Splitting: Rajaduras de cítricos por los bruscos cambios de clima

En vastas regiones del país lidera la producción de cítricos. El problema en algunos los frutos está asociado a los cambios rápido en cuanto al patrón climático en estas regiones. ¿Humedad, calor o las lluvias?

En Argentina, la superficie cultivada es de cítricos representa alrededor de 120.000 hectáreas. Los limones ocupan casi la mitad de esa superficie. El resto se divide mayormente entre naranjas, mandarinas y pomelos; y en una proporción mucho menor, limas y quinotos.

Entre las principales provincias productoras se encuentran Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Formosa, pero el ranking es liderado por las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán concentran el 92,1% de la producción.

Como toda región del país, los microclimas y el impacto del clima en si incide directamente sobre la producción, ya sea en cultivos, plantas y los frutos. Si nos referimos directamente en daños en cítricos, uno de los más comunes son las rajaduras.

en el caso de la rajadura en la piel (cascara de cítricos) suceden en las etapas de altas temperaturas y baja humedad, tanto en el aire como en el suelo, la piel de los cítricos aumenta su tensión, estirándose y perdiendo su resistencia mecánica. Es en este momento cuando un cambio brusco de humedad (como una lluvia, por ejemplo), hace que el cítrico capte más agua de la que normalmente venía haciendo, provocando un engorde pronunciado de los frutos que pone al límite o incluso rompe la corteza del fruto, provocando el conocido como rajado, cracking o Splitting.

El origen del rajado en la corteza de los cítricos se debe, en gran parte, a cambios bruscos en la temperatura del suelo y la ambiental que, incapaz de tolerar los cambios de estiramiento y compresión de la corteza, termina rajándose.

Por ello, una correcta nutrición del árbol, así como un manejo correcto de la fertirrigación y gestión de la carga de frutos reduce considerablemente esta fisiopatía muy común en los cítricos.

Durante todo el período de sequía las plantas sufren, dejan de brotar manteniendo casi todas sus funciones paralizadas y, en estas condiciones, la cáscara pierde su elasticidad y frescura natural.

El splitting es un desorden fisiológico que ocurre durante el proceso de crecimiento de las frutas cuando existen condiciones climáticas adversas, tales como periodos de déficit hídrico o sequias seguidos de lluvias abundantes. Las variedades de cascara fina y con desequilibrios nutricionales son las más susceptibles, estas se rajan por completo y queda la pulpa al descubierto, lo que permite la entrada rápida de hongos.

Cuando de repente la planta recibe riegos exagerados o lluvias abundantes, se activa la hidratación. “Se llenan de jugo las vesículas carnosas de la pulpa, comenzando así un periodo de turgencia, la cáscara endurecida y reseca, sin capacidad de reaccionar frente a tanta presión interna, termina quebrándose”, agregó el especialista.

La fruta que presenta grietas o rajado se debilita y cae al suelo en pleno desarrollo, lo que afecta la producción y la inversión realizada para que todas las frutas lleguen a cosecha. No existe un único número sobre las pérdidas ya que dependen de las condiciones climáticas, del manejo del riego y la nutrición, por eso, varían año a año.

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Con información de: https://intainforma.inta.gob.ar/

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