Informe actualizado: La chicharrita del maíz con presencia en algunas regiones

Si bien la ausencia de chicharrita es la norma, se registraron mayores detecciones en algunas localidades puntuales de las zonas consideradas endémicas.

El 30º informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz), que abarca el período del 30 de octubre al 14 de noviembre de 2025, indica que continúa predominando la ausencia del vector en la mayoría de las regiones agroecológicas de Argentina.

Resultados por región

  • Tendencia General: Si bien la ausencia de chicharrita es la norma, se registraron mayores detecciones en algunas localidades puntuales de las zonas consideradas endémicas.
  • Región Centro-Norte (Incluye Córdoba): En esta región, la ausencia del vector se acentuó.
    • El 91% de las localidades no registraron detecciones de Dalbulus maidis.
    • El 9% restante presentó capturas, pero todas en la categoría más baja.
    • Es importante notar que el 65% de las trampas monitoreadas en esta región se encuentran ubicadas sobre cultivos de maíz.

El 30° monitoreo de la Chicharrita del Maíz (Dalbulus maidis) revela un panorama general de estabilidad y bajas capturas en las principales regiones productivas de Argentina, aunque se mantiene la insistencia en continuar con la vigilancia.

Panorama nacional y zonas productivas

El reporte destaca que los valores de captura no solo se mantienen estables, sino que los promedios registrados han sido inferiores a 1 chicharrita por trampa, brindando una señal de tranquilidad.

Recomendación Crucial: Intensificar el Monitoreo

A pesar del panorama favorable y la baja prevalencia actual, los expertos de la Red de monitoreo instan a intensificar la vigilancia constante.

Es fundamental monitorear rigurosamente:

  • Siembras Tardías: Las áreas con siembras tardías, donde la presencia de maíces guachos puede actuar como puente verde y favorecer la supervivencia y multiplicación tanto de la plaga como de los patógenos que transmite.
  • Cultivos Tempranos: Aunque ya superaron las etapas fenológicas iniciales de mayor susceptibilidad, el monitoreo de trampas y cultivos debe ser permanente.
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