Inundaciones y polémica: municipios divididos por la asistencia que prometió el Gobierno

A casi dos semanas del anuncio oficial, algunos distritos bonaerenses recibieron maquinaria y apoyo del Ejército, mientras que otros denuncian que la ayuda “no llegó” o que arriba incompleta, sin operarios ni recursos para ponerla en marcha.

La asistencia nacional anunciada por Patricia Bullrich —que incluía $2100 millones para municipios en emergencia hídrica y el envío de equipos viales— avanza de manera despareja en la provincia de Buenos Aires. En lugares como 9 de Julio, la maquinaria ya está operativa y trabajan retroexcavadoras y palas del Ejército, lo que permitió abrir accesos críticos. Pero en otros distritos, el balance es muy distinto: intendentes y sociedades rurales aseguran que la ayuda no se materializó o llegó sin la logística necesaria para funcionar.

En Carlos Casares, uno de los partidos más afectados por las inundaciones, los representantes rurales alertaron que la maquinaria prometida arribaría sin operarios, sin repuestos y sin viáticos, lo que fue definido por la dirigencia como “la máquina pelada”. Según explicaron, el distrito no puede absorber los costos adicionales de combustible y alojamiento del personal, por lo que la entrega quedó en pausa. El reclamo ocurre en un contexto dramático: más de 120.000 hectáreas siguen bajo agua y los caminos rurales están prácticamente intransitables.

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Desde el Gobierno, el titular de la Agencia Federal de Emergencias, Santiago Hardie, defendió la estrategia oficial y afirmó que los recursos son “escasos”, por lo que se pide a los intendentes que aporten la logística mínima. Aseguró además que el despliegue continúa: ya trabajan máquinas en General Viamonte, 25 de Mayo, Bolívar y pronto en Bragado, aunque reconoció que la demanda supera ampliamente la disponibilidad. “Todos tenemos que colaborar para recuperar la transitabilidad”, planteó el funcionario.

Pese a las diferencias, productores e intendentes coinciden en que la situación no se resolverá sin infraestructura vial urgente, clave para restablecer la actividad productiva, escolar y sanitaria. La expectativa está ahora puesta en el verano, cuando una mejora climática podría acelerar el drenaje y permitir la recuperación de parte del territorio anegado. Pero en el sector advierten que, si la maquinaria no llega a tiempo o sigue llegando incompleta, el impacto económico y social será aún mayor.

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