El SENASA brinda algunos consejos para garantizar la inocuidad alimentaria y preservar la calidad de la carne destinada al consumo humano.
La carne es un alimento muy delicado que se ve afectado por las altas temperaturas. Cuando hace mucho calor, la carne puede descomponerse rápidamente debido a varios factores:
- Crecimiento bacteriano acelerado: Las bacterias que causan el deterioro de los alimentos se multiplican a un ritmo mucho más rápido en ambientes cálidos. Esto significa que la carne expuesta al calor durante mucho tiempo puede convertirse en un caldo de cultivo para estas bacterias, lo que representa un riesgo para la salud si se consume.
- Desnaturalización de proteínas: Las proteínas de la carne son sensibles al calor. A altas temperaturas, estas proteínas se desnaturalizan, lo que altera la textura, el sabor y el aspecto de la carne. La carne puede volverse más dura, seca y menos apetecible.
- Oxidación de grasas: Las grasas presentes en la carne son susceptibles a la oxidación, especialmente a altas temperaturas. La oxidación de las grasas produce compuestos que le dan a la carne un sabor rancio y desagradable.
En un marco de calor, el Senasa indica que las elevadas temperaturas veraniegas crean un ambiente propicio para la multiplicación de bacterias patógenas en los alimentos. El síndrome urémico hemolítico (SUH), una grave enfermedad renal, es una de las consecuencias más preocupantes de estas condiciones, especialmente en niños menores de cinco años.
Los rigurosos controles del Senasa durante la faena y el transporte de ganado reducen significativamente el riesgo de contaminación bacteriana. Sin embargo, para garantizar la seguridad alimentaria, es fundamental complementar estas medidas con prácticas de manipulación e higiene adecuadas por parte de los consumidores.
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Los cuidados en la carnicería
Es fundamental que los establecimientos donde se vende carne cuenten con instalaciones y equipos de manipulación completamente higienizados para asegurar la calidad y seguridad alimentaria.
Para asegurarte de consumir carne fresca, fíjate en su apariencia y textura. Debe ser firme al tacto y recuperar su forma al presionarla. Evita la carne con colores oscuros, mucosidad o olores desagradables, ya que estos son signos de descomposición. Además, es importante que la carne de vaca se mantenga separada de la de pollo y cerdo para evitar la contaminación cruzada.
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Manipulación y cocción seguras:
- Tabla y cuchillo: Usa tablas y cuchillos diferentes para carne cruda y verduras crudas. ¡Así evitarás que las bacterias pasen de un alimento a otro!
- Carne en la heladera: Guarda la carne en un recipiente en la parte baja de la heladera, para que no gotee sobre otros alimentos.
- Cocción completa: Cocina bien la carne, hasta que esté completamente dorada por dentro. ¡Asegúrate de que no quede nada rosado!
- Carnes picadas: Evita dar carne picada a niños menores de 5 años.
- Frío, frío: Mantén los alimentos siempre refrigerados.
Con información de: https://www.argentina.gob.ar/