La caigua es una planta herbácea que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas como la calabaza o la sandía.
Los jardineros siempre están en busca de vegetales mejores y más fáciles de sembrar y la caigua, también conocida como el pepino de rellenar es uno de estos. La Caigua, como puedes ver, son similares a los pepinos pero mucho más fácil de cuidar.
Su nombre científico es Cyclanthera pedata, y también se le conoce como Achocha y Pepino Relleno. Se trata de una planta con valor medicinal y un sinfín de características. En este artículo, aprenderá todo sobre la planta y sus métodos de crecimiento. ¿Quieres saber más sobre ella?
Sus frutos tienen un sabor como el pepino y son un excelentes substituto porque pueden ser rellenados con un montón de diferentes ingredientes como queso, carnes, y otros vegetales. Hoy te mostraremos como cultivar caigua, también conocido como pepino de rellenar, y también como cuidar y cosecharlos!
Esta es una planta monoica, por lo que las misma planta puede producir flores tanto femeninas como masculinas. Estas flores tienen un proceso de maduración diferentes para que no se produzca la autofecundación.
Las flores tienen un color amarillo bastante delicado con un olor embriagador que dejará a más de uno con un buen recuerdo. Su fruto es conocido por ser parecido al chile verde o al pimiento de freír. Dispone de numerosas funciones medicinales y otros usos por los que merece la pena su cultivo.
La planta tiene un color verde claro y sus venas son más oscuras, aunque también verdes. La carne es blanca y tierna y cada fruto consta de 12 semillas. Para el consumo del fruto hay que quitar las semillas, al igual que se hace con las del pimiento. Cuando el fruto está madurando se abre para ir soltando las semillas que tiene a larga distancia para su mejor esparcimiento.
Beneficios y propiedades medicinales
Como hemos mencionado antes, esta planta tiene numerosas propiedades por los que merece la pena cultivarla. Es muy buena para combatir el exceso del colesterol. Es rico en sitosterol-3-beta-D-glicósido. Este compuesto químico es muy parecido al colesterol, por lo que el intestino lo reconoce como tal y lo absorbe en vez de al colesterol. De esta forma conseguimos reducir los niveles de colesterol en sangre.
El tratamiento con Caigua se realiza con una duración de tres meses para que la reducción de los niveles de colesterol sean progresivos. Se han notado mejorías en muchos pacientes que demuestran la calidad de su uso.
También es muy bueno para reequilibrar el nivel de los triglicéridos y lípidos en general. Esta acción tiene un lugar importante en aquellas mujeres que sufren de un desequilibrio a consta del cambio fisiológico que experimenta el cuerpo cuando ocurre la menopausia.
Origen y usos
Originariamente esta planta es nativa de la Cordillera Andina, entre Perú y Bolivia. El clima de estas zonas suele ser más frío y con gran altitud, por lo que esta planta está acostumbrada a sobrevivir en condiciones más extremas. Gracias a esta capacidad de adaptación resulta muy fácil plantarla en nuestros jardines y huertos.
Las zonas donde más se cultiva la caigua es en América Centra y del Sur. En Europa sólo se ven aquellas plantaciones que llevan a cabo los entusiastas de la jardinería y los apasionados por el cultivo. Tiene una gran resistencia ante los parásitos y enfermedades aunque tengan una gran longevidad.
Para cultivar a la caigua tan sólo hemos de fijarnos en cómo se planta un pepino. Una de las formas de cultivarla es utilizar pérgolas o trípodes simples y bajos para poder invadir todo el espacio posible y aprovechar el terreno. La polinización de esta planta se hace a través de insectos que van polinizando las flores femeninas a través del néctar de las masculinas. A mayor número de insectos polinizadores mayor es la probabilidad de que aumente la fertilización de cada una de las flores maduras en ese momento.
Hay dos opciones a la hora de recoger el cultivo. La primera es elegir escoger los frutos en el momento en el que están verdes para venderlos y poder consumirlos. Si hacemos esto, haremos que la planta siga generando frutos hasta que venga un tiempo de más frío con una bajada de temperaturas. La otra opción es dejar que los frutos alcancen la madurez y se abran para esparcir sus semillas relativamente lejos. Esto hará aumentar la población de caigua en la zona de cultivo.
Partes que se emplean de la caigua
Al tener las semillas una germinación bastante exitosa es posible pensar en aumentar o mantener bien la cosecha actual. Lo ideal si tu cosecha está en buen estado es que los frutos no alcancen la madurez y recogerlos cuando están verdes. Una vez recogidos, se dejan secar en un ambiente cálido y se almacena.
Las partes que más se utilizan de la caigua son los frutos, dado que actúan como medicamentos también. No se recolecta de ninguna forma en especial ni sigue ningún tipo de técnica, sino que se van cosechando uno por uno. Para ello, los agricultores emplean unas tijeras o una hoz bastante afilada.
Cultivo de la caigua
Para cultivar la caigua hay que cumplir algunos requisitos y tener en cuenta algunos aspectos. Lo primero es que es una planta que, al crecer tendida sobre el suelo, es capaz de adherirse a los árboles, planta o palos que haya por el ambiente. Por ello, es necesario guiar su crecimiento para que no crezcan esparcidas ni se mezclen unas con otras. Cuando se hacen adultas son capaces de medir hasta 3 y 5 metros de altura.
El suelo debe estar muy suelto y previamente labrado. La profundidad a la que está plantado debe ser entre 20 y 40 centímetros. Es recomendable el uso de compost, humus de lombriz o algún otro tipo de abono para tener un crecimiento más saludable. En cuanto a la temperatura, es más favorecida cuando el clima es más frío que cálido, de acuerdo con el origen de montaña que tiene. Por ello, lo ideal es que se encuentre en un rango de temperaturas entre 14 y 22 grados.
Necesita bastante riego durante todas sus fases de cultivo, pero sin que el agua entre en contacto con la base del tallo. Si la planta se llega a encharcar es muy probable que acabe pudriéndose. Lo mejor es regar cuando se vea que necesita humedad pero sin llegar a encharcar.