Ya se ubica en el nivel más bajo de los últimos veinte años, lo que plantea dudas sobre la capacidad del Banco Central para acumular reservas en agosto. La caída de precios afecta directamente a la economía argentina, que depende en gran medida de los ingresos por exportaciones agropecuarias.
El precio internacional de la soja sigue en picada, registrando su novena caída en las últimas diez jornadas y rompiendo la barrera de los US$ 350 por tonelada. Este descenso ha llevado al precio de la oleaginosa a su nivel más bajo en 18 años en términos reales, con una cotización actual de US$ 346,58.
Esta tendencia negativa se suma a las dificultades del Banco Central para retomar la acumulación de reservas en agosto, complicando aún más la situación económica del país. La caída prolongada de precios de la soja, que comenzó en mayo, se ve agravada por expectativas de cosechas abundantes en Estados Unidos, que presionan a la baja los precios internacionales.
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En el mercado de Chicago, el precio del maíz también ha caído un 0,3%, alcanzando los US$ 147,14, mientras que el trigo muestra un incremento del 0,8% hasta los US$ 195,75. La caída en los precios de la soja se refleja directamente en el mercado local, donde el precio disponible se negocia a niveles similares a los de julio de 2019.
El informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) sobre oferta y demanda ha tenido un impacto negativo significativo en las cotizaciones de la oleaginosa. La campaña global 2024/25 se espera con una producción récord de 428,7 millones de toneladas y una relación stock/consumo sin precedentes en el siglo, lo que ha llevado a una abundancia de suministros.
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Durante la última semana, el contrato con mayor volumen operado ha registrado una pérdida del 4%, alcanzando mínimos nominales desde septiembre de 2020. En términos de dólares constantes, el poder de compra de una tonelada de soja en Chicago no ha sido tan bajo desde octubre de 2006.
A este panorama se suma la debilidad de la harina y el aceite de soja, cuyos precios han caído 2% y 14% respectivamente en el último mes, ejerciendo aún más presión sobre el precio del poroto. Con el inicio de la cosecha en el hemisferio norte en septiembre, se prevé que la oferta adicional haga que los precios de exportación de Estados Unidos sean más competitivos en comparación con los de Sudamérica.