Expertos del INTA explican una alternativa ideal para espacios urbanos que facilita la producción de hortalizas, aromáticas y frutos en terrazas, patios y balcones.
A menudo oímos hablar de “huerto urbano vertical“. Esto se debe a que este tipo de huerto se suele emplear en el entorno urbano, ya que es muy útil para cultivar plantas de todo tipo (hortalizas, verduras, decorativas, aromáticas o culinarias) en casas, apartamentos, balcones o terrazas de la ciudad.
El huerto vertical es una gran opción cuando no se tiene un terreno real para cultivar. Las ventajas de estos huertos son múltiples: ahorramos más agua, podemos conseguir frutas y verduras para consumo propio de los hogares, y además los huertos urbanos verticales pueden ser muy decorativos en una pared, como pasa con un jardín vertical de mayores dimensiones.
“Las huertas verticales son una gran alternativa a la falta de espacio”, destacó René Castro, técnico del ProHuerta, un programa del Ministerio de Salud y Desarrollo de la Nación y el INTA. Esta tecnología es clave para aprovechar las paredes soleadas y cultivar hortalizas, aromáticas y frutos.
Castro detalló que, con la base de esta forma de siembra, pueden cultivarse diversas verduras de hoja como lechuga, perejil, rúcula y aromáticas (tomillo, menta, ciboulette, orégano, salvia y melisa). También se adaptan especies medicinales y ornamentales y las frutillas.
La técnica vertical, explicó el técnico que trabaja en la Agencia Avellaneda del INTA AMBA, necesita que se utilice un buen sustrato, mezcla de tierra en la que se sembrará o se plantará. Debe contener nutrientes realizados con mezcla de tierra, compost y arena para que sea liviano.
Esta alternativa facilita la producción propia de alimentos en espacios urbanos donde no hay una disponibilidad de suelo tanto por deterioro físico o por escasa extensión. Y este tipo de limitaciones suele ser habitual en las grandes ciudades.
Materiales y construccion
Los materiales necesarios para lograr una huerta vertical son: caño de desagüe de 4″, T de 4″, tapas de 4″, caño de desagüe de 2″, reducción de 4 a 2″, tapas de 2″, grampas Omega de 4 y 2″, sistema de riego por goteo compensado, sustrato -formado por tierra y abono-, tornillos y tarugos. Los caños de plástico pueden ser reemplazados por canaletas de zinc o botellas de plástico.
Para avanzar en su construcción un taladro, se necesita destornillador y sierra de mano. Se recomienda trabajar con una mecha copa de 75 mm, otra de acero de 4 mm y una mecha de vidia de 8 mm.
Esos benditos detalles
Para obtener un mejor rinde, el técnico del INTA Avellaneda hizo hincapié en los cursos y jornadas donde se explica esta forma de cultivo que es importante elegir siempre una pared soleada y en buenas condiciones ya que es muy es importante que la pared pueda sostener la estructura de huerta.
La nómina sigue: es necesario que el cultivo esté acorde a la profundidad de los tubos para lograr un buen desarrollo de la planta, se hace imprescindible agregar al sustrato cascarilla de arroz, turba, perlitas, lombricompuesto u otros materiales livianos para hacerlo más liviano y evitar la sobrecarga de la estructura.
“Sería ideal generar aboneras para la obtener tierra a partir de los residuos orgánicos domiciliarios que aporten a la multiplicación de plantas aromáticas y plantines de hortalizas que, incluso, hasta podría generar un exceso al que podría agregársele valor”, resumió Castro.
Finalmente, recomendó contar con un sistema de riego por goteo que garantice el suministro de agua a todo el cultivo vertical como el uso de cintas de microinundación por su sencillo mantenimiento. A todo esto, se suma asegurar que el sistema elimine el exceso de agua de riego y la posibilidad de generar algún mecanismo para reciclar el agua.