Este es el mayor cementerio de barcos pesqueros ilegales de la historia

La Costa de los Esqueletos, el mayor cementerio de barcos del mundo. Se calcula que en los últimos cinco siglos, aquí naufragaron más de un millar de barcos 

Dos calaveras enormes proclaman su muda advertencia desde la verja de entrada. Los portugueses conocían esta zona como Las puertas del infierno. Para los bosquimanos es La tierra que Dios creó con ira. Desde hace 75 años el mundo la conoce, en fin, como la Costa de los Esqueletos. Un nombre tan terrorífico como apropiado.

Tras esa verja se abre un territorio hostil y desolado: aproximadamente un tercio de la costa de Namibia, donde el desierto más antiguo del mundo –el Namib– muere en el océano Atlántico. El parque nacional de la Costa de los Esqueletos se extiende unos 500 kilómetros (delimitado al norte por el río Kunene, y al sur por el Swakop), a lo largo de los cuales la fría corriente de Benguela empuja las olas hasta el pie de las dunas. En los últimos cinco siglos, se calcula que aquí han naufragado más de un millar de barcos.

Los barcos hundidos despiertan fascinación alrededor del mundo. Son lugares perfectos para el buceo y evocan aventuras de marineros que fueron sorprendidos por tormentas o cayeron al fondo del mar en épicas batallas.

En el Norte de Namibia se puede ver la llamada Costa de los esqueletos. Unos 500 kilómetros de costa muy difícil de navegar por sus fuertes corrientes que ha sido el lugar de descanso de muchos barcos desde el siglo XV. Incluso en la actualidad siguen encallando barcos a pesar de contar con una avanzada tecnología de navegación.

La costa de los esqueletos fue considerado el cementerio de barcos más grande del mundo hasta que en los años 80 del pasado siglo en Mauritania se comenzaron a abandonar barcos pesqueros de forma ilegal. Con una costa de 700 km en el Océano Atlántico, este país africano cuenta con una gran riqueza pesquera que hace que convivan la pesca tradicional con la exportación internacional a países como España, Rusia, Costa de Marfil, Japón, Turquía, China y Grecia. Se extrajeron más de 248,1 toneladas de pescado exportadas en 2019 y productos derivados, lo que generó ingresos por un valor total de 638,6 millones de dólares.

La convivencia entre el estilo de pesca tradicional y el intensivo ha traído un desequilibrio en el reparto de los recursos naturales. Sólo el 5% del pescado que se extrae en la zona se debe a la población local.

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La pesca tradicional es el modo de subsistencia de las comunidades costeras de África. | Sura Nualpradid

Gran cantidad de barcos de todo el mundo faenan en las costas mauritanas, en concreto en el puerto pesquero de Nouadhibou, la segunda población más grande de Mauritania. Al finalizar su vida útil, muchos armadores comenzaron a abandonar los barcos en las cercanías del puerto sobornando a las autoridades locales para no sufrir sanciones y evitarse los costes de desguace y descontaminación.

Nouadhibou es una zona bastante pobre de Mauritania y mucha de la gente que allí reside aprovecha para vivir dentro de los propios barcos o desguazándolos para vender la chatarra. Cabe destacar que más del 40% de la población de la ciudad está por debajo de la línea de pobreza. Esta situación hace que los propios vecinos no se quejaran de la presencia del cementerio de barcos a pesar de que el peligro al que se exponen viviendo ahí es muy grande y los accidentes son muy comunes a diario.

Durante más de 30 años el abandono de barcos pesqueros fue muy habitual y se llegaron a contar más de 300 barcos varados en la costa de Nouadhibou. Fue entonces cuando alcanzó el apelativo del cementerio de barcos más grande del mundo.

Aumento de la contaminación

La presencia del cementerio de barcos en las proximidades del puerto ha creado un refugio para muchas comunidades de peces. Esto que en otras ocasiones habría sigo una buena noticia en este caso es un problema debido a la cantidad tan elevada de barcos que han sido abandonados allí sin recibir ningún tipo de descontaminación de los materiales más tóxicos, como aislantes, pinturas, baterías, aceites lubricantes e hidráulicos.

Esta contaminación es muy perjudicial especialmente para la población local que consume directamente el pescado que recoge a pocas millas de la costa. Y aunque esté más mitigada por la lejanía de la costa, la contaminación también afecta a la pesca de altura y por tanto a los consumidores del resto del mundo que reciben el pescado de importación recogido en estas aguas.

Según un estudio de la universidad de Tánger publicado el año 2014 junto con la oficina de inspección sanitaria de productos pesqueros y acuícolas de Mauritania, las concentraciones de Hierro, Cadmio y metales pesados estudiados en almejas y mejillones aumentó en 10 años un 200% y un 300% respectivamente.

Pero lo que comenzó de verdad a hacer saltar las alarmas en la primera década de los años 2000 fue el creciente aumento de accidentes entre barcos que intentaban entrar a puerto y los barcos abandonados. Esto provocó que muchas empresas se desviaran a otros puertos con el consecuente impacto económico para la zona.

A finales del año 2010 la Unión Europea aprobó un proyecto de 28,8 millones de euros para financiar la limpieza de la zona y quitar los barcos para volver a hacer de la Bahía de Nouadhibou un lugar transitable para el tráfico marítimo.

Fue la empresa holandesa Mammoet Salvage la encargada de eliminar más de 70 barcos en la bahía de Nouadhibou. Otros proyectos posteriores con capital chino han eliminado más pecios de la zona y aunque todavía se pueden ver algunas embarcaciones abandonadas, todos los esfuerzos que se han hecho han mejorado la calidad ambiental del lugar.

En los últimos 30 años ha cambiado mucho la visión que tenemos de los océanos. A finales del siglo XX el mar era una inmensidad imposible de dañar por mucho que se contaminara. Hoy en día lo vemos como un entorno frágil que proteger. Que se desmantele el cementerio de barcos más grande del mundo es un gran paso para recuperar el delicado equilibrio de nuestro planeta.

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