Productores rurales advierten que las inundaciones en Buenos Aires podrían haberse evitado si se hubieran completado a tiempo las obras previstas hace una década. Reclaman responsabilidades compartidas entre Nación y Provincia.
Buenos Aires, 18 de noviembre (NA) — El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Ignacio Kovarsky, afirmó que las inundaciones que afectan a vastas zonas productivas son consecuencia directa de la paralización del Plan Maestro del Río Salado, una obra clave que, según denunció, “debería haberse terminado en 2015”. Las pérdidas acumuladas por el desastre hídrico rondan los US$ 2.000 millones, según estimaciones compartidas por entidades del sector.
Kovarsky recordó que durante años Provincia y Nación tuvieron el mismo signo político, sin que eso lograra destrabar la ejecución completa del proyecto. “La obra no se ejecutó”, insistió el dirigente, quien advirtió que si no se avanzan con las soluciones de fondo, las inundaciones volverán a repetirse. CARBAP, aseguró, lleva seis meses reclamando con fuerza la reanudación de los trabajos.
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El titular de la entidad ruralista sostuvo que es imprescindible que Nación acelere el tramo 4.2 del proyecto, pero remarcó que la Provincia también debe avanzar en paralelo con licitaciones y obras complementarias. “Nosotros no somos como el Estado: si no te dan las cuentas, estás complicado”, graficó en referencia a los productores afectados por anegamientos y pérdidas productivas.
Kovarsky también apuntó a la falta de herramientas financieras para enfrentar fenómenos de este tipo. Señaló que en Argentina no existe un seguro multirriesgo accesible, como ocurre en otros países, donde las aseguradoras pueden reasegurar internacionalmente gracias a un riesgo país más bajo. En ese sentido, advirtió que con los valores actuales, “ni el Estado puede afrontar una catástrofe de esta magnitud”, lo que deja al sector productivo expuesto y sin respaldo suficiente




