La liquidación de divisas por exportaciones de cereales y oleaginosas y sus derivados alcanzó en el primer mes del año un registro máximo histórico para el sector.
La movilización del fin de semana antepasado no tuvo consignas claras pero una de ellas fue rechazar cualquier tipo de suba en las retenciones al agro, con la excusa de que el autodenominado “campo” no tenía más márgenes para reducir sus ganancia.
El informe de CIARA y CEC explicó que la liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos, que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. También, indicaron que la liquidación «está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos», que depende de diversos factores.
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año pasado el 48 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC.
El principal producto de exportación del país es la harina de soja (14,2 por ciento del total) que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa, cercana al 50 por ciento.
Podes leer: Alertan menos ingreso de divisas por la caída de la producción en 2022
Liquidaciones de gran volumen, pero no alcanza del todo
Entre enero y abril de este año las empresas agroexportadoras liquidaron en el mercado de cambios local el récord de más de u$s11.000 millones, lo que marca un crecimiento interanual del 14%. Los altos precios de los commodities explican este ingreso fenomenal de divisas pero lo cierto es que eso no se reflejó en la economía y mucho menos en el poder del BCRA para acumular reservas. Entonces, el interrogante que se plantea es: ¿hacia dónde van los dólares del campo? Y la respuesta parece ser bastante simple: hoy en la Argentina hay más sectores deficitarios que generadores genuinos de divisas y así las cuentas a pesar del récord del campo continúan sin cerrar.
Los datos son contundentes y explican a las claras el actual escenario. Según el relevamiento del economista Martín Polo, estratega en Jefe de Cohen, en el primer trimestre del año el agro liquidó poco más de u$s8.600 millones, lo que marca un incremento de alrededor de u$s1.300 millones respecto al mismo período del año anterior. Pero, también durante el primer trimestre de este año se incrementaron exponencialmente las importaciones de energía trepando hasta los u$s1.000 millones, versus de u$s278 millones del año anterior. “Por muy poco, se pagó más por energía de lo que se ganó por el agro”, sintetiza Polo.
Te puede interesar: El gran potencial de la agroindustria Argentina y las exportaciones
Algo similar sucede con el resto de los sectores. Mientras el campo crece en liquidación el resto de las actividades se vuelvan más deficitarias. Por ejemplo el comercio exterior, sin el agro, acumuló hasta marzo un déficit de u$s4.800 millones, cuando un año antes el resultado negativo era de u$s2.886 millones. “En este marco se entiende que el BCRA tuvo poco poder de compra en el primer trimestre del año a pesar del ingreso récord del campo. Porque también aumentó el saldo comercial energético y también aumentaron la importación de otros bienes”, detalla el economista.
Mientras tanto, a partir de mayo se abre una ventana clave que puede ser determinante para que el BCRA acumule reservas. Concretamente comienzan a ingresar el grueso de los dólares de la cosecha de soja y se espera que la liquidación del campo ascienda hasta casi u$s4000 millones en este mes y ese volumen podría sostenerse hasta julio. “Por lógica se entiende que el Banco Central tendrá mayor poder de fuego y podrá comprar divisas en el mercado de cambios local, pero la pregunta clave y el dato a seguir es cuánto podrá comprar, porque parte de eso será fundamental para pasar la época de “vacas flacas” que sería a partir del segundo semestre cuando por cuestiones estacionales la liquidación de divisas del agro comienza a caer”, adelanta Polo en diálogo con Ámbito.
Aquí el economista de Cohen hace un paréntesis y remarca: “Actualmente con una brecha del 80% hay sectores que demandan muchas importaciones, pero en parte lo hacen producir y en parte también previendo una mayor devaluación o acceder a ese dólar barato. Lo cierto es que mientras tengas una brecha del 80% el importador obviamente va a demandar todo lo que pueda”.
Así es que en líneas generales lo que seguirá en las próximas semanas será mirar de cerca las maniobras del BCRA en las ruedas diarias para hacerse de la mayor cantidad de dólares. El dato positivo es que la autoridad abrió mayo comprando en el mercado cambiario oficial u$s180 millones, algo así como la mitad de los u$s357,6 millones operados al contado en la plaza oficial.
De cara al futuro próximo Polo advierte: “El escenario se puede complicar con la inflación local que está muy acelerada, casi desbocada, sin un ancla. Entonces la carrera no es solo por el tipo de cambio sino también por los salarios, con paritarias cortas y altas. Esto le va a poner un piso alto a la inflación lo que seguirá atrasando el tipo de cambio. En definitiva, el agro es parte de una gran historia ya que representa el 40% de las divisas pero hay que seguir de cerca que pasa con el 60% restante que es cada vez más deficitario. En ese sentido el BCRA podría reforzar el cepo pero eso también generaría más presión sobre los tipos de cambio paralelos. El escenario es complejo y hay que mirar no solo el contexto nacional sino también el internacional, con el dólar que se está revalorizando y eso históricamente significa una caída en los precios de los commodities del agro”.