Los pronósticos que predicen a «La Niña» se alinean para generar preocupación en el agro argentino

No se espera que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) declare de inmediato las condiciones del fenómeno, a pesar de que el Océano Pacífico Ecuatorial se está enfriando. ¿Qué dicen las previsiones sobre una posible corriente de La Niña?

El último informe de la NOAA, la agencia climática estadounidense, indica que las anomalías negativas en las temperaturas de la superficie del mar persisten en las regiones del Pacífico Niño 3.4 y Niño 1+2. A pesar de ser más frías de lo habitual, estas condiciones no cumplen los criterios para clasificar un evento de La Niña.

Específicamente, la temperatura en la región Niño 3.4 —clave para la clasificación de El Niño o La Niña— se sitúa en -0,3ºC, manteniéndose firmemente en el rango neutral (entre -0,4ºC y 0,4ºC).

La semana pasada, la temperatura de la superficie del mar en esta región del Pacífico mostró una anomalía de -0,4 °C. Este valor fue la anomalía negativa más significativa desde el 5 de febrero, según los boletines de la NOAA del 20 y 27 de agosto.

Situación en la Costa de América del Sur

Cerca de las costas de Perú y Ecuador, un área conocida como Niño 1+2, las aguas superficiales del Pacífico también están más frías de lo normal. La anomalía en esta zona fue de -0,2 °C, lo que representa un leve aumento en comparación con la anomalía de -0,3 °C de la semana anterior.

Durante varios meses, el Océano Pacífico Ecuatorial Central ha permanecido en una fase neutral, lo que significa que no se registran anomalías significativas de temperatura, como las que caracterizan a los fenómenos de El Niño o La Niña. Esta neutralidad se estableció a principios de febrero, tras el fin del episodio de La Niña 2024-2025.

Sin embargo, es crucial entender que un estado de «neutralidad» no equivale a «normalidad» climática. De hecho, a menudo puede dar lugar a condiciones extremas de precipitación y temperatura. Los meses recientes son un claro ejemplo de esto.

En mayo, el noroeste de la provincia de Buenos Aires experimentó lluvias torrenciales, con acumulaciones de casi 500 mm que causaron graves inundaciones.

No hay una posibilidad inminente de que la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.) declare el fenómeno de La Niña. Esto se debe a que, a pesar de algunas fluctuaciones, las condiciones actuales en el Pacífico Ecuatorial Centro-Oriental (región de El Niño 3.4) no cumplen con los criterios de La Niña.

La NOAA requiere que las anomalías de la temperatura superficial del mar en esta región se mantengan en o por debajo de -0.5°C durante un período sostenido de al menos cuatro a seis semanas consecutivas. Sin embargo, los boletines semanales más recientes muestran que las anomalías han estado consistentemente dentro del rango neutral, con valores de -0.3°C y -0.4°C.

La última vez que se registró una anomalía que cumplió con el umbral de La Niña fue el 5 de febrero, con –0.6°C. Desde entonces, todas las mediciones han permanecido en un nivel neutral. Por lo tanto, cualquier posible declaración de La Niña por parte de la NOAA no ocurriría antes de mediados de octubre o, más probablemente, noviembre.

¿Qué es el fenómeno de La Niña?

La Niña es un fenómeno climático que forma parte del ENOS (El Niño-Oscilación del Sur), un ciclo natural que afecta los patrones climáticos globales. Se caracteriza por un enfriamiento inusual de las aguas superficiales del Océano Pacífico Ecuatorial. Esto, a su vez, influye en la circulación atmosférica, lo que puede provocar cambios significativos en el clima, como sequías en algunas regiones e inundaciones en otras.

El fenómeno de La Niña es la contraparte fría de El Niño, que se caracteriza por un calentamiento de las mismas aguas. Ambos fenómenos tienen un impacto directo en las condiciones meteorológicas y los patrones de precipitación en todo el mundo.

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