ajo enteros sin pelar en el centro del plástico y dobla los lados sobre los ajos siguiendo el extremo que está más cerca. Enrolla cada ajo hasta que llegues al final del plástico. Pon los dientes de ajo envueltos en una bolsa hermética y colócala en el congelador.
3. Puré
También conservar los ajos en el congelador en forma de puré. En primer lugar, separa los dientes de una cabeza de ajos y corta los extremos para pelarlos con facilidad. Coloca los dientes de ajo enteros y pelados en una batidora o robot de cocina, añade media taza de aceite de oliva y pica hasta formar un puré homogéneo.
A continuación, coloca el puré en una bolsa de plástico, quitando el exceso de aire cuando la cierres para que puedas enrollarla alrededor del puré de ajo. Coloca la bolsa dentro de otra bolsa de plástico hermética para evitar que el olor a ajo se mezcle con el resto de los alimentos del congelador.
Propiedades y beneficios
Para que la cabeza de ajos preserve todos sus beneficios y propiedades, debemos conservar los ajos muy bien. Congelarlos es una forma muy eficaz de hacerlo sin que pierdan apenas sus ventajas, incluso mejor que los ajos en conserva. Estas son las propiedades de las que podrás disfrutar:
- Mejoran la circulación sanguínea gracias a su cantidad en vitamina B. Consumir un ajo en ayunas nos puede ayudar a combatir diversos problemas relacionados con la circulación
- Son buenos para el hígado, ya que el ajo desintoxica nuestro organismo. Depura toxinas, elimina parásitos y ayuda a liberar del cuerpo metales pesados como el mercurio, o restos de medicamentos que el hígado no puede deshacer. También es antiinflamatorio.
- Nos ayudan con los resfriados y afecciones pulmonares, ya que es un buen antibiótico natural. Puedes hacer vahos con él o preparar un jarabe para la tos a base de ajo.
- Reduce el colesterol gracias a su contenido en alicina.
- Cuida nuestro aparato digestivo.