La yerba en desuso es un residuo orgánico, y así como poco a poco nos acostumbramos a reciclar cartón, papel, vidrio y otros, podemos también aprovechar este tipo de desechos para generar en nuestra propia casa abono orgánico que nos resulte útil para tener las plantas de nuestro jardín saludables.
El compost es abono orgánico y natural que sirve para mejorar la tierra de la huerta y el jardín. Al tener un compostador hogareño lo que logramos es producir menos basura, lo que genera una disminución en el impacto ambiental que producimos y así, cuidamos nuestro medio ambiente.Te puede interesar: ¿Cómo preparar un buen mate?
Para comenzar, necesitamos una maceta de cualquier tamaño, un canasto plástico o bien si tienes césped en tu casa, destinar un rincón para hacer un pequeño pozo.
Además de usar yerba mate usada, se puede aprovechar el café, saquitos de té, cáscara de huevo, frutas, verduras y hortalizas trituradas o sus cáscaras, papel de periódico, tapones de corcho, papel de cocina y cenizas. Del jardín, son aptas las hojas caídas o de poda, restos del corte del césped, hortalizas inservibles y ramas trituradas.
Todos los residuos orgánicos que vayan a formar parte de la mezcla se deben cortar en trozos bien pequeños. Se los va colocando en el recipiente o el rincón del jardín. Cada tanto, se mezcla todo.
Pasados tres meses, en un clima cálido, es muy probable que el compost esté listo, y unos cinco meses si es invierno. El compuesto orgánico está a punto cuando tiene un color marrón o negruzco, olor a bosque y una temperatura fría que indica que finalizó la actividad de descomposición microbiana.
Este fertilizante es excelente para las macetas con plantas, en la huerta junto a los cultivos, en arbustos o utilizarlo para abonar tierra. Los resultados se ven en poco tiempo.
Hay que tener en cuenta que existe dos tipos de residuos orgánicos, los que tienen alto nivel de nitrógeno como la yerba usada, café o té, frutas y verduras, sus cáscaras, las cáscaras de huevo. Y los que tienen alto nivel de carbón: pedazos de madera, ramas, hojas secas, papel, cartón, periódico.
Se deben mezclar en sucesivas capas material de ambos tipos, agregando capas finas de tierra para acelerar el proceso. Para activar la descomposición, sumar otra capa fina de cenizas de madera y harina de hueso.
Humedecer el compuesto con agua, y revolver cada tanto para que la descomposición resulte homogénea.
Si se percibe un olor a podrido, significa que hay demasiada humedad. Mezclar con materia seca y revolver.